Capitulo 9 "Sospechoso"

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Aparcamos el coche en frente del edificio donde vivía Katia, nos costó mucho encontrarlo porque esta retirado de Hoflet, era un edificio de diez plantas el barrio era tranquilo y solitario con postes de luz alrededor de todo el edificio pero la mitad de ellos no alumbraban, avían muy pocos coches y mucha basura en el suelo, al parecer Mark ya estuvo aquí pero según el solo estuvo en casa de su hermana una vez y fue de visita, Katia no lo volvió a dejar entrar por alguna razón.

Estábamos parados enfrente del edificio, Jackson estaba con el ceño fruncido, al parecer se había vuelto una de sus expresiones más comunes, aprete las llaves en mi mano, en cuanto entramos vi que era un edificio casi abandonado, la única luz que había fallaba al alumbrar, subí las escaleras detrás de Mark porque era el quien sabía que piso era, Jackson estaba muy callado pero no como de costumbre ahora más y respiraba muy fuerte.

–Es aquí– dijo Mark al lado de una puerta, la abrí y todo estaba oscuro, no había luz, abrí mi móvil y puse la linterna Mark hizo lo mismo

–Revisare las habitaciones– le dije a Mark, Jackson me siguió hasta la habitación del fondo del pasillo, había una cama pequeña y al lado una estantería llena de libros, me acerque y cogí uno de los libros mientras que Jackson miraba con curiosidad los cajones, encontré un diario de Katia que seguramente tendría algo. así que lo cogí.

–Lay– me llamo Jackson, cuando me di la vuelta para verlo vi que tenía una carpeta llena de papeles que se salían por los costados.

–cógela– le dije y salimos de esa habitación, entramos a otra mucho más pequeña y estrecha que la otra, esta me dio muchos más escalofríos porque parecía la habitación de un niño, alumbre a toda la habitación y me di cuenta de que estaba toda llena de juguetes de niño, la habitación era de color azul, entre y me acerque a la cómoda, avían archivos, los abrí y en la primera página ponía: Niños desaparecidos

¿Katia tenía un archivo de niños desaparecidos? ¿Porque si ella no fue madre?... que yo sepa, el archivo estaba lleno de informes de niños desaparecidos, casi todos en el mismo año en 2014...el mismo año en el que perdí mi memoria...

me asuste cuando Jackson me cogió del hombro, cuando me di la vuelta y lo alumbre con la linterna me señalo la cama pequeña

–algo, Cama– dijo el, yo fruncí el ceño y cuando alumbre a la cama vi un muñeco de la estatura de un niño echado en la cama, me espante y  cogí el archivo, salí de la habitación junto a Jackson con la respiración agitada, la última habitación estaba cerrada con llave.

–Mierda–mal dije, normalmente en las películas en las habitaciones cerradas con llaves puede haber a. Algo importante b. cadáveres o c. un monstruo cautivo, si, así es, me gustan las películas de fantasía es más, me vi la saga de Harry Potter en un  día y medio, nisiquiera dormí y vi el amanecer pero mereció la pena.

–¿Qué pasa? – deje escapar un grito ahogado, me di la vuelta y mire a Mark, él se reía por mi gritito.

–Esta puerta está cerrada- lo mire enfadada porque seguía riéndose

–No he visto llaves en ningún cajón, ¿Que tienes ahí? –me pregunto Mark señalando el archivo y el diario

–un archivo y el diario de tu hermana, lo veremos en casa pero ahora necesito abrir esta puñetera puerta– ambos me miraron pero los pase por alto, se me ocurrió una idea, avance hacia el salón donde había una tabla de madera pequeña en el suelo y la cogí, después cogí un cuchillo.

–Uepaa ¿dónde vas con eso fiera? – dijo Mark arrancándome el cuchillo de la mano.

–el año pasado me quede encerrada en el lavabo de mi casa–dije y le arranque el cuchillo a Mark, avance hasta la puerta–mi madre me saco y después me enseñó a como abrir puertas o incluso cerrarlas de manera que solo yo pueda abrirlas–proseguí, cuando estuve delante de la puerta me puse el cuchillo en la boca y cogí la tabla de madera con las dos manos, levante las manos con la madera y le di un golpe a la cerradura, esta se tambaleo pero no se rompió así que le di otro golpe, después otro esta que al final se rompió por completo.

–Muy bien ¿y ahora como la vas a abrir?--pregunto Mark, yo tire la madera y cogí el cuchillo me arrodille para meterlo donde antes estaba la cerradura y con unos cuantos intentos de sacarle el pestillo a la puerta desde fuera lo conseguí y la puerta chirrió al abrirse, Jackson y Mark me miraron y yo los mire también, cuando entramos vi un escritorio y un portátil, en las paredes habían estanterías llenas de libros, yo me acerque al portátil y vi que estaba encendido, la pestaña de email estaba abierta y vi muchos mensajes de correos de la madre de Mark y.. mi padre... los mensajes son de hace 3 meses. En casi todos hablaba con la misma persona, la verdad es que no reconocía bien el Gmail de la persona, pero en los mensajes hablaban de alguien que estaban buscando, pero también de algo de... mi... hablaban de mi...

escuche golpes y me gire rápidamente, todos nos miramos, me acerque al marco de la puerta, mire la puerta de la entrada sin salir de la habitacion, estaba nerviosa, no vi nada, salí de la habitación y fui a la entrada y mire por la mirilla de la puerta.

–han puesto algo en la mirilla

–o tal vez la han tapado–dijo Mark entre sarcástico y asustado

–no es el mejor momento para los sarcasmos Mark– me volví hacia la puerta y la abrí, Jackson estaba detrás de mí como si estuviera a la defensiva, cuando salí había un cartel pegado en la puerta con algo escrito con... ¿Sangre?

–Dime que eso es sangre falsa... –dijo Mark asustado mirando desde cerca el cartel

–no se... pero no parece tan falsa– dije confusa

–no... no es falsa, es real, huele mal–Mark se alejó del cartel y vimos que lo que había escrito era una dirección, Mark se giró para mirarme como si supiera lo que íbamos a hacer ahora.

–no, no, ni de coña vamos a ir allí, imagínate que es una trampa para matarnos o algo peor, no, no vamos a ir– dijo alterado. Jackson lo miraba confundido, estoy segura de piensa que es un exagerado igual que yo.

–Bueno... pues solo hay una manera de saber si es o no una trampa–dije mirándolo, el frunció el ceño. Vale, lo admito, soy una adicta a la adrenalina, pero esto no puede quedar así, necesito respuestas y lo único que estoy encontrando son problemas, ahora voy a tener que encontrar lo que mi padre utilizaba para defenderse... –vamos a casa, tengo una idea– dije y empecé a bajar las escaleras, ambos me siguieron confundidos, pero... si de verdad es una trampa tendríamos que ir preparados o si no sería entrar a la boca del lobo.

Estábamos todos callados sin mencionar ni una palabra, cuando por fin llegamos a casa Mark y Jackson me siguieron a mi habitación confundidos, yo me puse a rebuscar entre los cojines, los armarios y por toda mi habitación hasta que las encontré, las lleves del garaje de mi padre, para ser exactos no lo utilizábamos como garaje si no que ahí dentro mi madre me dijo que mi padre entrenaba cuando yo era pequeña, pero que nunca me dejaba entrar.

–¿Y eso para que nos va a servir? puede que te sirva para clavárselas en el ojo a quien quiera que sea que quiere que vallamos, pero no servirá de mucho– dijo como siempre sarcástico mi mejor amigo Mark.

–Las llaves tal vez no, pero lo que hay dentro del garaje tal vez si– dije mirándolo con una sonrisa sarcástica en la cara, pase por su lado y salí de la casa para ir al garage, en cuanto abrí la puerta una oleada de polvo me hico estornudar y rascarme la nariz.

–deja de respirar... apunta, más abajo – dijo mi padre cogiendo la pistola para centrarla mejor, yo sostenía la pistola con ambas manos delante mío, habían unas botellas encima de una mesa puesta al final del garaje, –muy bien, deja no tenses los hombros, tienes que parecer segura imagínate que estas apunto de disparar a alguien, ¿crees que le darías miedo a esa persona si te ve tensa y con miedo?– yo negué con la cabeza y mi parde puso su dedo índice encima del mío en el gatillo de la pistola, y disparé, el sonido del cristal impactando con la bala hico que me dolieran los oídos, pero era un sonido que empezaba a gustarme.

–¡Muy bien! estoy orgulloso de ti– dijo mi padre sonriéndome, yo lo abrace con fuerza

–Papá, ¿podemos practicar los golpes? – le pregunté, lo que más me cuesta son los golpes.

– está bien– dijo en tono cansado, siempre le pregunto eso, me gusta mucho practicar los golpes.

– primero quiero que veas una cosa– me dijo, sonriéndome, me agarro de la mano y me llevo a la estantería de libros que tenemos en el garaje, papá retiro la estanterí...

estaba tirada en el suelo. me dolía la cabeza, Eso... ¿era un recuerdo?

Una historia mal contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora