O3 . 𝗣hilip Graves

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Conociste a Graves al momento en el que Shepherd te puso a trabajar con él. Su relación se volvió poco profesional muy rápido, tu llamaste su atención y él la tuya.

Solías ir a su oficina de vez en cuando con la excusa de que tenías que tratar ciertos papeles con él, todo solo para verlo. Las sesiones de besos escalaron rápidamente al punto de que varias veces terminabas durmiendo en su casa.

Se amaban, sin embargo nunca formalizaron nada. Vivían amándose desde las sombras.

Y así se hubiera mantenido, si no fuera por la llegada de un nuevo shadow al equipo de Graves.

Tenía tu edad y era bastante atractivo, tenía el pelo negro y lacio, su cuerpo era bien formado y tenía unos ojos verdes de envidiar, pero a pesar de todo eso, no había llamado tu atención de la forma en la que Graves lo hizo en cuando lo viste, pero parecía que tu si habías llamado la suya.

Coqueteaba descaradamente contigo en las misiones atreves del intercomunicador, parecía importarle poco las órdenes de Graves de que se callara de una vez por todas.

Cuando estaban en las oficinas te seguía cual perro faldero, solía darte muchos regalos, estos solían ser notas en tu escritorio halagando lo guapa que te veías ese día o tu café favorito, pero podían escalar rápidamente, una vez te llegó un ramo de rosas blancas enorme a tu escritorio.

Te limitabas a simplemente sonreírle y agradecer, asegurando que no era necesario y que debería parar. Aunque detrás de tus palabras realmente no querías que parara, después de todo, eran regalos gratis.

Sabias a quien querías y no importaba lo mucho que tratara, tu corazón ya pertenecía a alguien.

Y Graves lo sabía, sabía que él era el único al que permitías tocarte de esas maneras indebidas en las que él lo hacía, pero se mentira a si mismo si dijera que no ardía en celos.

Una parte de su ser le decía que tu nunca lo dejarías por cualquier hombre que llegara de la nada, pero otra parte de él quería marcarte y gritarle a los 4 vientos que eras suya y de nadie más, que nadie más podía tocarte y amarte de la forma en la que él lo hacía.

Pero se resguardaba todos sus pensamientos.

— (N), la chica más linda de este lugar —Levantaste tu vista de la computadora para ver esos ojos verdes comiéndote viva.

— Evans, que sorpresa verlo por aquí —En realidad no era una sorpresa. Ese chico usaba cualquier mínima excusa para ir a verte.

— Ya le dije que no me diga por mi apellido, mi nombre suena bien saliendo de sus labios, úselo por favor —Te guiño un ojo haciéndote soltar una pequeña risa.

— Bien, Mark, lo usaré.

Escucharon la puerta de aquella sala abrirse, ambos miraron hacia esta viendo a Graves parado con los brazos cruzados, sus cejas estaban fruncidas y mordía su lengua con impaciencia.

— ¿Interrumpo algo? —Mark retomo la compostura parándose derecho.

— No, señor —Graves señaló la puerta con un gesto de cabeza.

— Retírese entonces, Evans.

Mark se marcho del lugar no sin antes despedirse de ti con una sonrisa, le regresaste una sonrisa amistosa. Graves suspiró.

Cerro la puerta con seguro y camino hacia ti, te paraste de tu asiento enseguida, acercándote al cuerpo del contrario para abrazarlo.

Las manos de Graves se colaron por tu cadera acariciando de una manera suave.

𝐂𝐎𝐃 𝐒𝐌𝐔𝐓 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora