❝Jungwon se muda a una nueva ciudad; decidido a olvidarse de aquellos días tormentosos con su familia. Sin licencia de conducir y dinero el cual estaba dispuesto a gastar en un metro, un metro en el cual se encuentra a un chico de ojos lindos. "Ahor...
Dios mío apenas empecé este au y ya tengo ganas d acabarlo😰 NO ES Q NO M GUSTE, esq se m ocurrió una idea para un >>>FANFIC<<< Y ando toda hype🙈 Pero equis, ahí les va su lodo🤩
ּ ۪ ⊹ ִ ۫ ּ ⭑⚝ .ִֶָ . ָ࣪ ⊹ ᨘˑ.
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Decir que no estaba nervioso era completamente mentira. Aquel chico tenía sus manos hechas un río de todo el sudor que éstas producían.
Y no era ni nada más ni nada menos, porque estaba de camino a su tan conocida parada del metro, por lo que, por consecuencia, volvería a hablar con Riki.
El chico que con simplemente mirarlo le hacía flaquear sus piernas y temblar como si estuviese en el polo norte.
No se confundan, a él le gustaba hablar con ese chico; que tan sólo su atención esté 100% enfocado en él, lo hacía sentir una de las personas más afortunadas.
Pero siempre tenía ese temor, esa vergüenza tan insistente que no lo dejaba ni hablar correctamente, por miedo a lo que los demás digan.
Hace tiempo había tratado dejar de ser tan tímido, pero simplemente no podía, se sentía un alérgico total a la sociedad.
Y aunque por más de que se cuestionará el porqué, jamás tenía respuesta a ello.
Simplemente sucedía; su frente sudaba, sus manos temblaban, sus labios se atropellaban con cualquier mínima palabra que quisese decir. Absolutamente todo mal, más considerando que tiene tres trabajos y tiene que estar al pendiente de cada uno de ellos.
Se encontraba tan concentrado en sus propios pensamientos, que ni cuenta se dio cuando había llegado.
Y no sólo él.
—Hey— escuchó a sus espaldas, haciéndolo brincar ligeramente en su lugar.
—Oh Riki— llamó en voz baja, sintiendo su sangre acumularse en sus mejillas.
—Buenos días— sonrió y se acomodó en el asiento al lado del hoyuelado.
—B-buenos días— en serio que odiaba tartamudear por cualquier cosita.
—¿Cómo te fue el día de ayer?— preguntó reluciendo de nuevo su bonita sonrisa, aquella que dejó embobado por algunos segundos al menor.
—Uh.. Como siempre— rió un tanto incómodo, realmente quería llegar a ser amigo de aquel joven, pero sus respuestas las sentía tan aburridas que dudaba fuertemente de que eso algún día suceda.
—Oh.. ¿Te dejaron mucha tarea?— cuestionó alzando una ceja, notando como aquel chico rápidamente miró hacia abajo.
—Uhm, e-en realidad yo.. N-no voy a la escuela— confesó tímidamente, rascándose la nuca en muestra de su nerviosismo, confundiendo al mayor por un momento.
