(1) primer día

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Pov: jennie

Estaba abrochando con cuidado los botones de la fina camisa de seda que llevaba puesta.  El fuerte viento entró por la ventana abierta de la habitación, y pude escuchar ese sonido de lluvia.  Me levanté buscando mi ropa que estaba desparramada y tirada en el suelo.

- ¿Ya te vas?  - pregunta el chico que estaba tirado en la cama.  Su cabello estaba desordenado, y me di cuenta de que tenía sueño.

- Se está haciendo tarde, creo que mejor me voy a casa - murmuré terminando de ponerme mi última ropa.  Lo veo estirarse y levantarse poco después.  La delgada sábana que lo cubría cayó, brindándome una vista privilegiada de su cuerpo desnudo.

- ¿Te puedo llevar a casa?  - propone maliciosamente pasándose la lengua por los labios. Un intento fallido de seducirme.

- Es mejor que no, si mi padre me ve venir contigo, tendré que serios problemas - digo la verdad.  Su mirada se desmorona unos segundos, realmente me atrapó.

- Esto ya me está cabreando.  ¿Por qué tu padre me molesta tanto?  preguntó, haciendo un puchero.  Le doy una leve sonrisa apretando sus mejillas.

- Puro instinto paterno. ¿Alguna vez has visto a un padre como a los niños alrededor de su hija? Traté de hablarlo, pero sé que no lo convencí.

- No bromea con Mino, me recuerda, y termino riéndome.

- Tal vez porque Mino es gay- digo sin dejar de reír.  Aunque Jongin lo sabía, sus celos hacia mi mejor amigo gay eran cómicos.

- "Dices eso, pero nadie te ha visto nunca con un chico antes", me regañó con un profundo suspiro.

- Escucha, dale un respiro a mi papá. Él te aceptará.
Me acerqué a él y sostuve su rostro dándole un ligero beso en la frente. 

- Ahora tengo que irme, si abuso de llegar tarde será peor. 

-¿Te veo mañana? Pregunté dándome la vuelta antes de
salir de la habitación.

- Mañana tengo una cita, pero nos vemos en la escuela, dice rascándose la nuca.

- Muy bien, adiós le mando un beso al aire, saliendo de la habitación y dando un portazo.

......

Me desperté con el sonido escandaloso que brindaba mi despertador, ese día que por alguna razón desconocida sentí un fuerte dolor de cabeza. 
Ni siquiera había tomado un trago ayer con Jongin, pero creo que tenía la fuerza suficiente para agotarme hasta el punto de dejarme en este estado. 
Me levanté de la cama, la apagué y me acerqué al espejo.  Me miré solo en sujetador y bragas como solía hacer todas las mañanas desde que tenía trece años.  Admirando mi cuerpo intensamente.

- Esa costumbre nunca se pierde. Escuché una voz detrás de mí y vi a Mino mirándome con los brazos cruzados. 
Llevaba una chaqueta gruesa que parecía un poco húmeda, creo que debe haber estado lloviendo como de costumbre.

- ¿No es un poco temprano para que entres en mi habitación?  Pregunté dándome la vuelta de nuevo sin dejar de mirarme en el espejo.  Nunca perdió esa manía.

- Tu padre me dejó levantar. Y además, sabía que ayer estuve con Kai, sabía que llegaría tarde, el chico se encoge de hombros y con dos pasos cortos se acerca, deteniéndose detrás de mí.  "Aquí está tu problema", dice colocando sus manos en mis caderas. Le hace cosquillas debido a los guantes gruesos que usaba.

- ¿Qué pasa con mi vientre?  Pregunté confundida, y él me empujó hacia atrás, apoyando su cuerpo contra el mío.  Nunca me sentí incómodo con los toques de Mino, de hecho me gustó que me diera su opinión sobre estas cosas.

vi el amor en tus ojos (CHAENNIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora