ASFIXIA ©

8 - segunda parte

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8

Segunda parte

Desperté sobresaltada, sudorosa y con el corazón palpitándome con fuerza.

Había tenido una pesadilla.

Ver a Carter en mis sueños torturándome sin compasión, amenazaba con convertirse en una pesadilla recurrente. Sería difícil que el dolor de los golpes y la sensación de ahogo desaparecieran de mis recuerdos tan pronto como quería. Ahora estaban marcados en mi cuerpo como heridas que no sabía cómo demonios sanar.

De repente escuché un ruido.

Giré la cabeza y vi a Exen golpeando una de las ventanas de la cabaña. Tenía el cabello tan desordenado como cuando uno se levantaba de la cama, pero sus ojos oscuros parecían enérgicos, muy despiertos. No imaginé querría a esa hora, pero me hizo una señal con el dedo para que me acercara.

Después de comprobar que Nina estuviera completamente dormida, con cuidado avancé hasta la ventana, busqué el modo de abrirla y contemplé a Exen con extrañeza.

—¿Qué pasa? —le pregunté luego de deslizar el cristal.

—Esto parece raro —susurró él con divertida confidencialidad— pero hay una reunión de emergencia en el edificio de control y pensé que quizás te gustaría acompañarme a escuchar sobre lo que sucede.

—¿Por qué querría ir? Podrían vernos —murmuré, acercándome más a la ventana.

—A mí nunca me han descubierto, descuida —aseguró, restándole importancia. Luego su expresión brilló con interés—. ¿No quieres saber qué despertó a la unidad y a medio equipo? De seguro tiene que ver con El Imperio.

Lo pensé por un instante. Maldición, sí quería. También quería saber el motivo de la reunión de emergencia. Si estaba relacionado con El Imperio, entonces también lo estaba con mi inmunidad. Y ese tema me concernía por completo.

—Bueno, espera —acepté y cerré la ventana.

Con sumo cuidado de no hacer ruido, tomé los zapatos y me los calcé. Me dirigí a la puerta y la abrí sin apartar la mirada de Nina. Ella apenas se movió por lo inmersa que estaba en su sueño. Logré salir de manera exitosa y cerré la puerta tras de mí.

Exen aguardaba con ansias, así que sin perder tiempo corrimos al edificio de control. Nos escabullimos por una puerta trasera que él conocía, asegurándonos de no emitir ningún sonido o levantar sospechas. Avanzamos por un largo pasillo y después de unos cuantos cruces, vimos una puerta doble.

Exen impulsó la manija hacia abajo. Abrió la puerta con una lentitud casi desesperante hasta que dejó una abertura que nos permitiera observar el interior. De inmediato, las voces de la sala se hicieron audibles. Nos situamos estratégica y cuidadosamente frente a la delgada abertura. Una vez en posición correcta tuvimos una vista excelente de lo que sucedía.

Observé unas grandes pantallas. Algunas reflejaban mapas y estadísticas; pero otras presentaban asombrosas imágenes bajo visión nocturna de la superficie. Ligre, Butterfly, Julian y Levi se hallaban de espaldas a nosotros, mirando los monitores mientras que algunos hombres manipulaban las computadoras y las proyecciones con notable ansiedad.

—¿Lo lograste? —inquirió Levi.

Su voz se escuchaba neutra y autoritaria.

—Estoy intentando hackear el enlace vía satélite, pero toma algo de tiempo —respondió uno de los hombres que tecleaba con rapidez frente al sistema.