𝐈𝐗. 𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐞

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ — ᴅᴇsᴄᴀʀᴀᴅᴏ

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ — ᴅᴇsᴄᴀʀᴀᴅᴏ

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Narrador omnisciente.

—Espérame aquí — pronuncio la pelirroja alarmada a ver el caos allá afuera.

Alicent pareció entrar en pánico ante esto, y no dudo en asistir levemente, sin siquiera protestar. Lysandra comprendió y solo le regalo una sonrisa que irradiaba traquilidad; para después salir corriendo de la cantina. Antes de que alguien pudiera verla, la joven sacó su daga mientras caminaba por la calle de seda sin guardia alguno tenía que mantener su precaución sabia que la calle eran peligrosa a estas horas de la noche y más con el escandalo que estaba ocurriendo el dia de hoy.

Cuando llego al lugar noto como todos bebían, tebian sexo y parecian estar felices, parecía que fuera del palacio todo era distintos y muy pocos le daba su condolencia a la difunta reina, ¿acaso estaban celebrano?, se pregunto la pelirroja mientras caminaba entra la multitud y nadie lo noto.

—El rey y el consejo desprecian mi posición como el siguiente en la línea al trono, — Lysandra sabía de quien se trataba y se estaba asqueado con solo una frase, que salía de la boca del príncipe. — Pero por mucho que lo deseen al parecer no soy tan difícil de sustituir — comenzó a decir el con cierta burla en sus palabras, siendo apoyados por la gente que se encontraba ahí — los dioses dan tanto como los dioses quitan por el hijo del rey el heredero por un día.

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《Eres un idiota insensible 》, dijo Lysandra para si misma mientras se repetía abundantemente lo estúpida que fue al confiar en el, y pensar que solo una vez estaba siendo completamente sincero con ella. 《Como pude pensar que realmente esa noche significó algo para ti》dijo en pleno susurró para ella misma. Pero lo que más le dolía es que pensaba que el joven principe solo utilizo el momento para confudir sus sentimientos.

No sabía que hacer y como reaccionar sentía la necesidad de solo salir corriendo de ahí. Se sentía humillada, entristecida, decepcionada pero la emoción que más abordaba en ese momento era enojo como tenia el descaro de hablar así de su sobrino, del hijo de su hermano.

Y antes de que la gente pudiera comenzar a gritar, la joven se acercó a la mesa del príncipe a grandes pasos sacó su daga para que fuera visible al verla y la dirigió al cuello del príncipe Daemon con toda la intension de ejercer presion segundos después el príncipe Deamon reaccióno y se dio cuenta en la posicion en la cual estába y de quien se trataba.

—Continúa, principe cuales son tus últimas palabras antes de matarte— añadió la pelirroja con una sonrisa en el rostro, estaba furiosa, y tenía tantas ganas de apuñalarlo.— Igual, solo sale pura mierda en tus palabras. No creo que importen antes de que mueras.

Daemon dirigió su mano a la cintura de Lysandra y con la otra agarro su brazo para que esta baje su arma filosa.

— Es curioso mi príncipe, sigues y seguirás siendo el heredero que nadie quiere — susurró cercas de su oído para que su arma quedara aún más cercas de el y pudiera a ser una cortada superficial en su cuello.

Al notar como la sangre caía en la camisa del príncipe alarmó a los guardias que lo acompañaban.

—¡No se acerquen o lo siguiente que verán es mi daga en su ojo! — exclamó quitándose la capucha mirando fijamente a los guardias. Los cuales al verla se sorprendieron pero sabían que no podían hacerle nada a la princesa del norte, después de unos segundos miro a su alrededor — ¿Que pasa?, pensé que me iban a atacar, o tienen miedo de que sus capas doradas se llenen de sangre — hizo un leve puchero — que lastima, pensé que adoraban a su nuevo heredero. Pero al parecer no vale tanto la pena como para arriesgar su puesto en la guardia.

Y con eso le dio una mirada de rabia al principe e intento salir del lugar a pasos rapidos . Desde ahí Lysandra entendió que Daemon lo único que le importaba era  si mismo y su estúpido trono. Demostrando que le importaba una mierda su familia o gente que estaban ahí para el.

Daemon por otra parte se abrió paso entre todos y logró tomar el brazo de Lysandra que empezó a forcejear con el, de igual manera la tomó con más fuerza y la llevó a un lugar alejado de todos.

—¿Que haces aquí a estas horas de la noche? — pregunto Daemon soltando levemente el agarre.

—¿Tu que haces aquí? — exclamó Lysandra, empujando — sabes aveces me sopredes con toda la mierda que sale de tu boca. Claramente eres un idiota... y demasiado estúpido como para no saber que llegara a las palabras del rey.

—¿No creo que seas capaz de decirle? — sonrio con descarado mientras acariciaba la mejilla de la pelirroja. — Se que tus sentimientos te lo impedirían y lo entiendo sabes que yo...

—¿Sentimientos? — escupió con desprecio —, vaya que si eres estúpido.

—Si lo soy — interrumpió el joven principe — me gusta a veces aceptarlo solo cuando tu lo dices.

—¿Ahora te gusta estar deacuerdo conmigo? — pregunto mirándolo.

—Depende del momento . — dijo en pleno susurró.

Lysandra lo miraba con odio y desprecio no podía creer que apesar del mal rato que la hizo pasar. Se atrevía de ser tan descarado.

Ella soltó una risa que casi era una carcajada, se alejo del rostro del joven principe. — No me apetece estar contigo. No quiero hacerlo. Lo de anoche solo fue sexo nos odiamos Daemon recuerda eso.

¿Quien lo diría?, que el destino siendo mi peor enemigo, me a otorgado mi condena y debilidad favorita. 》 Dijo el para si mismo. Sabia que era un imbécil boca floja, sabía que la joven estaba molesta la más probable decepcionada. Pero el jamás pensó que vendría a este lugar.

—Será mejor que te vayas, no deberías estar en estos lugares sola — añadió Daemon con palabras duras.

La joven miró al principe por última vez antes de dirigirse a la salida del burdel. Daemon no dijo nada, solo la miraba alejarse; no podía dejar de sonreír. Se apoyo contra la pared controlando su respiración. Cada día que pasaba, todas la mañanas y las noches el la deseaba. No sexualmente a pesar que ella cumplía sus estándares, era algo más profundo de lo que el podía imaginarlo. Ella era la indicada para el pero... el sabia que podia llegar arruinarle su vida por lo imperfecto que podia llegar a ser. Al final todo el egocentrismo y el ego del principe era totalmente una farsa por que alado de la princesa Lysandra llegaba a sentirse poco para ella.


THE UNWANTED PRINCESS; Daemon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora