capítulo siete

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Beomgyu se levantó unas cuantas horas después, recordaba todo perfectamente, no solía perder la memoria y el control de sus acciones cuando entraba en celo. Algunos omegas lo hacían, pero él era una clase extraña a la regla.

Por eso, se encontraba caminando hasta el increíble aroma a alfa que se sentía por toda su casa, pero más fuerte en su sala. Olía como a alfa en celo y Beomgyu podía imaginarse por qué.

Estaba un poco enojado con Yeonjun, pudo haberlo tomada en ese momento, pero él no lo hizo, y eso, muy en contra a su desdicha, le calentó el corazón. Había estado a punto de rogarle mil veces para que lo tomara allí mismo, pero también se había derretido en partes iguales gracias al autocontrol de Yeonjun.

—Hola—.

Al parecer Yeonjun ya sabía que estaba despierto, y lo miraba con una pequeña sonrisa tímida en el sofá.

—¿Cómo te sientes?—preguntó amablemente, a pesar de que se veía tranquilo, Beomgyu podía sentir perfectamente la mezcla de excitación en el aire.

Maldita sea si no lo follaba esta vez.

—Ya me siento mejor—respondió, acercándose hasta sentarse junto a Yeonjun—. Lamento haber insistido antes.

Yeonjun rió bajo.

—Está bien, a veces el celo puede llegar en los momentos incorrectos.

Beomgyu pensó que incorrecto no era la palabra ideal. Si Yeonjun y él estaban destinados a encontrarse entonces todo lo que sucedía era correcto, perfectamente planeado por el destino.

—De todas formas—dijo, Beomgyu dejando caer su espalda sobre el respaldo, miró a Yeonjun con ojos deseosos—. Pudiste solamente follarme.

Vio como Yeonjun tragaba saliva, y apretaba la tela bajo sus manos. Beomgyu miró sus dedos, que tomaban fuerza en la tela. Beomgyu quería ser sujetado por ellos.

—No creo que hubiese sido lo correcto, además dijiste que alguien vendría a cuidarte.

Oh, cierto. Taehyun. Beomgyu rió bajito. Yeonjun no sabía que le había pedido a Taehyun que no viniera. Que no era necesario.

El plan inicial era pasar su celo con Yeonjun. Incluso si Yeonjun no era su destinado, era jodidamente atractivo y no podría desaprovechar una oportunidad así, sobretodo con alguien como Yeonjun.

—De hecho, le pedí que no viniera—.

—Oh.

Beomgyu sonrió divertido.

—Aún así, gracias por cuidarme—.

Era plenamente consciente del sonrojo en sus mejillas, y de cómo la sonrisa de Yeonjun no hacía más que mojarlo. En su celo, era mucho más complicado resistirse al comportamiento habitual de un omega. Y Yeonjun solo lograba sacar todos aquellos puntos desfavorables.

Quería complacer a Yeonjun. Quería hacer feliz a Yeonjun. Quería gustarle a Yeonjun. Quería, quería tantas cosas con Yeonjun que se tornaba complicado pensar.

—Por cierto—replicó—¿Cómo sabes quién es Taehyun?

—Me lo dijiste tú mismo—respondió, Beomgyu ladeó la cabeza confundido—. Te pregunté si tenías quién cuidara de ti, y me respondiste que él ya no vendría.

Beomgyu asintió.

—Por eso me quedé aquí.

Beomgyu sonrió, con sus mejillas apretadas.

—No se supone que los alfas sean así de dulces y amables—chistó Beomgyu—. Es más difícil así no aceptar que me gustas.

—Entonces, estás de suerte—Yeonjun lo miró unos breves segundos—. Porque también me gustas.

¡Te estoy buscando, Yeonjun! ● yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora