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Luego de eso, no me la pase sola en ningún momento, varias veces intente estar sola, pero si no eran mis amigas, era mi familia

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Luego de eso, no me la pase sola en ningún momento, varias veces intente estar sola, pero si no eran mis amigas, era mi familia.

—¿Cuándo podre estar sola? —pregunté.

—Nunca —aseguro mi madre.

Que sinceridad.

Ella estaba detrás mío haciendo alguna pasta extraña, me sentía como una niña pequeña siendo cuidada, aunque realmente si lo era. Mi hermano menor tenía incluso más libertad que yo.

—¿Por qué yo estoy comprometida y Tsireya no? —pregunté.

Ella se quedó callada, volví a repetir la pregunta esperando una respuesta coherente. Yo seguía haciendo una nueva pulsera.

—No puedes estar sola, ya viste lo que paso una vez que te dejaron sola —afirmó.

Yo arrugue las cejas, ella no me veía capaz de conseguir una pareja, no me veía capaz de sobrevivir yo sola. Por eso mismo me comprometieron con alguien que ni siquiera recuerdo, no se siquiera su nombre, solo sé que era alguien que yo conocía.

No era alguien que participará en mi vida e incluso ya le dijeron millones de veces que yo seré una carga, alguien que debe ser que tiene toda una lista de cómo cuidarme como si fuera un animal, mis gustos, mis extrañas mañas, mis comidas favoritas e incluso tal vez hasta tenga una colección de algas para que me entretenga haciendo manualidades mientras espero un hijo de él.

Ni siquiera sé si puedo tener hijos, ni siquiera sé si mi cuerpo está preparado para tener sexo, tal vez hasta me desmaye encima de él.

No sé qué pretendan que haga al saber que estoy comprometida por el resto de mi vida sin oportunidad de salir hacia afuera sola, ni siquiera sé los nombres de otros na'vi, ni siquiera sé cazar o cocinar, soy pésima en cualquiera de las dos.

No se usar un cuchillo, no se andar sola por el arrecife, no se vivir mi vida, no se absolutamente nada de mí.

¿Como pretenden que yo este casada cuando ni siquiera se cocinar?

—¿No confías en que voy a conseguir una pareja el resto de mi vida? —salió esa pregunta de mí, ni siquiera pensé que iba a ser enserio.

Ella se quedó callada, supe la respuesta al instante; No, no me veía capaz.

No creía siquiera si alguien se podría enamorar de mí, no me creía capaz de absolutamente nada y eso en cierta manera me molestaba. Seguí haciendo la pulsera, una vez más era común, más común de lo que me gustaría. Las dos no hablamos en ningún momento, luego de eso le tocó estar conmigo a Aonung.

Ella salió de ahí lentamente, me observo por unos segundos para luego dejar a cargo a Aonung, no pude distinguir si me miraba con pena o tristeza, cualquiera de las dos serian igual de malas. Él seguramente me saque alguna que otra conversación, pero no llegaría a más.

𝐂𝐨𝐧𝐬𝐮𝐦𝐞 | 𝑵𝒆𝒕𝒆𝒚𝒂𝒎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora