𝐕𝐈𝐈. 𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧

1.8K 214 21
                                    

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sɪᴇᴛᴇ — ᴅᴇsᴘᴇᴅɪᴅᴀ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sɪᴇᴛᴇ — ᴅᴇsᴘᴇᴅɪᴅᴀ

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Narrador Omnisciente.

Decir que Lysandra se sentía horrible era poco. Tenia ganas de haberse quedado en su cama y no salir de ahí. Pues la perdida de la reina Aemma era demasiado dolorosa después de todo no solo era su reina. También era la mujer que la crío cuando llego al desembarco del rey. Fue una madre, que tuvo en el algún momento y una amiga más. Ella la quería y sabia que el sentimiento era mutuo entre ambas.

Los verdes ojos de Lysandra miraban con preocupación a la princesa Targaryen. Pues desde el recorrido hasta el gran septo de King's Landing la princesa había estado completamente muda, su aspecto era trastornado el labio inferior temblaba y sus ojos violetas estaban cristalinos.

Sentía la necesidad de estar ahí con ella. Pero era imposible la familia real iba en carruajes separados y en la caminata solo se encontraba alado de su fiel caballero Ser Harrol el cual nunca soltaba el brazo de la princesa.

—Las calles están sumamente tristes. — Mencionó Lady Alicent con suma tristeza.

Lysandra miraba con atención las calles tras las ventanas del carruaje; — Aemma era querida por todos ella se había ganado el corazón del pueblo.

Alicent se acercó un poco más y toma ambas manos de Lysandra, — era una mujer impresionante.

Ambas se miraron por unos segundos; Las mejillas de Lady Alicent se habían puesto de un color rojizo.

—No me mires de esa manera que te enamoras — dice bromeando Lysandra mientras suelta una pequeña risa.

Alicent desvía su mirada hacia otro lado. — De que hablas, y–o no te estoy mirando de ninguna manera  — soltó nerviosa.

—Tranquila solo bromeaba. — Dice entre risas.

—Que dices — soltó — solo estaba asegurándome que estuvieras bien y no llorando.

—¿y tu estas bien? — , pregunto Lysandra.

— Trato de estarlo — suspiro —, por ti y Rhaenyra.

Alicent siempre era el sostén de Raenyra y Lysandra cuando los tiempos se ponían oscuros.

—No siempre puedes estar bien. — añadió Lysandra con un tono severo —. No te puedes guardar todo tus sentimiento para ti. Algún día explotaras y no podrás controlarte.

Lysandra sabia que Alicent era una persona que prefieria guardar sus opiniones y sus sentimientos. Por la posicion de su casa.

—Sabes que siempre tendrá que ser así. — Dijo resignada.

Lysandra suspiro y la volvió a mirar de nuevo — Deja de sentirte inferior por tu posición. Eres una mujer impresionante con unos buenos valores.

La joven Hightower en su interior, sabía que tal vez si hubiera nacido de otra manera las cosas serían diferentes para ella. En una mejor casa, con una familia completa o solo quizás nacer como un hombre.

Todo parecía ser sencillo para ellos, o bueno tal vez solo así sería completamente normal. Pues desde hace años ella sentía la necesidad de cambiar esos "sentimientos" extraños que sentía por su amiga.

《 ¿Pero verdaderamente estaban mal? 》, se preguntaba todos los días desde que conoció esos ojos verdes esmeralda que tanto la atormentaban. Ella solo quería cambiar sus sentimientos conociendo a otros hombres intentando forzar un gusto por el príncipe Cregan pero era imposible.

Sólo tenía ojos para una persona...

—Al parecer ya llegamos, — añadió Lysandra mirando por la ventana del carruaje. — aún falta lo más difícil.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

No time to die — Billie Eilis

Después de la caminata hasta la gran septa, tenían que quemar el cuerpo de la difunta reina y el pequeño heredero como se debía hacer para un verdadero Targaryen; Las nobles casas más cercanas e importantes estuvieron presentes portando el negro y dándo sus condolecias a la familia real.

Cregan abrazaba a la princesa Rhaenyra que parecía tan triste y devastada su miraba solo reflejaba dolor.

—Te están esperando — adquirió Daemon detrás de ellos, diciéndole directamente a su sobrina.

—Me pregunto si con esas pocas horas de vida de mi hermano — añadió Rhaenyra en valyrio — mi padre finalmente encontró la felicidad que tanto quería.

Rhaenyra no había soltado ni una sola palabra desde su discusión con el Rey. La sorpresa de Lysandra era evidente a pesar que no entendía mucho de lo que decían sabia perfectamente que sus palabras eran de dolor y decepción.

—Tu padre te necesita, más de lo que jamás lo ha hecho — insiste Daemon en el mismo idioma.

Lysandra se acerca un poco más a Daemon lo agarra de la mano y le susurra — necesita su tiempo.

—El tiempo no me ayudara. Jamás seré el varón que el necesita. — soltó Rhaenyra con la voz quebrada.

Rhaenyra volteo a mirar a su padre. Después de todo desde la muerte de Aemma el rey se había refugiado en su propio dolor ignorando a su hija; sin siquiera darle una palabra de consuelo.

Lysandra se percato de ello, sabia que cualquier palabra que saliera de su boca no sería suficiente para su amiga. Pero no podía dejarla sola era su amiga, hermana una compañera de vida.

Se acercó a ella y con palabras duras dijo lo siguiente: — Eres de sangre Valyria, tu nombre es único de tu sucesión, eres la jinete de Syrax, y la mejor que eh visto. Tu no necesitas ser un varón para demostrar que eres lo suficiente para tu casa o... — suspiro pesadamente — para un trono.

Viserys finalmente miro a su hija sabia que había cometido muchos errores en su vida. Pero el peor de ellos fue en dudar de su propia hija.  La ambición lo cegó, perdió a su esposa y a varios hijos en el camino.

Rhaenyra apretó la mano de Lysandra miro a Syrax que estaba delante del cuerpo de su madre y hermano esperando solo una orden.

Con un paso enfrente la princesa Targaryen miró a su dragona.

—Dracarys.

Syrax bajo la colina, preparándose para abrir la boca soltando fuego de el. Rhaenyra solo se le nublaron más los ojos mientras veía el fuego consumirse en los cadáveres.

Se acercó un poco a su amiga — ella te amaba como una hija.

Lysandra no creía las palabras que acababan de salir de la boca de su amiga. Sólo este momento permitía compartir su dolor con alguien más.

—Lo se, y yo a ella la amaba como una madre. Siempre estará orgullosa de ti. — Lysadra envolvió sus brazos contra la princesa Targaryen.

—De "nosotras" — corrigió en pleno susurró. Aceptado el abrazo de la pelirroja.










18/02/23

THE UNWANTED PRINCESS; Daemon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora