7. Perrita faldera

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Draco Malfoy, el chico de la misma casa de la joven Smith: Slytherin. Todas se caían rendidas a sus pies con solo mirada que solo podía dar el. Él era más guapo y lo sabía por lo que tenía un gran ego y que todas estuvieran a sus pies solo lo alimentaba. Todas deseaban tenerlo a menos de un metro y besarle excepto Lizzie. Ella no lo quería a menos de un metro sino a más de diez. Odiaba ese chico. Su arrogancia y su ego ponía a la chica cabreada en tan solo segundos. El rubio se creía tanto que cada vez que hablaba o tan solo verlo tenía ganas de estrangularlo.

A si que cuándo Snape le dijo a Izzy que se tenía que sentar al lado de él por no haber más sitio. Solo pensaba en beberse una poción en mal estado y pasarse la clase vomitando prefería eso antes que soportar a joven Malfoy. Pero se tragó sus pensamientos y se sentó en el asiento vacío.

Malfoy estaba sentado con sus amigos, bueno no todos, solo Blaise Zabini y Pansy Parkinson. La última tampoco estaba contenta de tener a la chica Smith en el grupo.

- Bueno, después de la molesta aparición de la señorita Smith continuaré con la clase. - Se escuchó quejidos por toda la clase. - ¡Silencio!

Snape volvió a hablar de sus queridísimas pociones, el para qué servían y con qué productos se hacía. Y todo iba bien hasta que Pansy hablo:

- Oh, mirad quién es aquí la hija de los Smith. No los rumores no son ciertos, es tan guapa como decían ¿Cómo te llamas?- Izzy solo la miró con desagrado y volvió a escuchar al profesor.

- Tu contesta. - Mando Pansy borde.

- Mi nombre ni te viene ni te va.

- Se llama Lizzie - Escupió entre dientes Malfoy con desagrado. Lizzie le lanzó una mirada de odio.

- Bonito nombre. - Susurró Blaise. Y Lizzie solo sonrió.

Al parecer había alguien dulce en toda la mesa. Pansy una carcajada y el profesor solo la reprendió.

- Blaise, no me seas amable. Tu nombre es tan... Insípido como tu

- Insípida tu madre. - Susurró Liss.

- ¿Qué has dicho?

- Que la insípida aquí es tu madre y mi nombre sin duda alguna es más bonito que el tuyo.

- Sin duda alguna te equivocas. Mi nombre es hermoso igual que yo.

Lizzie no podía aguantar más y soltó una risa bajita pero lo bastante fuerte para que Pansy la escuchara y por supuesto Malfoy que sonrió por cómo reía a la joven Smith.

- ¡Insinúas que no soy hermosa!

- No es que lo insinué, es lo que pienso.

- Tu tampoco es que estés para tirar cohetes. Además, nunca podrás conquistar el corazón de alguien como Draco Malfoy como yo hago. - Destacó Pansy. Y sonrió de manera coqueta al joven Malfoy.

Lizzie miró al rubio que miraba a la joven Smith con esa mirada que solo podía dar el. No tenía palabras adecuadas para describir esa mirada. Solo que sentía la piel a flor de piel.

- ¿Y tú? Además, el - Señalo Malfoy - no es mi tipo. - Terminó la frase señalándose después a ella misma.

- No mientas. A todas nos gusta Malfoy.

- Pues seré la oveja negra.

- ¿Qué eres lesbiana o que?

- No, aunque prefiero serlo antes que ser una perrita faldera de Malfoy como tu.

- Ostia ahí las dado, Lizzie. - Habló Blaise. A diferencia de Lizzie que sonrió al moreno. El joven Malfoy miró al moreno con cara asesina haciéndole callar la boca. Y así ganándose una bronca más del profesor.

Y así transcurrió el eterno lunes hasta llegar la hora de la cena, por último se dio un largo baño y por fin después de un largo rato cayó en brazos de Morfeo. Y así empezó a soñar un mundo sin el joven Malfoy.

I Wanna Be YoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora