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Pasan los días y sigo más encerrada que antes. Las violaciones no se volvieron a repetir, o si me niego y más tarde llegó a sentir un orgasmo porque que el cuerpo me traiciona solo se limita a decirme “Si acabaste no es violación criatura". Ya creo que entiendo el porqué de mi situación, hasta siento que me encuentro “comprendiendo" su accionar.
 
No he vuelto a ver a nadie ni mucho menos hablar. Me dedico a mi esposo y al parecer hasta lo hago bien. Aunque me encuentro completamente sedada emocionalmente y sin ser capaz de volver a irme. Ya me quedo claro que Carol es alguien con el que no puedo contar. Mi hermana no volvió a dar señales de vida… nadie me puede ayudar.
 
Preparo la cena nuevamente, me doy un baño y vuelvo a mi atuendo diario, pijama y pantuflas, al menos hasta que no sea la hora que el vuelva. Como todos los días espero a mi esposo, mirando por la ventana perdiendome en mis pensamientos...

Escucho golpes en la puerta, no les doy importancia, ni siquiera tengo una llave para abrir esta jaula que me mantiene prisionera. Oh tal vez ya estoy tan familiarizada con mi carcelero que posiblemente este volviendo el amor… o costumbre romántica que desarrolle con el. Los golpes continúan y decido acercarme a ver quién mierda es.

Miro por la mirilla de la puerta ya que la ventana superior sólo me permite ver una cabellera, recuerdo al hombre de barba pronunciada y labios gruesos que sobresalen de ella, todo lo opuesto a mi esposo, su pelo corto y ojos verdes dulces como una tarde de otoño en los Cárpatos viendo los colores otoñales. <<Estupida y poética>> me digo a mi misma mientras me decido hablarle.
 
—      Señor Lockey, Jasón no está —digo esperando su respuesta que no tarda en llegar.

—      Señora Antal —dice de forma seductora que logro erizar mi columna vertebral— disculpe mi intromisión, pero necesito esperarlo— dice y no se que responderle. Tal vez es mi oportunidad de salir de esta casa, que el me ayude. Ir a buscar a mi padre y salir de aquí…

—      He perdido mi llave, llevo todo el día encerrada —miento cobardemente

—      Claro, entiendo —dice pero aún sigue ahí lo noto por la ventana superior de la puerta, no alcanzo a ver su cara pero si su pelo— no podría llamar a su esposo ¿el demorara mucho?— cuestiona y no se que decirle, no tengo como llamarlo, el me quitó el celular ya hace un tiempo

—      Lo siento señor Lockey no tengo teléfono, estamos buscando uno para mi, el anterior no era de aquí y no funcionaba bien —¿Por qué le miento? Simple, no puedo confiar en nadie, salvo mi hermana pero ni siquiera esta aquí ni es capaz de venir a verme… estoy sola.

—      Por favor Señora Antal, hágase a un lado, no me puedo ir y dejarla aquí encerrada, cualquier cosa podría pasar —indica y sigo sus órdenes. Me pongo de pie algunos metros de la puerta y comienza a ¿golpearla?

—      No, señor por favor, no haga eso, Jasón debe estar por llegar —le pido, no quiero que entre y este aquí, que me vea, que él llegue y nos vea hablando.  

—      Ya casi —dice y la puerta se abre frente a mí — ¿se encuentra bien? ¿La golpeé? —pregunta y niego bajando la mirada

—      No, tranquilo, esto fue un accidente que sufrió en la ducha, me resbale pisando la esponja y golpee ni mejilla contra el lavado —digo cuando el preocupado rosa su dedo por mi mejilla

—      Entiendo —dice y por un segundo sus labios me hipnotiza, nunca había visto labios así, son gruesos y se ven suaves, aunque parece un hombre rudo y con actitud similar a la de mi esposo. La misma actitud pero más suave su mirada y reconfortante… <<claro, porque tu eres la reina del análisis de las personas, juzgas a la perfección y por eso mismo te casaste con un demonio>>

◇Los Secretos De JASÓN ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora