Pov Daniela.
- Hola, amor...
Esas dos palabras hicieron eco en mi cabeza, amor... alguien mas la llamaba así, han tenido esa sensacion de querer estar en algun otro lugar menos en el que se encuentran?
Yo ya no quería seguir aquí.
El hombre que había entrado se acercó al amor de mi vida, la iba a besar...
Mi mundo volvió a derrumbarse, pero... no podía culparla, fuí yo quien se fue, no podía hacer nada al respecto.
No sé porque, pero ella movio su rostro para que el solo besara su mejilla, gracias, dije mentalmente.
Pero aú así, no podía seguir aquí.
- Lo siento...
- No te preocupes.
María José habló, ella tenía verguenza, no habia dejado de conocerla.
- Iré a ver si puedo hablar con Sofia.
Dije y salí de aquella oficina.
Busqué en mi cartera asegurandome de que aquel sobre que guardé antes de venir aquí siguiera ahí.
Y si, ahí estaba.
Flashback.
Cuando me fuí, lo unico que llevé conmigo fue una tarjeta de memoria, ahí guardaba mis rcuerdos, las guardaba a ellas, podia asegurarme de que estuvieran bien.
Antes de hablar con mi mejor amiga, me había sentado en mi oificna, encendí mi computadora y puse la memoria para verlas, aunque sea un instante.
Momentos donde fuimos muy felices aparecian en la pantalla.
Sofia aun era una niña, lo que daria por haberla visto crecer, no pensé que protegerlas me quitaria tantos años a su lado, su risa se escuhaba en los pequeños altavoces que estaban en el escritorio.
Esa risa me llenaba el corazón.
- Mami... basta, me duele.
Yo le estaba haciendo cosquillas.
- No fui yo la quien me asustó.
- Fué mamá Poché... ella me dijo.
- Traicionera...
Oí la voz de mi esposa en la habitación, dejé a mi hija sentada y me acerqué a ella.
- Así que detras de todo estuviste tú?
- Eh...- me besó.
- No, un beso no va a borrar tu culpa. Le dije.
Me volvió a besar.
- Tal vez dos?.- preguntó y negué siguió dandome picos hasta que sentimos unos pequeños bracitos alrededor de nuestras piernas.
María José tomó a nuestra hija en su brazos y ambas la abrazamos.
- Las amo mucho.
Les dije y despues sentí sus labios en mis mejillas.
El video se cortaba ahí porque María José se había acercado a detener la grabación.
Guardé el video en una memoria e imprimí alguna fotos, las guardé e un sobre un juntoa todo eso dejé una nota, tenía que hacerle ver a Sofia que la seguía amando, que siempre la amé, no quería que me siguiera odiando, no sabia cuanto mas podría soportarlo.
Fin del flasback.
Ahí estaba ella.
Estaba pintando, su cabello recogido en una coleta alta, llevaba sus lentes, estaba tan concentrada en lo que hacía que no notó mi presencia.
Agradecí internamente, ya que si me hubiera visto me hubiera gritado o quien sabe, ella estaba siendo ella mismo, y yo, yo estaba admirando una de sus facetas, admirando lo inteligente que era y lo increíble que era con un pincel en sus manos.
Yo conocía lo que ella estaba pintando, era mi pintura favorita en toda la faz de la tierra.
La noche estrellada de Vincent van Gogh.
- Que dibujas?.
- No dibujo, pinto.
- Que pintas, entonces?
- Es un óleo sobre el lienzo. La noche estrellada de Vincent van Gogh, mi favorita en todo el mundo, podría pintarla en todas las técnicas que existen y no me aburriría nunca.
Decía aún concentrada en lo que hacía.
- Que lindo, es demasiado hermoso, también es mi favorita.
- Enserió?
La emoción que mostró en su despareció cuando se giró a verme.
Quería llorar.
- Tú.
Se volvió a girar.
- Podemos hablar?. Pregunte aclarando mi garganta.
- No tengo, ni quiero hablar nada contigo.
Decía sin mirarme, no la podía obligar pero si entregarle lo que había traído.
Me acerqué más a ella y le tendí el sobre, ella me miró confundida.
- Es para ti.
- No quiero nada que venga de ti.
- Solo Tómalo, tu veras si lo tiras o no.
Sin decir alguna palabra, lo tomó y continuó en lo que estaba.
Continuará...
Ojito, si la historia llega a los 100 votos y 1K de lecturas les actualizo de nuevo.
Gracias por leer.
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