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—Nari'k

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—Nari'k

¿Qué pensaba hacer aparte de mirarlo? Ya habían pasado años desde que ellos habían llegado a la isla, todos ellos ya eran grandes, inclusive Neteyam el cual se ganó rápidamente el corazón de varias na'vi.

Siento envidia de todas esas chicas para ser sincera, no sé cómo explicarte lo que siento, es extraño. Solo me senté cerca de la orilla a observar junto a Lara, a Leah le preparaban un matrimonio para ella por eso su ausencia, aunque claro, ella aún no quería decirlo, lo cual era extraño.

Ella siempre contaba todo, ni siquiera Lara tenía una idea sobre con quién se iba a casar, solo fue raro. Observamos a ese grupo de mi hermano que se había conformado con el tiempo; Aonung, Neteyam, Lo'ak y Rotxo.

Usábamos las caracolas que recolectábamos para hacer pulseras, tobilleras, alguna decoración, realmente daba igual lo que hacíamos.

—¿No estás preocupada por el futuro? —habló Leah, me gire a verla.

—¿Por qué lo estaría? —conteste.

No estaba preocupada, de hecho, ya tenía mi vida planeada; vivir plácidamente en una tribu desconocida estando vinculada a un chico que apenas y si recuerdo de su cara.

—No lo sé, es solo que es raro saber qué ustedes dos van a estar vinculadas dentro de unos años, tal vez ya estés casada para el próximo año... Y yo bueno, soy la solterona del grupo.

Se hizo levemente hacia atrás mientras miraba el cielo, no supe que contestarle. Era verdad que Leah y yo íbamos a vincularnos, pero no era por amor, Lara tenía la oportunidad.

—Seguramente tú seas la única que elija a su compañero por amor, no te preocupes tanto por lo que va a pasar. Nosotras siempre seguiremos siendo amigas ¿Va?

Ella asintió, nos quedamos un rato más viéndolos cazar en la superficie, el agua estaba más cristalina de lo normal, se podía observar como los peces pasaban entre las piernas.

Pero en específico, lo observé a Neteyam, sus músculos se contraían cada vez que alzaba la lanza, era levemente más bajo que Aonung y tenía menos cuerpo, aunque claro eso se debía a qué su cuerpo no estaba adaptado al mar. Recordé cuando ellos se metieron al mar por primera vez;

Recuerdo haberme sumergido en el agua junto a Rotxo y mis hermanos, rápidamente los Sully se sumergieron, de pronta manera salieron a la superficie.

—Son como unos niños pequeños dando sus primeros pasos —explique con señas—. No te burles Aonung, esto es serio.

—Son demasiado lentos.

Se sumergieron una vez más, otra vez subieron lo mas rápido posible a la superficie, como siempre Aonung quejandose por lo poco que aguantaban debajo del auga. ¿Pero que se le podria hacer? Si al cabo recien estan aprendiendo, la misma Tsireya dijo que estan aprendiendo, no podrian ir al mismo ritmo que nosotros.

𝐂𝐨𝐧𝐬𝐮𝐦𝐞 | 𝑵𝒆𝒕𝒆𝒚𝒂𝒎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora