Capítulo 1

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Chuuya:

Desperté con la misma sensación de siempre, siento que me falta algo, que tengo que hacer algo pero... sinceramente no sé que es.
Era uno de esos días en los que no quería salir de mi habitación y, aunque estaba agradecido de poder tener un techo bajo el cuál dormir y una casa a la cuál regresar siempre. Me sentía solo, pero no estaba solo.
Dejando de lado eso, al parecer la mujer que me acogió en esta casa aún no regresaba del trabajo.
Con respecto a la casa, es una casa pacífica cerca del puerto, lo suficientemente retirada para que haya un tránsito de personas casi nulo por aquí y pueda ser un poco libre.
Y sobre ella, no sé mucho. «Kouyou Ozaki» ese es su nombre. Agradezco que es la única persona en toda la ciudad que no me odia o me tiene miedo, nunca dudo en ayudarme a pesar de que escuchó todos aquellos rumores sobre mí. Nunca me miró mal ni me trató como todos los demás. No sé si fue por verme llorando o si parecía lo suficientemente indefenso para que ella se apiadará de mí.
Es gracioso porque todos me alejaban o se alejaban de mí, pero yo tuve que alejarla a ella de mi. Estoy feliz de que ella siempre se acercó a pesar de todos mis intentos de que se alejará. No es que no quisiera su compañía pero, es mayor y no sabía cuánto tiempo de vida tenía en ese entonces, ahora tampoco lo sé y eso me da miedo, soy un mounstro que puede quitar tiempo de vida pero no puede ver cuanto tiempo les queda, es horrible.
Aunque somos lo suficientemente cuidadosos para que ella no me toque ni por accidente, gracias a ella descubrimos que sí no hace contacto directo con mi piel no pasa nada y después de dicho descubrimiento ella me hace usar un gorro para que pueda acariciar mi cabeza y luego dejar un pequeño beso. Es una persona muy amable conmigo, he visto como es con los demás y es muy fría, pero conmigo es muy cálida, es una persona especial para mí.

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Ha pasado un año desde que me aparecí en el centro de esta ciudad, no recuerdo nada antes de despertar. Solo recuerdo sentir molestias por el sol de medio día en mi rostro mientras me levantaba del pavimento.
Recuerdo estar solo con ropa interior y pantalones, mis alas pedían a gritos estirarse pero fue justo cuando personas empezaron a acercarse a mi, una tras otra, tras otra. Todas esas personas se acercaban a mirarme y muchas otras a tocarme. Al principio lo deje pasar, para ese entonces no comprendía nada sobre el comportamiento humano y no sabía porque me estaban tocando pero conforme el toque aumentaba me sentía muy abrumado, tenía un presentimiento de que algo estaba mal, no solo con mi alrededor sino también conmigo y entonces empecé a pedir amablemente que dejarán de tocarme, no me gustaba.
Pero parecía que nadie me escuchaba, y entonces un anciano me tomo fuertemente del brazo, me lastimo un poco. Lo miré y me dijo algo que hasta el momento no he podido recordar. Luego otro anciano me sujeto y luego una mujer, parecían estar reteniendome y diciendo que tenía que hacer algo que no recuerdo y, luego, ví como los ojos del primer anciano perdían su luz y con eso se desplomó en el suelo, después el otro anciano y más tarde la mujer.
Luego de eso recuerdo a todos gritándome y alejándose diciendo cosas horribles como "maldito demonio", "asesino", "regresa al infierno". Esas palabras me lastimaban internamente pero no solo me lastimaron internamente con dichas palabras, muchos empezaron a lanzarme cosas o a golpearme con cosas así que tuve que huir, una de mis alas quedó lastimada pero aún me ayudó a volar hasta el puerto y luego me escondí entre los árboles pero no he vuelto a volar, no es porque no quiera o no haya sanado aún, solo... no puedo.
Me dolió mucho todo ese odio que recibí de todos porque yo sabía que uno de mis propósitos era cuidar y ayudar a las personas pero si ellos no me dejaban entonces, no entendía que querían de mi o cuál era mi propósito aquí.
Y aunque ahora los ayudo cuando no me ven no se siente muy bien y no es que quiera un tipo de reconocimiento por ayudarles o un agradecimiento, solo quiero que dejen de odiarme porque yo jamás pedí poder quitarles la vida si me tocaban...
Hasta el momento no comprendo porque tengo esa maldición, no puedo tocar a las personas que quiero, en este caso a Kouyou ya que es riesgoso para ella, pero solo tengo esa maldición, no poseo dones, no soy una flor de abundancia como todos creían y quizás eso duele más, no poder ser lo que ellos querían que fuera.
Eso pienso yo, pero Kouyou dice que poseo un corazón muy noble y que ese es un don.
Siempre quiero decirle que un corazón noble no es nada para una sociedad que esperaba mucho de mi y al final no pude darles nada.

Por fin salí de mi habitación a darme una ducha. Estaba por vestirme, cuando ví mi armario con ropa, no pude evitar sonreír, Kouyou se encargó de que la ropa me fuera fácil de colocar con las alas, siempre piensa en todo, la mayoría de mi ropa es abotonada, abierta por enfrente y solo tengo que abrocharla, además de que tiene agujeros para que mis alas salgan. Tengo esa ropa desde que me dejó vivir aquí pero sonrió al verla aún, porque me recuerda que soy querido aunque sea por una persona.

Quiero hacerla sentir querida de igual forma, quiero hacerla feliz porque se lo merece, es una madre para mí, pero aún no encuentro la manera de quitar esa tristeza que siempre trata de ocultar en sus ojos, sé perfectamente que no toda esa tristeza se debe a como me han tratado sino también porque ella perdió a su hija, me lo contó un día en que se encontraba muy borracha, me dijo que su hija se llamaba Kyouka y que aunque no estaba muerta la había perdido porque se fue con otras personas que la cuidaban para alejarla de ella, porque su "oscuridad" comenzaba a consumir a Kyouka también y no quería eso, dijo que a veces ella la veía sin que Kyouka supiera, que ella aún la cuidaba de lejos y que no importaba que, ella siempre la amaría. Al inicio no lo comprendí, no es que ahora lo comprenda pero entiendo su dolor.
También dijo que ahora su oscuridad ya no la consumían como antes pero que aún tenía miedo de lastimar a su pequeña, si supiera como ayudarle lo haría, pero yo no sé nada.
Odio no saber nada.
Y es que yo... Yo no veo una oscuridad en ella, yo solo veo a una persona con una luz un poco extraña. Que la vida la trato mal pero trata de ser mejor todos los días.
Kouyou merece una vida feliz.

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Cuando termine limpie la casa y luego salí a buscar algunas cosas, el bosque que estaba cerca era mi lugar de exploración favorito, bueno, no es como que pueda ir a otro lugar.
Quería recolectar frutos si es que había, pero antes iría a ver el paisaje hermoso que formaba un lago en el centro de aquel bosque, era mi lugar porque yo lo descubrí, jamás hay nadie ahí así que lo proclamó como mío porque probablemente nadie más conozca ese lugar.

Llegue hasta aquel punto, siempre me ponía tan feliz estar ahí, era un lugar hermoso lleno de vida. Es un bello campo de flores rodeado por árboles que parecieran resguardarlo, hay flores de todos los colores, pueden verse tantas bellas mariposas e incluso abejas y en el centro un lago cristalino precioso.
Yo siempre llegaba hasta el lago y me sentaba a la orilla a disfrutar de la vista, está vez me recosté a un lado del mismo y extendí mis alas, brazos y piernas por todo mi espacio. El sol iluminaba mucho pero no lastimaba, simplemente aquel lugar era perfecto.

Era mi lugar favorito y era mío... Eso hasta que "él" apareciera.

Por la relajación que me causaba estar ahí no pude notar o escuchar que alguien más se acercaba a mi.

Y fue entonces cuando paso, cuando alguien...
Me tocó.

Por favor, no me toques | Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora