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La consciencia penetró en su mente cálida y luminosa como los tibios rayos de sol que bañaban su cuerpo, colándose a través de las suaves cortinas blancas. Junto con la percepción de un nuevo día, también llegaron las primeras señales de dolor, acusaciones de su pobre cuerpo malherido por el odio, y ahora también por la pasión. Pero con una sonrisa, por primera vez, supo que no le importaba.

Jeongin se desperezó, intentando hacer oídos sordos al dolor que lo invadía desde lo que parecía cada célula de su cuerpo, y aún sin querer abrir los ojos estiró una mano, palpando a su alrededor en busca de su amante. Pero se encontraba solo. ¿Dónde habría ido Hyunjin?

"Tal vez se esté bañando u ordenando el desayuno" pensó mientras se enroscaba sobre su vientre, demasiado tibio y perezoso como para averiguarlo. Pero segundos después sus ojos se abrieron de súbito, y de un salto se puso de pie, olvidando por completo las quejas de su cuerpo.

¡La competición!

Miró el reloj de su muñeca deseando que aquello fuera un mal sueño del que pudiera despertar. Pero las pequeñas manecillas le confirmaban que su pesadilla era real, muy real. Si sus cálculos no le fallaban, en apenas diez minutos la presentación habría terminado...

[ ☼ ]

Lo más probable era que nunca en su vida se hubiera vestido tan rápido. Salió de la habitación y del hotel como alma que lleva el diablo, ahora sí llamando la atención de los guardias de seguridad, y echó a correr en dirección al estadio que sabía que se encontraba a unas escasas seis cuadras de allí.

Corrió esquivando personas y autos, sin respetar semáforos ni señales de tránsito, deseando que alguno de esos airados automovilistas lo arrollara y le diera una excusa buena para no haberse presentado. "Voy a llegar, voy a llegar" se decía a sí mismo, aunque sabía que su esfuerzo sería en vano. No tenía su traje, no tenía sus patines, ni siquiera tenía su pase al estadio, aunque en verdad de nada le hubiera servido todo eso ya. La última exhibición habría terminado al menos media hora atrás, y en escasos minutos las puertas se abrirían para liberar al público.

Era inútil.

De todos modos, incapaz de rendirse ante su fatídica suerte, irrumpió en el recinto atropellando guardias, público y entrenadores hasta llegar a la misma pista. Se detuvo jadeando al divisar la larga mesa de los jueces, y entre ellos, hablando tranquilamente, a Hwang Hyunjin...

Tomó tres bocanadas de aire intentando calmar su corazón al borde de la explosión, y se acercó a ellos, pensando por primera vez en el terrible aspecto que seguramente tendría.

En cuanto lo vio, Hyunjin detuvo su discurso bruscamente, su gesto pugnando por permanecer inexpresivo ante el inesperado visitante.

—¡Señor Yang! —exclamó uno de los jueces que había seguido la línea de mirada de aquellos ojos — Dios Santo, ¿se encuentra usted bien?

Los demás miembros del staff se volvieron de inmediato a él, repitiendo exclamaciones de preocupación y alivio al verlo llegar.

—Justo estábamos hablando con el señor Hwang de su inexplicable ausencia.

—¿Sí? ¿Y qué les dijo el señor Hwang de mi ausencia? —preguntó Jeongin incapaz de disimular su ira contra Hyunjin, que permanecía en silencio y con la inexpresiva calma de siempre.

—Nos contaba de su lesión —respondió una de las mujeres, recorriéndolo discretamente con la mirada, como si quisiera comprobarlo por ella misma—. Que usted le había comentado acerca un dolor en su pierna, causa de los fallos de sus dos últimas presentaciones. Comentábamos si sería eso lo que le habría impedido venir hoy, pero nos desconcertaba que su padre estuviera aquí buscándolo igual que nosotros.

sangre sobre hielo ✦ hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora