Capítulo 8: The set

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Buckingham Palace, London,
March 22, 2000

Recuerdos que hacían querer volver al pasado.

Frances corría por las escaleras del palacio seguido de su hermano Harry, ambos con emoción mientras William iba detrás de ellos con un par de libros.

— Date prisa Wills. — lo apuró su hermano menor sin dejar de correr

— No se corre en los pasillos. — murmuró uno de los empleados cuando los vio llegar a la segunda planta. Inmediatamente los pequeños detuvieron su paso hasta que aquel hombre anciano desapareció de su vista y volvieron a correr.

— No tienen arreglo. — susurró William para el mismo.

Los tres hermanos se dirigían a los salones donde su abuela se preparaba para una reunión en el centro de la ciudad y ellos TENÍAN que pedirle algo.

Harry y Frances se detuvieron de golpe ante la puerta de la habitación y respiraron con fuerza tratando de recuperar el aliento.

William llegó detrás a pasos tranquilos, los observó a ambos y se preguntó por qué el no tenía esa hiperactividad.

La puerta se abrió en ese momento dejando ver a a su abuela y a su lado Sir Robin, su secretario privado.

— Oh. — dijo su abuela con impresión al ver a los pequeños con el rostro rojo de tanto correr y a William con unos 7 a 11 libros en los brazos. — ¿Qué pasa?

— Granny... por... favor... — Harry intentó hablar aún sin aire en sus pulmones. Habían corrido como nunca porque pensaban que su abuela ya se había marchado.

— Llévalos... para-que... los firme. — Frances continuó lo que su hermanos no pudo. Ambos recargaron su peso posando sus brazos en sus rodillas.

Ella miró a William tratando de buscar una explicación a lo que se referían. Él alzó un poco los libros haciéndole entender que los viera con atención.

— Necesitamos que lleves los libros para que ella los firme. — dijo el mayor. La reina observó el título de aquellos y entendió de inmediato regalándoles una sonrisa.

En ese instante se le ocurrió algo que no había pensado antes y no sabía por qué, supuso que su instinto de abuela falló, o solo su memoria.

— ¿Y si mejor me acompañan? — les dijo viendo como sus rostros se iluminaban, incluyendo a William que trataba de verse calmado.

Pues se trataba de los libros de Harry Potter, y la Reina iba a tener una pequeña reunión con la autora, J.K. Rowling.

Y si, era normal que cualquier niño de la época de enamorase de los libros, pero para aquellos 3 hermanos significaba algo más. Pues el año que fueron publicados, fue el mismo año en el que perdieron a su madre y en aquella navidad del 97 su abuelo, el Príncipe Philip les regaló a los 3 el primer libro; Harry Potter y la piedra filosofal.

Así fue como se refugiarían en aquel libro y los siguientes, que hasta la fecha eran 4.

No podía haber una competencia sobre "quién de los tres se sintió más identificado", pero sin duda Frances siendo la menor era la que podía sentirse como el niño Potter. Aquel que disfrutó de su madre muy poco tiempo.

𝐑𝐨𝐲𝐚𝐥 𝐃𝐞𝐜𝐞𝐢𝐭: 𝐋𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐨𝐬 || Elizabeth OlsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora