𝐂𝐎𝐃 𝐒𝐌𝐔𝐓 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

O8 . 𝗥odolfo Parra

Corriste lo más que tus piernas te permitieron con una herida de bala en estas antes de que lo esperable finalmente llegara. Fuiste derribada por uno de los que te perseguían.

Estaba sentado encima de tu espalda baja mientras mantenía tu cabeza aferrada al piso con una mano, con la otra se encargaba de pedir refuerzos por su radio.

Diste vuelta a tu cabeza lo mucho que te permitió para poder verle la cara.

Era guapo. Tu enemigo, pero era guapo.

Y por alguna razón, también era demasiado conocido.

— Alejandro, ya la tengo —Le escuchaste hablar en español.

Finalmente bajo su radio y miró en tu dirección, te miraba de una manera que no podías distinguir. ¿Confusión, decepción? Quien sabe, pero unieron miradas y ninguno de los dos se atrevieron a separarlas hasta que llegaron los refuerzos.

Finalmente te soltó y te dejo en manos de sus compañeros, dándote una última mirada antes de marcharse y de que pusieran una bolsa de tela en tu cabeza.

Tu herida dolía y cada segundo se hacia más insoportable. Después de un largo rato finalmente el coche se detuvo y te bajaron de este, te llevaron a una sala que ellos usaban especialmente para interrogaciones, te sentaron en una silla y quitaron la bolsa de la cabeza.

Entrecerraste los ojos ante la repentina luz en ellos, parpadeaste un par de veces y finalmente te acostumbraste.

Miraste a tus alrededores, había un chico con una cresta y un chico con una máscara de calavera.

— Chequéala, Rudy —Enunció el chico que iba entrando en la habitación.

Frunciste el ceño haciendo tu memoria funcionar.

Alejandro y Rudy.

Entreabriste la boca cuando pudiste recordarlos a la perfección. Sonreíste. El destino era un hijo de puta a decir verdad, ¿Te iba a poner a pelear con los que solían ser tus mejores amigos?

Rodolfo se acerco a ti y te levanto de la comodidad de tu silla con un movimiento brusco. Empezo a recorrer sus manos por ti de arriba a abajo y tu simplemente le miraste con una sonrisa.

— Esta limpia —Habló.

Habías olvidado lo bonita que era su voz.

Te ató a la silla antes de alejarse de ti. Los 4 chicos te miraban esperando a que dijeras algo antes que ellos, pero no lo hiciste.

— Bien, mano derecha del sin nombre —Te habló Alejandro.

— Me llamo (N), irrespetuoso —Rodaste los ojos.

— Me importa una mierda tu nombre —Te sonrió descaradamente— ¿Qué haces ayudando a el sin nombre?

— Estoy bastante segura de que eso no te incumbe.

— Escúchame —Alejandro se acerco a ti, pero por un momento, pareció recordar algo.

Quiza recordarte.

No sabías, pero lo que sea que haya pensado, lo llevo a echarse para atrás.

— Eres una pieza muy importante en nuestro tablero, y créeme que vas a hablar, de una forma u otra.

— Claro que lo haré —Sonreíste— Pero primero quiero que me curen esta herida de mierda.

Alejandro chasqueo la lengua ante tu solicitud, pero no la negó.

— Rudy, cúrala, Ghost, Soap, vienen conmigo —Ordenó, y todos acataron las órdenes.

Los supuestos Ghost y Soap siguieron a Alejandro fuera de la habitación. Rodolfo camino hacia una mesa cercana y saco un botiquín de esta, camino hacia ti y se hincó tomando tu pierna entre sus manos.