𝟏𝟑: [𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟐] 𝐌𝐚𝐝𝐝𝐢𝐬𝐨𝐧 𝐃𝐚𝐰𝐬𝐨𝐧

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14 de abril de 1912Océano Átlantico

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14 de abril de 1912
Océano Átlantico

SIGO DICIENDO que lo que hiciste fue aún estúpido – dijo Jack sin aún creerlo mientras seguía dándome besos.

– Lo sé, Lo sé, pero no podía dejarte – lo miré a los ojos para luego abrazarlo con todas mis fuerzas. Nos quedamos abrazados alrededor de unos minutos pero el sonido de unos disparos que iban en dirección a nosotros nos obligó a que nos separáramos.

– ¡Corre! ¡Corre! – Jack me jaló del brazo, apenas podía alcanzar a ver quién nos disparaba antes de doblar a la esquina, tuve la oportunidad de ver quién era y era nada más que Daniel. Lo miré sorprendida ante su comportamiento de querer matarnos. Jack y yo seguíamos corriendo y corriendo hasta lograr perderlo de vista, las cosas cada vez se estaban saliendo más de control, gritos y gritos por todos lados, personas lanzándose por la borda del barco y si, no pensé que mi razón de muerte fuera ahogarme en el Titanic. El barco sé un día más y más las personas se peleaban por los únicos dos botes que quedaban, el barco se hundía a cada segundo – ¡Vamos Maddison corre, no te detengas! – volvió a ordenarme Jack mientras íbamos a la parte trasera del barco, ya que era la parte más elevada. Ambos nos sujetamos del barandal y solo nos dedicamos a esperar a que el barco se hundiera, a mi izquierda pude ver a una mujer abrazada a su hijo mientras le decía lo mucho que lo quería y a mi derecha había una mujer joven y muy hermosa intentando sujetarse con todas sus fuerzas me miraba con los ojos llenos de lágrimas. Apenas podía estirar mi mano para ayudarla pero antes esta se soltó y cayó al agua, me aferré todo lo que pude a Jack y lo miré a los ojos.

– ¡Jack! Te amo – fueron las únicas palabras que salieron de mi boca, este beso mi frente y me aferró a él. No podía creer que el barco más costoso del mundo terminara así.

Océano Atlántico

El tiempo pasaba más lento de lo normal. Aún seguía aferrada a Jack, no tenía el valor de ver a las personas morir, noté como Jack pasaba al otro lado del barandal sin soltarse para luego extender su mano.

– Dame tu mano – me miró a los ojos y lo miré por unos segundos y la tomé para pasar al otro lado – Con cuidado confía en mí, no voy a soltarte – me miró y me sujetó con fuerza. Volví a mirar a mi izquierda y ví que un hombre vestido de blanco hizo lo mismo que nosotros. – ¡Maddison cuando te diga, cuando estemos a punto de llegar al agua aguantarás la respiración y cerrarás los ojos, voy a estar a tu lado no iré a ningún lado ¿entendiste?

– Sí – dije mirándolo fijamente a los ojos.

– Ya casi , ya casi – dijo Jack mirando el agua – ¡Ahora! – en cuanto el Titanic se hundió por completo, Jack y yo quedamos bajo agua, lo busqué con la mirada desesperada hasta que me encontró, salimos a la superficie en busca de aire y de algo en que pudiéramos apoyarnos seguimos nadando hasta encontrar un pedazo de madera con dificultad subí a él y miré a Jack.

– V-vamos J-Jack s-sube – dije tartamudeando por el frío que se apoderaba de mí.

– N-no y-yo e-stoy b-bien – susurró Jack apenas lo miré a los ojos – E-estuviste i-increíble p-prometeme b-buscarás ayuda y s-si yo no sobrevivo t-te casarás t-tendrás muchos bebés – me miró apenas sus manos estaban heladas y sus labios morados.

– ¿Por qué dices eso? Ambos saldremos de aquí – dije apenas en un susurro.

– Creo q-que yo n-no saldré de esta.

– Y-yo t-tampoco n-no siento m-mi cuerpo – lo miré a los ojos mientras temblaba del frío.

– N-no morirás aquí M-Maddison no aún eres j-joven s-saldrás de esta. Llegarás a la vejez y n-no m-morirás aquí, sino en tu c-cama – dijo Jack, apenas sentí como dos lágrimas frías resbalaron por mis mejillas. Lo miré a los ojos y le dí un beso. – P-prometeme que buscarás ayuda.

– L-lo prometo – susurré, apenas apoyé mi cabeza en su brazo y noté que seguíamos con las manos entrelazadas. Cada vez sentía mis párpados más pesados hasta que no pude más y cerré los ojos. Pero no podía estar aquí los abrí de golpe al escuchar un bote pasar cerca y un guardia lo escuché gritar si había alguien con vida. Me giré y miré a Jack .– Jack, despierta, hay un bote, ¡Jack! – lo moví pero no obtuve respuesta alguna, sus ojos estaban cerrados y mi mundo se vino abajo. – ¡Jack, despierta, hay un bote! – susurré apenas y con la voz quebrada. Y supuse que al no responder y al no moverse había muerto. Haré lo que me pediste, lo prometo, te amo – me solté de su agarre, besé su mano fría y vi como se fue al fondo del mar. Cerré los ojos nuevamente a punto de rendirme pero, volví abrirlos, tomé un impulso, me bajé del pedazo de madera y nadé hasta el cadáver de un hombre quien tenía un pito en la boca, así que lo tome y comencé a silbar, con él hice todo el ruido que pude hasta que llamé la atención de los del bote, ellos volvieron a mí y me ayudaron a subir. Estuvieron remando el resto de la noche hasta que un barco por suerte nos encontró y nos rescató. A la mañana siguiente miraba fijamente y sorprendida la estatua de la libertad de la ciudad de Nueva York un enorme silbido caía pero no me importaba que me mojara de pies a cabeza, ví que un oficial amable y joven que se acercó a mí.

– Cariño, ¿podría darme su nombre, por favor? – preguntó mientras me tapaba con el paraguas y tomaba el lápiz y el papel. Entonces lo miré fijamente a los ojos.

– Dawson, Maddison Dawson – lo miré a los ojos, este anotó el nombre y rápido se fue. Vi que entre los pocos sobrevivientes se encontraba Daniel y mi familia, cosa que decidí ignorar, quería volver a rehacer mi vida. Metí las manos en el abrigo de Daniel y sentí algo extraño, lo tomé en mis manos y miré sorprendida el collar que me había regalado Daniel. Sonreí para mis adentros, ya que pensé en venderlo y con ese dinero empezar mi vida en honor a Jack Dawson el hombre que cambió mi vida para siempre...

 Sonreí para mis adentros, ya que pensé en venderlo y con ese dinero empezar mi vida en honor a Jack Dawson el hombre que cambió mi vida para siempre

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 (The end.)

¡Gracias por leer!

𝐘𝐨𝐮 𝐣𝐮𝐦𝐩, 𝐈 𝐣𝐮𝐦𝐩, 𝐫𝐢𝐠𝐡𝐭?  //~𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐃𝐚𝐰𝐬𝐨𝐧/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora