(04) Hay otras formas de ver

183 28 0
                                    


ROSE

Caminé con cuidado por la casa, pasando el bastón por el suelo. Aunque estaba en una casa nueva, poco a poco me estaba acostumbrando. Me gustaba adaptarme rápidamente a nuevos entornos para poder navegar por ellos solo. No me gustaba depender de nadie, en Australia podía caminar por las calles y por mi casa sin ningún miedo. El hecho de que no pudiera hacer eso por aquí me hizo sentir muy frustrado.

-Rosé Escuché una voz detrás de mí.  Yo se quien es, era Woobin - no sabía que ya había llegado de la escuela - noté que su voz se acercaba más y más.  - No te he visto mucho desde que llegamos aquí. ¿Qué piensa de Corea?

- Aparte de esas molestas lluvias, es un buen lugar - realmente lo único a lo que no me he podido acostumbrar hasta ahora. Escuché a Woobin reír.

-"Esta época del año apesta", resopló.  - Pero la niña ciega siempre se acostumbra fácilmente en cualquier lugar. te envidio eso.

- No sigas llamándome así Woobin, no me gusta ese apodo - dije serio.  Desde que perdí la vista, Woobin hizo bromas y apodos que ofendían a cualquier otra personaTraté de ignorar la mayor parte, pero hay algunas cosas que incluso los seres humanos más pacientes no pueden tolerar.

- "Estoy bromeando." Sentí un golpecito en mi frente.-"Nos vemos en la cena", su voz se apagó, y me di cuenta de que ya se había ido.

Caminé con cuidado hacia el centro de la habitación y encontré el piano. Papá lo había dejado prácticamente en el mismo lugar que la casa vieja. Ese era mi único requisito.  Me senté en el banco con cuidado y pronto comencé a jugar. Esa fue una de las maneras que encontré para relajarme. Tomé clases de piano desde que era pequeño, después de quedarme ciego se convirtió en mi mayor refugio. Practiqué durante unos minutos, deteniéndome solo cuando noté que había alguien más en la habitación.  Llevaba allí algún tiempo, probablemente escuchándome tocar.

- ¿Papá?  Pregunté dándome la vuelta.  Este olor fue el más fácil de distinguir.

- Hola hija. Estaba distraído contigo tocando el piano, me encanta cuando practicas - Lo sentí acercarse y sentarse a mi lado en el piano.  - Desde que nos mudamos no habías jugado más suspiró.

- No tuve mucho tiempo. -Primero quería conocer la ciudad y acostumbrarme al camino.

-Sé que este cambio debe haber sido difícil para ti.  Pero fue una buena oportunidad para mí.  ¿Puedes entender, no?  -tocó mi mano que estaba depositada encima del piano.

-No seas así papá.  En realidad ha sido mejor de lo que pensaba. La familia de Lisa también puede venir, e hice un muy buen amigo, comenté, pasando mi mano sobre las teclas del piano de nuevo.

- Me alegro de oír eso. Sabes, tengo noticias: detuve mis manos sobre las teclas nuevamente tan pronto como escuché esa frase. Sé que las noticias de mi padre suelen ser bastante impactantes. Quiero decir, el último me trajo aquí. -Tú hermana volverá.

- ¿Alicia?  Pregunté, inclinando mi cabeza hacia un lado.  - ¿Por qué?

-¿Cómo entonces por qué?  - él se rió. -Terminó su pasantía en París, y volverá a vivir con nosotros.

-Oh, Dios mío, no es que no me gustara mi hermana ni nada por el estilo. Pero Alice podría avergonzarme fácilmente.  Nuestros gustos y personalidades eran muy diferentes. Y ella no podía aceptar eso, así que siempre trató de cambiarme de alguna manera.

-Te dejaré practicar. Hasta luego hija – Lo sentí besar mi frente y alejarse dejándome sola en la habitación.  Donde volví a tocar tranquilamente llenando el silencio con la melodía del piano.

vi el amor en tus ojos (CHAENNIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora