°𝐄𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨° [ᵏᵛ]

Capitulo 24

—Son las cinco y cuarenta.—Taehyung aún no estaba preparado, y eso lo alteraba y le ponía más nervioso.

Ya se había duchado y maquillado, tenía la ropa delante, reposando en la cama esperando ser vestida, pero él estaba en una especie de trance al ser tan tarde y aún no estar vestido ni dirigirse al dichoso parque dónde le esperaba Jungkook.

Su madre ya sabía que había quedado con el joven azabache, por eso mismo decidieron celebrar su cumpleaños por la mañana. Fueron de compras, luego comieron en un restaurante chino y se también al cine, hasta su padre les había llamado diciéndoles que llegaría mañana para año nuevo.

Se la pasaron muy bien y se pusieron muy felices con la noticia, por eso mismo a Taehyung se le pasó la noción del tiempo, y no se dió cuenta de que hora era hasta las cuatro y media. Su cara se puso blanca y le dijo a su madre que debían regresar rápido a casa para poder alistarse y salir a la cita.

—Mierda mierda ¡Mierda!—Taehyung puso sus manos en su cabeza y agarró rápido la ropa para vestirse.

Ya eran las cinco y cuarenta y tres, primero se puso las medias blancas con estrellitas negras, pasandolas por las largas y rellenas extremidades inferiores, después un holgado jersei rosa pastel por todo su torso y luego una minifalda también blanca, y se vio al espejo, su mente le decía que se veía demasiado infantil para su edad, pero no tenía mas tiempo que perder porque ya eran y cincuenta, y debía de salir pitando de casa para no llegar tan tarde.

Porque ya sabía que no llegaría a tiempo ni de lejos, el parque se encontraba a unos veinticinco minutos de su hogar.

Se puso unas ballarinas azul marino con brillos, y una chaqueta beige que le llegaba un poquito más arriba que su falda, dejándo ver un poco la tela blanca asomándose, abrió la puerta despidiéndose de su madre y salir corriendo hacía su destino.

[…]

Un chico joven, con una majestuosa cabellera negra, recojida con una coleta de caballo, y algunos mechones cayendo por su frente, con una chaqueta negra de cuero y unos jeans oscuros, sin dejar de mecionar sus característicos pírcings de las orejas, ceja y boca, acompañados de su brazo tatuado, estaba esperando impaciente la llegada de su compañero de la tarde y seguramente de la noche.

Empezaba a preocuparse y pensando cosas mientras veía la hora del móvil, pasaban quince minutos de la hora acordada y Taehyung aún no hacía acto de presencia, Jungkook comezaba a pensar que no vendría y lo había dejado tirado, o le había pasado algo grave y el estaba esperando como si nada.

Cuando sus esperanzas de que apareciera ya estaban por el suelo, a lo lejos pudo distingir una figura corriendo hacia su persona, al fin había llegado su chico.

—¡Taehyung!—gritó, levantó su brazo izquierdo, moviéndolo de un lado a otro eufórico al saber que ya había llegado y no lo dejó tirado.

Pero su sonrisa duró poco al notar el cambio de Tae. Sus ojos se abrieron de asombroso y sorpresa, al ver sus largas piernas y regordetas corriendo con esas medidas de estrellitas, esa falda corta que apenas se veía moviéndose de un lado a otro, y sobretodo, el cabello, como relucía ese color dorado sobre su ser, y la manera en que zarandeaba creando un dinamismo único y precioso.

Tampoco pudo pasar por alto el detalle de su rostro, estaba un poco más maquillada de lo que estaba acostumbrado, aún así no era muy abundante, mas bien discreto, y la manera en que se marcaba más sus facciones finas y delicadas.

Jeon no supo cuánto tiempo estubo admirando su faz sin discreción, sin vergüenza alguna de que sus ojos estuvieran devorando a Taehyung y desvistiendolo con la mirada.