Y vuelvo a verte

• 4 •

Pov Vanesa

Me quede helada ante la petición de Mónica, creí que jamás volvería a escucharla pronunciar aquellas palabras, mentiría si dijera que no la deseaba, desde el primer momento en que la vi en aquel vestido me enloqueció. La observe por unos segundos y al no tener una respuesta de mi parte, Mónica abrio sus ojos de par en par, su ceño estaba fruncido y quizás penso que no dudaría en tomarla y hacerle amor como si no hubiera un mañana, pero tenía claro que aún habían algunos puntos por aclarar con ella.

Mónica: lo siento -hizo el amago de levantarse de la cama- olvida lo que dije

Vanesa: ¡Ey! Moni, tranquila... -la tomé del brazo impidiendo que se levantará- creeme que desde que te vi, no hay cosa que quieras más que hacerte mia.. Pero..

Mónica: ¿Hay alguien más? -me interrumpió-

Vanesa: ¿que? -de manera rápida me senté sobre la cama y encendí la lámpara para verle mejor-

Mónica: entiendo si ya hay alguien más y tú no puedes, ¡dios que tonta fui! -paso ambas manos por su rostro-

Vanesa: ¡para ahí mujer!  -alce un poco la voz atrayendo la atención de Mónica- no hay nadie más, solo que tenemos aún muchas cosas que aclarar ¿no crees?

Mónica: pero yo oí.. Que tú y una chica llamada..

Vanesa: -le interrumpí- rumores Moni, no son más que solo rumores...

Entonces una sonrisa se dibujo en el rostro de Monica, sus pupilas estaban totalmente dilatadas y me tomó por sorpresa pero en menos de dos segundos estaba sentada sobre mi.

Mónica: ¿de verdad no quieres hacerme el amor? -pregunto soltando los primeros botones de su pijama dejando ver sus pechos- no sabes cuanta falta le haces a mi cuerpo -me susurro de la manera más sexy cerca del oído-

Y ahí estaba, mi musa. Una de las cosas que me enamoro de Mónica fue precisamente como podía pasar de ser la mujer más timida  y tierna, a la más sexy y desinhibida en la privacidad de nuestra habitación. Amaba como me provocaba y aunque era yo la que siempre llevaba el control, me enloquecida de placer cuando ella cambiaba los roles.

Vanesa: que pregunta más estúpida -reí pasando mis manos en su espalda por dentro de la pijama- no hay noche que no anhele tus besos, tus caricias, recorrer tu cuerpo..

Mónica: pues aqui me tienes, mi amor. Haz de mi lo que quieras.. -susurro en medio de un jadeo sobre mi boca-

Y ahí fue que la conversación terminó.

Nuestras bocas se unieron con desespero, que larga había sido la espera de volvernos a sentir asi, en medio de aquel beso mis manos entraron por debajo de la blusa de Mónica, mis palmas estaban frias a comparación de su cuerpo que parecía arder. Al tocar su piel Mónica jadeo gracias al frio, pero no dejo de besarme, en cambio yo, tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para separarme y verle a los ojos, sus pupilas estaban totalmente oscuras y sus labios un poco hincados por la brusquedad del reciente beso. Mis manos comenzaron a ascender por su cuerpo en busca de su sujetador pero a los segundos me lleve una grata sorpresa, sonreí  mordiendo mi labio.

Vanesa: sin sujetador Carrillo.. -murmure apretando sus pechos-

Mónica: después me lo agradeces, cariño. -me guiño un ojo-

Con la poca cordura que quedaba en mi la despoje de la blusa dejando al aire sus pechos, quise seguir con el pantalón pero ella fue más habil y saco mi blusa para después tirarla por algún lugar de la habitación. Aún sentada sobre mi, pego sus pechos casi a mi cara, estaba buscando el broche para soltar mi sujetador, mientras ella seguía en su misión yo capture uno de sus pechos con mi boca y jugué con mi lengua sobre el, teniendo un gemido por respuesta. Cuando Mónica por fin logro quitar mi sostén gire con ella sobre la cama dejándola debajo de mi, necesitaba ir más deprisa. Mis labios atacaron su cuello sin piedad y una de mis manos se colo entre su pantalón, de manera instintiva Moni abrio un poco más sus piernas dandome el acceso perfecto y sin más comencé acariciar por encima de su ropa interior, podia sentirla tan humeda tan preparada para mi. Su cuerpo se arqueo ligeramente y un jadeo provino de sus labios.