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Cuando me subo al auto, veo a Carol conducir, Ben parece contento.
Me coloca el cinturón de seguridad, me recuerda a Jasón, pero él no es tan suave, se sienta junto a ella en el lugar del acompañante.

Ella me observa esporádicamente por el espejo retrovisor y noto algún moretón en su rostro, pero no puedo verla bien, ya que ella está delante de mí. No sé qué decir ni cómo comenzar. Solo tengo la certeza que Ben es un asesino y Carol, es ¿Carol?

— Me alegra verlos juntos —digo intentando saber que quieren de mí.

— No estamos juntos, mi reina, ella es nuestro alimento —responde Ben girando en su asiento y sonriéndome con devoción.

— Entiendo —no, no lo hago, veo cómo Carol asiente con la cabeza.

— ¿A dónde vamos? —no soy idiota, sé que me están secuestrando, pero en algún momento podré enviar mi ubicación a Iván y él sabrá ayudarme.

— A nuestra casa, mi reina, vamos a preparar todo para el nacimiento de la condesa —acota.

El viaje siguió su curso y de golpe me vi nuevamente observando los Cárpatos. Hace mucho no pasaba por este paraje, Ben habla en voz alta de lo que está leyendo en un libro, sus palabras se me hacen familiares, pero no entiendo nada de lo que quiere decir. No sé por qué le dice a Carol de esa forma y mucho menos porque se supone que soy su reina. Dios solo esperó que Iván me encuentre. Aparento ser lo más fuerte que puedo por mi hija, aunque lágrimas se acumulan en mis ojos mientras miro el paisaje.
Una mano se apoya en mi vientre y me sobresaltó.

— Pequeña Condesa, seré un padre para ti, mi madre abrió el camino creando a Jasón y yo lo continuó haciendo de ti lo que verdaderamente eres. —miro a Carol, viendo si esta me puede responder o intentar decir algo, pero solo niega bajando la mirada.

— Me asustaste, estaba distraída —acotó en automático.

— Me di cuenta mi reina, pero ya casi llegamos, nos alimentaremos de nuestra heladera y descansaremos.

— No creo sea oportuno que Lovely —dice Carol y una mano se estrella contra su mejilla. Me sobresaltó en mi lugar nuevamente cuando los ojos de Ben perdidos se acercan a su esposa y comienza a hablarle.

— TE HE DICHO MIL VECES QUE NOS TRATES CON RESPETO MALDITA HUMANA, ELLA ES TU REINA Y COMO TAL DEBES TRATARLA.

— L… lo siento mi rey, mi reina —dice y este asiente.

— No te preocupes Carol, no me molesta que me trates por mi nombre, eres mi amiga —supongo. Digo tratando de bajar los malos ánimos y Ben no la golpee más, yo sufrí este tipo de golpes sin entender la razón y sospecho que ella tampoco lo entiende.

— Tu reina es tan humilde, aún tiene rasgos de humanidad en ella, eso la hace más noble y más digna aún —dice el mientras se vuelve a mí y ampolla su mano sobre mi pierna con una exagerada confianza que jamás tuvimos.

— Mi rey, yo solo decía que tal vez no es bueno que nuestra reina —dice ella aún con lágrimas cayendo por sus ojos— no debería alimentarse de mí, su bebe aparentemente se está criando bien y no sería bueno cambiar su alimentación, tal vez cuando nazca —termina por decir y Ben asiente.

— Es verdad, deberemos ir de compras heladera. No entiendo nada de lo que están diciendo. Alimentarme de Carol… solo entiendo que ellos sean caníbales o vampiros. Los vampiros no existen —aunque me encantaría— los caníbales viven en una isla, o algo así leí.

Después de no más de cinco minutos llegamos a un lugar rodeado de árboles y muy bien escondido del camino por el follaje. Ben es el primero en bajar del auto y antes que nada le abre la puerta a Carol, la ayuda a bajar o eso creo. Cuando me abre la puerta y extiende la mano, la tomó, no quiero que piense que me estoy revelando o algo así, cuanto más sumisa me encuentre, mejor me liberará de esto.

◇Los Secretos De JASÓN ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora