La mañana dio comienzo de nuevo con un sol brillante y caluroso. Desayuné de nuevo leche y cereales y fui a la carretera que daba al pueblo sin decir nada a nadie.
El territorio que conformaba el pueblo era muy montañoso y repleto de vegetación.
Bouses era un municipio situado entre Casas dos montes y Espiño. Era un pueblo pequeño cuyo edificio más alto constaba de una iglesia de unos pocos siglos de antigüedad.
Bouses estaba atravesado por una carretera que conectaba todos los municipios y daba acceso a Portugal.Alrededor del pueblo solamente podías encontrar vegetación y bosque, todo ello por supuesto acompañado de una fauna muy variada de cientos de aves y mamíferos pequeños y de mediano tamaño.
Es un lugar casi sin defectos, uno de sus mayores problemas es su variable y extremo temporal. Durante el verano el sol calienta el ambiente hasta los cuarenta grados de temperatura media, secando el río y las plantas y haciendo del monte un polvorín gigante perfecto para expandir incendios, razón por la cual estos son extremadamente peligrosos. El calor veraniego provoca que quieras vestirte con crema solar y pasar por completo de cualquier tipo de camiseta.
En cambio, el invierno, aunque pocas veces lo he experimentado, es una burrada, las carreteras se congelan, muchas noches la nieve cae a montones y el sol apenas proporciona calor.
Sin embargo las estaciones intermedias aquí son el paraíso, el otoño viene acompañado de castañas en exceso, y la primavera por su parte genera muchísimos alimentos de todos los tipos de plantas.
En cuanto a algún otro peligro, existen los lobos, habitan por todo el territorio cercano al parque natural, no suelen atacar.
En cuanto a la geografía, el pueblo se situaba en el tope de una montaña que formaba parte de dos valles enormes, el valle del parque natural y el valle portugués. El del parque natural separaba la civilización de O invernadoiro, donde habitaban todo tipo de especies animales tales como osos, lobos, zorros, halcones, águilas...
El otro valle separaba España de Portugal, habían unas cuantas ciudades pequeñas y demás en la zona.El resto del territorio se conformaba de espesos bosques y montes, perfectos para esconderse y una fuente de recursos muy importante.
Todo esto no lo escribo solamente por describir con todo detalle el lugar.A las cuatro de la tarde tres autobuses aparecieron por la carretera principal y se agruparon en la plaza. Los guardias de los mismos bajaron y comenzaron a abrir paso para evacuar a la gente.
Todos permanecíamos amontonados, y aunque éramos relativamente pocos, me sofocaba un poco el estar rodeado de tanta gente después de haber recorrido veinte kilómetros sin ver absolutamente a nadie el día anterior.Todo fue bien, todos los mayores de edad se subieron, le di un abrazo a mis tíos y les dije que nos veríamos en el refugio pronto, que no se preocuparan. Y así quedamos solamente siete personas en la plaza del pueblo, algunos guardias nos informaron de que unas horas después vendrían más vehículos a evacuarnos, y que no nos preocupáramos si tardaban, que era imposible que llegaran después de medianoche.
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Aún si el mundo se acaba
AdventureEl mundo se ve azotado por la peste crónica, una cepa del CWD mejorada genéticamente para causar grandes estragos. En esta historia seguimos el camino de un grupo de jóvenes que contarán con varias ventajas frente a la amenaza que se les presenta. P...