capítulo uno

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Solo ocupó una última sacudida. La cama resonó y el tipo encima suyo gruñó. Él gritó.

—¡Yeonjun!—.

Mierda. Ahí estaba otra vez. La costumbre, si es que ahora se lo podía llamar así a las maldiciones sin sentido. Beomgyu tenía una.

—¿Quién mierda es Yeonjun?—.

El tipo encima suyo estaba enojado. Beomgyu un poco cansado sinceramente, un poco exhausto y harto. Aunque con el tiempo, había dejado de darle tanta importancia a estos desesperantes momentos.

Se tensó por completo cuando el alfa llevó la mano a su cuello, trató de ejercer presión a la par que Beomgyu lo miraba fuertemente, con sus ojos abiertos.

—Dime, maldito omega—repitió, una vez más—¿Quién jodidos es Yeonjun?

Beomgyu recordó cuán territoriales eran los alfas durante el sexo. Él no esperaba que este fuera la excepción, pero en todo caso no esperó que reaccionara de esta manera.

Llevó su mano sobre la del alfa, y tiró de ella hacia arriba. No lo consiguió en lo mínimo, pero por lo menos el tipo la alejó por sí mismo sin cuidado.

—No entiendo por qué debería explicártelo.

Beomgyu no era exactamente un omega sumiso, para ser sincero, a Beomgyu le asqueaba el estereotipo omega. Así que, tan rápido el tipo se alejó unos segundos, pateó lejos al otro para salir de la cama.

—Maldito omega insolente—dijo con asco. Beomgyu no le prestó atención, no lo merecía, acostumbrado a los pobres alfas territoriales que se obsesionaban con un omega a la primera follada—Gimes los nombres de otros tipos mientras alguien distinto te está cogiendo, toda una puta.

Beomgyu siguió sin decir nada, terminó de ponerse su ropa, totalmente vestido, y se volteó a mirarlo.

—Totalmente de acuerdo—dijo, con una pequeña sonrisa—. Y tú me follaste gratis, has de haber caído muy bajo.

Tomó sus zapatos, dejando al tipo desnudo en la cama y con las palabras entre sus dientes.

El aire libre lo golpeó bien, necesitaba un respiro antes de volverse completamente loco.

Siempre terminaba así, lamentablemente. Él no sabía por qué había dicho el nombre de Yeonjun. Él no tenía idea, y ese alfa todavía se sentía en el derecho de pedir explicaciones. Pensó que podría ser humillante, pero Beomgyu había dejado  de sentirse mal por ellos.

No le debía nada a los alfas.

Miró la hora y se preguntó si Taehyun lo trataría mal si llegaba un poco tarde a su habitual encuentro en las medias tardes. Tenía una excusa, un idiota había tratado de ahorcarlo, él tenía derecho a llegar más tarde lo normal, sobretodo si un tipo lo había estado asfixiando de una manera incorrecta, no es que no le hubiese gustado intentarlo.

—Te pedí tu café de siempre—.

Taehyun era la única persona que conocía su pequeña maldición, como el gustaba llamarle. Taehyun prefería llamarle de forma un poco más ridícula como solía decir Beomgyu.

—¿Otra vez dijiste el nombre de tu destinado?—preguntó, Taehyun no podía evitar reírse de su amigo cada vez que conseguía sacarle cada una de sus pequeñas desgracias.

—Sí, no creo que un destinado me arruine todos los malditos polvos que me echo—.

A Beomgyu no le hacía tanta gracia. No era divertido, jodidamente en lo mínimo. Había estado cerca de morir a causa del tal Yeonjun.

¡Había perdido al amor de su vida por culpa de ese estúpido nombre!

A veces pensaba que se estaba volviendo loco, gemir el nombre de una persona que no conoces, jamás has visto, ni mucho menos oído de ella antes. Perfectamente, podría ser un Yeonjun que ni siquiera existiera. El tema había llegado tan lejos que, después de que su maldición apariciese por primera vez había llamado a su madre, calmando sus lágrimas.

"¿Conoces a Yeonjun?"

Recuerda haberle preguntado con la voz tintada de esfuerzo, su cara roja y con un dolor inmenso en el corazón. Su madre le dijo que no, jamás escuchó de Yeonjun. Beomgyu pensó que podría ser algún amigo imaginario de la infancia, casi rogó por ello, pero su madre le aclaró que jamás tuvo amigos imaginarios.

—Es la única explicación—dijo Taehyun, parando de reír, intentando ser aquel beta comprensivo—. Siempre dices su nombre cuando te corres, Yeonjun tiene más influencia en ti de lo que crees.

Beomgyu le dio su mejor mirada suplicante.

—Taehyun, estoy empezando a creer que Yeonjun no existe—habló, queriendo soltar aquello que lo estaba quemando—. Los destinado no existen, Yeonjun habría aparecido para entonces.

Y no decía mentira, los mitos contaban que los destinados no se tardaban en encontrar. Se unían tan rápido como sintieran la necesidad desesperada de estar con su otra mitad.

Beomgyu estaba desesperado por encontrarse con Yeonjun y darle un jodido golpe en la cara. Era todo un jodepolvos.

—Y va más allá de mi control, no puedo evitar decir su nombre.

Taehyun tarareó en acuerdo, su amigo no estaba en una situación fácil. Y llevaba así desde hace mucho tiempo.

—Mi abuela decía que algunos destinados llegan tarde—explicó, intentando animar a Beomgyu—. Podría ser tu caso.

Beomgyu se rió.

—Es faso, Taehyun, lamento desmentir lo que dice tu abuela—Beomgyu bebió de su café, pareciendo tomar ánimo gracias a la bebida—Hace millones de años que no se conoce una pareja destinada.

Actualmente, nadie estaba con su destinado, porque no había una manera física para saberlo. La historia aseguraba que la conexión iba más allá de la marca genérica de los alfas sobre los omegas. La conexión de los destinados permitía que unieran cada parte espiritual, en alma y cuerpo para amarse por la eternidad, encontrarse en cada una de sus vidas, una y otra vez. Un ciclo que no podría ser roto fácilmente. Algunas muestras antiguas demostraron su existencia, pero con el pasar de los años la tasa de destinados estaba prácticamente extinta. Y si alguien encontraba un destinado no sabría si sentirse afortunado o un bicho raro. Y aunque lo que se conoce de las almas gemelas es poco, mucha gente especula sobre ello hablando de teorías extrañas.

Como Taehyun, por ejemplo.

—¿Y si tu destinado está muerto?—preguntó.

Era mera hipótesis, pero a Beomgyu le pareció estúpida su cuestión.

—Pues que se aparezca.

Taehyun se rió.





holaaa, esta historia ya había sido publicada antes, pero lamentablemente wttp me borró la cuenta por lo tanto perdí por completo la historia :((. La ando reescribiendo desde cero, espero poder darles una mejor versión, comenten si les gustó este primer capítulo, los tqm <333.

¡Te estoy buscando, Yeonjun! ● yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora