(12) no fue esta vez

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No era propio de mí arrojarme tanto a una persona, niño o niña. Pero Rosé realmente estaba siendo un desafío. Me negó incluso las solicitudes más miserables, y eso me frustró.

-"Esta es mi habitación", le dije, abriendo la puerta.  Parecía un poco sospechosa, pero entró sin mucha insistencia.

-Que hermoso-ironizado.

- “Aquí está mi refugio. Donde me relajo, y me olvido de los problemas del mundo exterior.

- Creo que todos tienen esa misma vista de la habitación, aun así pude notarla muy tensa. Me di cuenta de que tenía el poder de alterar su comportamiento. En general siempre estaba seria y bastante callada. Pero la puse nerviosa, lo cual era una buena señal.

- ¿Como es el tuyo?  - pregunté acercándome y noté que ella retrocedía dos pasos. Ella estaba atenta a cada momento mío, no podía verme. Pero era como si supiera lo que estaba a punto de hacer.

- Es normal, no hay nada especial- le dio una respuesta vaga como siempre.

- Cualquier día me gustaría conocerlo - admito sin vergüenza alguna.

- Con mucho gusto te mostraría- está bien. No esperaba este. O hablaba en serio, o realmente no entendió la malicia en mis palabras. - ¿Es aquí donde duermes con Mino?  - Preguntó Rosé de la nada, lo que me llamó la atención.

-Sí-contesté.

"-¿Y... en la misma cama?"  — Otra pregunta sin sentido, ya lo había dicho.

-Sí-repito.

- Te gusta mucho pasar con Mino, ¿no? Pregunto.

- Creo que sí", le dije, riendo. - Ya te lo dije, es mi mejor amigo.

- ¿Nunca notaste nada malo en él?

- A menudo lo admito. Si alguien tenía problemas, era Mino.  - Es cerrado, no se abre a nadie, esto aleja a todos de él.  Pero siempre está ahí para mí. Por ejemplo, cuando murió mi madre, él fue un gran apoyo. Mino puede ser raro, pero es mi bicho raro. ¿Entiende? Digo.

-"Creo que sí", suspiró, sonando molesta, como si no le gustara lo que escuchó.

- ¿A ti tampoco te gusta? Jongin lo odiaba. mino no lo se. Continuó. se lleva bien con algunas personas. Es algo que nunca entendí. 

-¡No claro que no! Ella lo negó en ese momento.  - No tengo nada en su contra.

- "Me alegra escucharlo", dije con sinceridad, acercándome a Rosé y tomándola de la mano.  - Vamos, quiero que veas algo — La llevé con cuidado a mi cama donde se sentó.  Me agaché y agarré una pequeña caja que guardaba debajo de la cama.  Recuerdo no tocarlo desde el funeral de mi madre.  -Este es mi cofre del tesoro - dije avergonzada. - Guardo mis posesiones más valiosas abrí con cuidado tomando la pequeña flauta. - Mira – se lo di a Rosé quien pasó sus manos por él con cuidado.  Definitivamente tratando de descifrar lo que era.

  - Una flauta - murmuró ella, aún pasando sus manos por el objeto.

- Me lo regaló mi madre meses antes de morir, dijo que quería verme jugar algún día - dije con cierta nostalgia recordando el día que lo conseguí.

- ¿Por qué me estás mostrando esto?  - preguntó Rose, juntando las cejas.

-Quería tu opinión como artista – bromeéAunque tiene una pizca de verdad.  - ¿Crees que debo aprender a tocar?

vi el amor en tus ojos (CHAENNIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora