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ADVERTENCIAS: Language, NSFW, 18+ Content [PLEASE READ AT YOUR OWN DISCRETION], Smut, Oral [male/female receiving], Masturbation [male/female], Dirty talk, Unprotected sex [wrap it before you tap it! this is for fictional purposes only], Multiple orgasms [for both parties, even tho it's a bit unrealistic], Name kink.
EN EL RINCÓN de su dormitorio, bajo el resplandor de una tenue lámpara de pie, _____ estaba cómodamente acurrucada en el respaldo de su sillón de bolitas, con un desgastado libro de bolsillo abierto entre las manos y las yemas de los dedos repiqueteando contra la cubierta. Un leve y repetitivo golpeteo en la ventana de su habitación la sacó de su cursi novela romántica y su corazón latió con una mezcla de excitación y nerviosismo dentro de su pecho. Cerró el libro rápidamente, dejando que se le cayera de los dedos al suelo mientras se apresuraba a ponerse en pie para correr hacia la ventana.
Sabía a quién encontraría esperándola.
En silencio, _____ abrió las cortinas, revelando a un engreído Theo Raeken agazapado fuera de su habitación. Theo la miró y una pequeña sonrisa se dibujó en sus carnosos labios. Ella simplemente puso los ojos en blanco, sabiendo que era porque él podía oír cómo su corazón se aceleraba por él, y abrió el seguro de la ventana.
—¿Vas a hacerme esperar aquí fuera para siempre, nena?—inquirió en voz baja mientras sus ojos recorrían su aspecto de arriba abajo, ladeando la cabeza inocentemente mientras la miraba a través del cristal. Miró su atuendo, dándose cuenta de que lo único que llevaba era una camiseta que él había olvidado tras uno de sus anteriores encuentros a medianoche.
_____ sonrió suavemente, ignorando la forma en que su sangre corría contra sus mejillas, y sacudió la cabeza hacia él, levantando la ventana tan rápido como pudo sin hacer demasiado ruido.—Creí haberte dicho que no vinieras esta noche—, susurró, pero no le sorprendió en absoluto que hubiera aparecido de todos modos. Se hizo a un lado, invitando a su novio al calor de su habitación con un simple gesto de la mano.
Theo soltó una risita, entró por la ventana y la cerró suavemente. Se quitó los zapatos y los apoyó contra la pared. También se despojó de la chamarra, que cayó al suelo sin mirarla.—Lo hiciste, preciosa—, admitió, acercándose a ella tentadoramente.—Pero no podía mantenerme alejado. No cuando sólo he estado pensando en ti todo el puto día—. Su voz se había vuelto áspera y a _____ se le cortó la respiración en la garganta mientras un delicioso escalofrío se extendía por todo su cuerpo al oír su tono.
Sus brazos la rodearon cariñosamente por la cintura, acercándola al calor de su cuerpo musculoso mientras sus ojos llenos de lujuria la miraban fijamente.—Theo—, casi gimoteó, sus ojos buscaban en los de él algo de lo que no estaba muy segura. Theo tocó su cálida frente contra la de ella, tratando de inclinar la cabeza hacia abajo en un intento de capturar su boca con la suya.
