Algo diferente

Una mujer

Maratón 2/5

- ¿No vas a decir nada? -

- No tengo nada que decir -

- Roberta, no puedes seguir tratándome como si fuéramos dos extraños, como si no hubiéramos pasado por lo que hemos pasado, no puedes seguir tratándome... -

- ¿Cómo me trataste tú cuando estabas con Paula? ¿No puedo tratarte así? - dijo interrumpiéndolo 

- Roberta - dijo tratando de tomarla de las manos 

Viendo sus intenciones se alejó de él rápidamente 

- No, no Diego, no te acerques - 

- Solo quiero que me escuches, yo no quería lastimarte -

- ¿No querías lastimarme? Cuando me fui de aquí me hiciste una despedida en dónde estuvimos solos, bailamos juntos, tuvimos un momento que para mi fue hermoso, prácticamente me prometiste que me esperarías, y cuando regresé ¿Qué fue lo que me encontré? ¿Qué fue Diego? -

- Roberta yo... -

- Tú - dijo señalándolo mientras las lágrimas empezaban a formarse en sus ojos - tú me humillaste, me gritaste; ¿Si quiere viste la sonrisa de idiota que puse cuando te vi? ¿Si quiera te diste cuenta de lo contenta que me puse cuando te dije que había regresado? ¿Y tú que hiciste Diego? ¡¿Qué hiciste?! - dijo ya llorando con fuerza 

Se quedó callado sin poder dar una respuesta, mientras un nudo empezaba a formarse en su garganta, y las lágrimas se iban acumulando en sus ojos.

- Me dijiste que no debí haber regresado, me gritaste a la cara que nadie me extrañaba -

- Estaba enojado -

- Sí - dijo irónica - estabas enojado porque amarré al amor de tu vida, ¿o debería decir que amarré a tu prostituta? -

- Yo no lo sabía - 

- Eso no es pretexto, si al menos me hubieras explicado de forma tranquila quién era ella, si al menos no hubieras sido tan cruel. Pero no, me humillaste, me despreciaste, me dijiste cosas horribles por defender a una mujer que te mintió y te utilizó, ¿y así te atreves a decir que no puedo tratarte así? -

No pudo responderle nada, en el fondo sabía que ella tenía razones de sobra para odiarlo, pero simplemente no podía con eso, no podía con su odio. 

- Perdóname Roberta, por favor, perdóname -

Se limpió las lágrimas al tiempo que respiraba profundamente para tratar de mantener la calma. ¿Perdonarlo?, no sabía si podría hacerlo, eran demasiadas heridas que aún no cerraban, demasiadas lágrimas derramadas, demasiado dolor sin olvidar. 

- No puedo Diego, por lo menos no ahora. Vamos a tratarnos como lo que somos, dos compañeros de clase, hay que trabajar junto con los chavos para poder acabar con la logia, concentrémonos en eso, y ya veremos sin con el tiempo puedo olvidar todo el dolor que me causaste - 

Asintió con la cabeza mientras se limpiaba también las lágrimas, no era la respuesta que esperaba, pero al menos no le había dicho que no. Tenía esperanza de poder recuperar la complicidad que habían logrado antes de que ella se fuera.  

- Bueno, si no vamos a poder dormir, creo que lo mejor sería que revisemos esta lista otra vez, algo tenemos que encontrar -

- La verdad lo dudo mucho, creo que primero deberíamos observar cómo actúan los demás mañana, ver su comportamiento ante lo que le pasó a Vico, eso podría darnos una pista de quién es el cuidador de cuarto -