33

2K 316 249
                                    

Ganar siempre había estado entre sus más grandes deseas. La emoción que sentían incluso al ganar los más pequeños partidos era increíble.

—¡Cuidado, Nice Cock! —le gritó Dream, antes de estrellar la pelota en su cara.

El rostro de George se torna rojo por la vergüenza, pero a pesar de eso se levanta. Dream tenía una gran necesidad de llamar su atención todo el tiempo y no de una forma nueva.

—George, concéntrate —le decía Wilbur.

¿Cómo se suponía que iba a explicarle que le era imposible concentrarse si Dream estaba frente suyo llamándolo por todos esos apodos absurdos.

Como era de esperar pierde. Es su tercer partido contra el equipo de Dream. La primera vez que jugaron contra ellos, ganaron. La segunda ganó el equipo de Dream y esta tercera vez también ganaron ellos.

En tan solo un año Dream se había convertido en una estrella, conocido también un prodigio para los deportes. Era una lástima que su equipo no pudiera seguirle el ritmo, o hubieran llegado a nacionales ese mismo año.

En ese momento no lo sabía, pero años más tarde se convertirían en uno de los mejores dúos. Porque la única razón por la que el universo no los había unido antes, es porque sabía que eran invencibles.

...

—Me preocupa saber que todos están dando lo mejor de sí y que aún no sea suficiente. Puede que Tommy haya ayudado demasiado el equipo, pero dudo que...

—Cállate —le dijo Wilbur, analizando cada movimiento, cada jugada, cada gesto.

Se levantó y fue a hablar con el entrenador.

Pidieron tiempo.

—Tommy, de verdad, muchas gracias por jugar. Pero debo volver. En este tiempo los he estado viendo a ambos equipos. Dejan muchos espacios libres y eso es prácticamente como regalarles puntos. Ellos son buenos atacando, pero la defensa les falta mejorar. Así que tomen el control del balón y verán lo mucho que vamos a mejorar.

—Yo también noté algo —interviene Jschlatt—. Su colocador acomoda su cabello detrás de su oreja derecha si quiere pasárselo al de su derecha y su oreja izquierda si quiere pasárselo al de su izquierda.

—¿Cómo te fijas en eso? —le preguntó Tommy sorprendido, ya que él solamente se fijaba en dónde estaba el balón.

—Tengo buena vista.

—Bien. ¿Alguien tiene algo más que aportar?

—Me gusta el pito —dijo Dream.

—¿Algo que no sepamos?

Todos se quedaron callados.

—¡Entonces vamos allá y demostremos que podemos contra ellos!

Cada uno está en su posición listos para ganar la guerra. Una guerra que en un comienzo parecía estar perdida, pero que toma un rumbo distinto.

Bloquean sus jugadas. Saltan, gritan, se caen y vuelven a levantarse, observan cada movimiento y se animan mutuamente.

Pronto llegan a empatarlos y cuando nadie se lo espera han ganado el segundo set.

Todos están con los ojos llorosos y en cuanto se miran unos a otros es cuando las lágrimas caen.

Había esperanza aún.

Dream y George se abrazan al igual que Tommy y Wilbur. Todos se abrazan.

—Buen juego, chicos. Sí se puede.

El tercer set empieza. La suerte está de su lado porque consiguen los tres primeros puntos.

Ranboo, quien había permanecido desapercibido, ahora se hace notar más que nunca. Se divierte viendo lo nerviosos que se ponen cuando coquetea con ellos.

—¡George! —grita Ranboo, pidiendo que se la pase a él. Anota—. ¡George! —vuelve a anotar—. ¡George!

Esta vez no anota. Le han bloqueado con tanta fuerza que ve como su muñeca se tuerce. Siente un fuerte dolor y todos se quedan en silencio.

—¿Estás bien? —le pregunta George.

Ranboo no deja de ver su muñeca. Un paramédico no tarda en ir.

Tommy toma su lugar y el partido continúa. Sin Ranboo tenían una gran desventaja.

Tratan de mantenerse serenos y no dejarse llevar por la fractura de Ranboo. Aún habían esperanzas.

Van parejos. 18 a 18.

Dream acomoda sus cabellos rápidamente y se da cuenta de la presencia de su padre en las graderías. Una sonrisa se escapa por su rostro.

—Dream —lo llama George, para que vuelva su atención al juego.

Y siguen. Buscando la forma en de anotar más y más puntos.

Ambos equipos siguen parejos hasta que la competencia anota un punto más, llegando a tener 24 puntos. A un solo punto de la victoria y de ser los ganadores de la gran final.

Todo el país los está viendo. Algunos en el mismo estadio, otros desde sus casas, o en el trabajo, incluso algunos escuchándolos desde la radio. Tenían que hacer historia. Tenían que ganar.

Punz llega a salvar el balón a duras penas. Ven como el balón se alza en cámara lenta, pero sus mentes van a mil por hora. George toca el balón y se lo pasa a Dream porque confía en él, confía en que los hará ganar.

Dream salta y cierra sus ojos por unos instantes. Siente como su mano toca el balón. Lastimosamente no han anotado ningún punto, por lo que se preparan para recepcionar.

—¡Voy yo! —grita Wilbur.

Han cometido un error. Han dejado un espacio tan grande entre ellos que es difícil para Wilbur llegar hasta allá. Estira su mano intentando tocar en balón, pero tropieza con sus propios pies.

Se queda ahí tirado en el piso cuando el árbitro toca el silbato.

Dream cae de rodillas. Luego cae George, seguido de Punz, Tommy, Fundy e incluso Jschlatt. Ranboo llora en silencio y no sabe si es por el dolor de su muñeca o porque de verdad le ha dolido perder.

Todos andan en el suelo llorando sin tener el valor de levantar la cara para ver lo decepcionados que están todos los que habían ido a verlo. Por lo contrario de lo que creían todos se ponen de pie y les aplauden. Les aplauden por haber llegado tan lejos, por todo su esfuerzo, por mantenerse unidos a pesar de todo. Les aplauden porque aunque no ganaron, están orgullosos de lo que han logrado en unos meses.

George es el primero en levantarse. Ayuda a Dream a ponerse de pie. Luego a Fundy, a Tommy, Wilbur, Jschlatt, Punz, llama a Ranboo.

Todos se juntan en la cancha, aún con los ojos llorosos y hacen una reverencia hacia el público.

—Lo hicimos —musita Wilbur—. No ganamos, pero llegamos a las nacionales. Y eso es lo que importa, mis queridos deportistas destacados.

My Enemy [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora