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Vaya uno a saber cómo, porqué Eywa decidió que los Tulkums sean quienes me atrajeran a él.
Solo me había desviado un poco de mi hermana espiritual, fue solo un poco. Ni siquiera fue apropósito, incluso podría apostar que él pareciera que me estaba esperando.
No, no me había desviado por más que haya sido difícil de creer. Por más que hubiera querido, incluso lo pensé brevemente, pero algo decía que no lo haga.
Hice caso a mi propio instinto y puedes verme como me atrajo hacia él, apenas salí a la superficie lo encontré a él, como si me estuviera esperando.
Pestañee varias veces para descartar la idea de que no fuera un sueño, de qué él no me estaba observando.
Me ubique un poco lejos de él, pero lo suficiente para poder mantener una conversación.
—Nari'k me llamas la atención.
¿Era normal que mi corazón lata a mil? ¿Era normal que quisiera esconderme en el estómago de un Tulkum y no volver a salir de ese lugar?
Claramente que era normal tratar de esconderme como si fuera una niña pequeña, los pequeños pelitos que tenía en los brazos se erizaron rápidamente apenas escuché la afirmación.
Abrí levemente los ojos, una vez más cerré levemente los ojos para cerciorarme de que sea verdad. Me matarían si me encuentran sola en ese lugar.
No solo porque estaba con Neteyam, que ya de por si Aonung me mataría, sino que no podía ir sola por ahí. Me habías dejado solo una vez salir y ya estaba en la otra punta del arrecife.
Y solo fue porque iba a estar con mi hermana espiritual, solo fue por eso, porque ni siquiera me dejarían salir sola hasta la esquina.
—¿Es una broma?
El arrugó las cejas, como si la pregunta ofendiera. ¿Era normal que él venga con tal propuesta de la nada? ¿Por qué fue tan directo?
—¿Por qué sería una? —Neteyam me preguntó.
Esa pregunta si ofendía ¿Por qué él se fijaría en mi siendo la hermana menor de su mejor amigo? No soy la más linda, no soy buena cazando, no soy aprendiz de Tsahik.
—Casi nunca hablo, estoy sentada en la playa o en el borde de la aldea con los pies en el agua, seguramente este haciendo algo con caracoles y tengo una obsesión extraña con los caracoles. Tengo muchas razones para creer que es una broma tuya y mi hermano.
Él se quedó callado.
—Y no es normal que tú me hagas ese tipo de propuestas —mencione—, y aún más que seas tú.
