cap 13: Brío

97 15 7
                                    

Era raro pensar que alguien podría sentirse feliz luego de haber pasado por algo tan sorpresivo y shockeante, acciones y palabras simples que para muchos no podrían significar nada pero para nuestro protagonista en realidad eran todo su mundo, haber sentido por primera vez un rechazo, temor e injusticia tal que terminara logrando algo imposible para su condición actual, era simplemente ilógico, irreal y bizarro... Pero aquí estamos, muy a pesar de cómo se haya sentido hace unos minutos, Jonathan simplemente no podía sentirse mal cuando estaba a lado de Dio, obviamente no era como olvidar lo que había pasado o algo así, simplemente se sentía enormemente reconfortado con su compañía, y Dio era perfectamente consciente de esto.

El camino era algo largo pero la espera valió la pena, resulta que a las afueras del pueblo se encontraba la casa de una familia que solía viajar mucho, por ende era normal que se quede vacía por un buen tiempo, era muy sorprendente que nadie se haya atrevido a robar nada de aquí si se quedaba sin protección por tanto tiempo.

   - Llegamos, aquí tendremos nuestro afternoon tea perfecto, tiene un patio y una terraza con unas bellas vistas, me aseguré de que tuviera todo lo que necesitamos así que no habrán problemas.

   - Dio, no creo que esta sea una buena idea...

   - ¿Hm? ¿Porqué?

   - Esta es la casa de alguien, estamos invadiendo propiedad privada...

   - Ohh, no te preocupes amor, nadie se dará cuenta de que estuvimos acá, además ya vine aquí una vez y no pasó nada, confía en mí.

   - Hmm... Está bien...

Ambos terminaron entrando a la casa sin mucha dificultad, forzar la puerta no fue necesario ya que parece que alguien había olvidado usar el seguro de la puerta, que oportuno.

Cuando ambos entraron pudieron sentir un silencio tan desolador que se apoderaba de todo el lugar, muy a pesar de la hermosa decoración, había algo que no se sentía bien del todo, se puede decir que Dio estaba acostumbrado a esa sensación gracias a que ya había estado aquí pero para Jonathan era algo completamente nuevo, esa sensación tan desoladora lo puso alerta e hizo que instintivamente tome de la mano a su contrario con toda su fuerza, aunque visto desde un punto de vista realista, ese agarre no era para nada fuerte.

Dio claramente notó lo que pasaba con su peliazul pero sabía que lo mejor era no mencionar nada del tema, no quería ponerlo nervioso, y de hecho se le había ocurrido una idea mejor.

   - ¿Quieres que te muestre algo, Jojo?

   - ... ¿Algo como qué?

   - Ejem ejem... Mi adorable caballerito, hágame el favor de seguirme y se lo mostraré con mucho gusto.

Se separó para hablarle mientras se ponía en frente de él y le hacía una amplia reverencia, Jonathan soltó una pequeña risa al tono tan falsamente elegante de su contrario y volvió a tomarlo de la mano para que un segundo después el de ojos ámbar lo levantara, lo pusiera entre sus brazos y se vaya directo a una terraza en la que se encontraba una mesa perfectamente colocada en el centro con todo puesto y decorado para dos personas, mezclado con la hermosa vista de las afueras de la ciudad, el ambiente de la naturaleza y la tranquilidad impregnadas en el aire, junto con un cielo bastante claro con un toque naranjizo al horizonte, daba la sensación de estar dentro de una pintura.

   - Espero que disfrute de la vista y la puesta de sol, escogí este lugar solo para usted.

Dijo mientras ponía a su peliazul en una de las sillas y lo acomodaba con todo el cuidado posible, una vez ahí se separó y siguió hablando en el mismo tono.

Por TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora