6. Un día de chicas

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Pasar un fin de semana con Draco Malfoy no era tan malo como pensaba Liss. El chico podría ser insufrible con sus amigos en Hogwarts pero cuando sin ellos era tranquilo y bueno ¿Pero porque no lo era en Hogwarts? Y a todo esto Liss le estaba dando vueltas en su cuarto de Hogwarts. Ella decidió ir al cuarto de Nati que compartía con una Wendoline Melton (Hermana de Charles) esta tenía el pelo moreno y corto por los hombros. Sus ojos negros miraban a Lizzie con curiosidad cuando Wendoline abrió la puerta después que Lizzie llamara.

- ¿Qué haces aquí, Smith? - Preguntó Wendoline.

- ¡Liss! - Exclamó una Nati entusiasmada. - ¡Entra, mujer! ¡No te quedes ahí! ¡Entra!

- Hola, Nati. - Habló Liss riendo por el entusiasmo de la chica.

- Holita, Liss ¡Entra de una vez!

Lizzie entró en la habitación y se sentó con Natacha en su cama.

- Bueno Nati, me voy a Hogsmeade con mi hermano. Dentro de unas horas vendré. - Hablo Wendoline.

- ¿Vosotros dos solos? - Preguntó Nati.

- Creo que también vendrán mis amigas. - Contestó y salió después despedirse.

La cara de Nati era de pura tristeza. Lizzie estaba confundida. Tendrías que saber una cosa de Lizzie y es que era muy lenta y no pillaba las cosas la primera la mayoría de las veces. Así que cuando Nati tenía una cara que representaba tristeza. Lizzie no sabía que le pasaba.

- ¿Qué te pasa, Nati? - Preguntó Liss.

- Nada, tranquila ¿Has hecho los deberes de pociones?

A Nati se le notaba que estaba mal pero Liss no sabía porque ella no se lo quiso contar. Se suponía que eran amigas, ¿no? Lizzie no tocó otra vez el tema. Lo dejo estar. No quería incomodar o poner más triste a Natasha.

- No, ¿Y tú lo has hecho?

- Si, ¿Te los dejo?

- Eso no se pregunta, Nati. - Contestó Liss mientras se reía.

Nati sonrió por primera vez desde que Wendoline salió por la puerta. La rubia se levantó para buscar los deberes de pociones en su escritorio y a Liss tuvo una maravillosa idea.

- Aquí tienes los deberes.

Lizzie los cogió y los dejó encima de la cama. Liss se acercó a la radio. Encendió la radio en cual sonaba "obsessed" de Mariah Carey. Liss empezó a bailar. Nati reía por como bailaba su amiga. Liss le cogió de la mano y empezó a bailarle. Nati le siguió el juego y también empezó a bailar. Liss a pesar de ser Slytherin quería que su amiga estuviera siempre feliz. Cuando terminó la canción las dos se tiraron a la cama.

- ¿Qué te parece tener hoy un día de chicas? Ir Hogsmeade a comprar golosinas y dar una vuelta ¡Enséñame el lugar sería la primera vez que iría!

- ¡Vale! - Gritó la rubia riendo. - ¿Qué me pongo?

Liss abrió el armario y cogió unos vaqueros negros y un top de tirantas beige y una chaqueta de cuero negra. Lo puso en la cama.

- Ponte eso con unas botas. Dúchate y nos vemos a las seis y media en la sala común.

- Vale.

Lizzie  estaba esperando a la joven Bownbear en la sala común de su casa sentada en un sofá que estaba enfrente de una chimenea

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Lizzie estaba esperando a la joven Bownbear en la sala común de su casa sentada en un sofá que estaba enfrente de una chimenea. Liss escuchó pasos detrás suya y giró la cabeza para ver quien era. La joven Smith vio a una guapísima rubia que era su amiga. Estaba increíblemente hermosa. Se había puesto lo que Lizzie había elegido para ella. La rubia había alisado su larga melena rubia e iba sutilmente maquillada. Apenas se notaba que llevaba maquillada pero iba super linda. Cualquier chico estaría rendido de haberla así vestida.

Las dos chicas se encaminaron a Hogsmeade. Nati le enseñó varias tiendas y sitios a Lizzie sobre el peculiar lugar y compraron algo de ropa de invierno y golosinas como piruletas. Las dos jóvenes cansadas decidieron ir al caldero chorreante a tomar algo para después coger un carruaje de vuelta a Hogwarts. Se sentaron en una mesa de dos al lado de la ventana y soltaron las bolsas al lado suya.

- Lizzie, ¿Qué vas a querer? ¿Una cerveza de mantequilla?

- Un té verde.

- ¿Enserio tomas esa porquería?

- Que a ti no te guste no significa que sea una porquería.

- Hola, chicas ¿Qué vais a tomar? - Preguntó el camarero cuando se acercó.

- Dos cervezas de mantequilla. - Contestó Natasha.

A Liss no le dio tiempo a contestar porque Natasha le había dado una patada justo en la espinilla.

- ¿Algo más?

- No, gracias. - Contestó de nuevo la rubia y el camarero asintió y se marchó a entregarle a la chica de la barra los comandos.

- Yo no quería una cerveza de mantequilla.

- Créeme Liss cuando la pruebes me lo agradecerás.

- Te haré caso pero por esta vez que lo sepas.

Natasha lo celebró y la joven Smith rio.

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