Draco Malfoy -23-

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Mis padres eran cuidadores de dragones en Rumanía; desde que era pequeña mis mejores amigos eran las enormes bestias escupe fuego que no siempre estaban dispuestas a jugar conmigo, provocando a veces que acabase en el hospital con alguna que otra herida, y alguna que otra cicatriz. En total tenía 4 cicatrices; una en la palma de la mano, otra en la pierna derecha que recorría mi muslo hacia un poco de la barriga, la más grande; otra en el cuello y una última en el hombro.
Me acuerdo que de pequeña no quería que descubrieran la mayoría y las intentaba cubrir con las ropas, pero al final ciertas personas con las que pasaba las vacaciones las descubrieron.
Yo era una orgullosa leona, y amaba charlar y salir con el trío de oro, pero también me interesaban mucho los alumnos de otras casas; concretamente la de las serpientes.
—¡____! —Me giré al oír a Hermione. —Esta noche vamos a ir al comedor juntos un par de personas, estarán Harry, Ron, Luna, Neville, los hermanos de Ron... ¿Vendrás con nosotros?
—¡Claro que sí! —Sonreí contenta.
Nos despedimos y fui hacia mi habitación cuando al girar un pasillo me encontré una cabellera rubia inconfundible, que me sonrió con dulzura. —Hey ____.
—Hola Draco. —Sonreí.
Hasta hace un par de semanas el príncipe de Slytherin no era más que un desconocido para mí, pero cuando nos juntaron en un aula de castigo y comenzamos a hablar para pasar el tiempo, conocí a un Malfoy muy diferente del que me esperaba. —¿Quieres que quedemos el sábado y vamos juntos a Hosmeage?
—¿No vas a ir con Goyle y Crabble?
—Sí, pero me apetecía ir contigo, ya sabes... que nosotros sabemos pasárnoslo bien. —Se rió algo picaresco. —Rodé los ojos riendo.
—Vale, quedamos el sábado huroncin. Pero me invitas tú, porque yo ahora tengo que ahorrar el dinero.
—¿Quién crees que soy, preciosa? A las damas se las invita a todo, ya lo daba por sentado. —Sonreí aguantando la risa y me acerqué para darle un beso en la mejilla. —Entonces allí nos veremos. —Y me fui, mientras el rubio se reía de sus cosas absurdas.
Puede que en estas dos semanas él y yo tuviésemos tiempo de... Hacer algunas cosas. Indebidas. Pero todo tenía que ser secreto.

Por la noche bajé contenta, tenía ganas de reírme un poco con el resto. Me saludaron todos y me metí entre Hermione y Harry. —Bueno, ¿qué queréis hacer?
—¿Jugamos verdad o reto? —Dijo Hermione.
—¿Qué es eso?
Cuando se lo acabo de explicar al resto empezamos a preguntarnos, comenzó ella, preguntándole a Harry si le gustaba alguna chica de la que estaba presente. Todos le miraron esperando la respuesta y él suspiro. —Sí Hermione ya lo sabes, no seas mala. —Ella rió y le tocó a Harry.
—¿Cuál fue lo más vergonzoso que te ha pasado Ron? —Ron hizo una mueca de asco al recordarlo, y nos contó una bonita historia de cómo sus hermanos le metieron un cerdito en la cama y él medio dormido pensando que era Scrabbles le besaba; hasta que el cerdito le lamió toda la cara y Ron se despertó gritando.
—¡Nunca se lo perdonare! —Dijo rojo de vergüenza. —____, ¿verdad o reto?
—Mmmm, verdad.
—¿Cuál es tu mayor secreto? —Hermione me miró; ella sabía que la ocultaba algo y se había conpinchado con Ron para sonsacármelo.
—Mmm anoche me caí de la cama porque soñé que estaba en mi escoba. —Hermione negó; —Nononono, tú sabes que ese no es tu mayor secreto.
—¡Hermione!
—Dínoslo porfa, sabes que somos gente de confianza. —Me miraron intrigados, y me reí al ver sus caras.
—Vale... Solo si demostráis que de verdad me conocéis y sois mis amigos. —El resto asintieron.
—¿Mes de mi cumpleaños?
—Junio —Respondió rápidamente Harry.
—¿Comida favorita?
—Ranas de chocolate. —Volvió a responder Harry.
—¿Trabajo de mis padres?
—Cuidadores de dragones. —Esta vez respondió Ron.
—¿Libro favorito?
—El mercader de Venecia. —Contestó Harry de nuevo; ¿cómo sabía tantas cosas?
—¿Cómo sabes todo eso Harry? —Preguntó Ginny.
—Oh, eh... No sé, lo ha dicho alguna vez y simplemente me acuerdo. —Harry se sonrojó levemente. No puede ser... le gustaba a Harry.
—Vale... ¿Cuántas cicatrices tengo?
—4 —Dijeron el trío de oro a la vez.
—¿Cuál es la mas grande?
—La de la pierna. —Dijo Harry.
—Sonreí maliciosa; esta no la acertarían: ¿En cuál de las dos? —Ellos se quedaron pensando un poco hasta que poco después de preguntar escucho;
—En la derecha. —Todos nos giramos a mirar a Draco, yo algo sorprendida porque había desvelado lo nuestro. —Desde aquí—señaló su pierna derecha— hasta aquí. —trazó una línea con el dedo hasta la parte inferior de su abdomen.
Todos se quedaron con la boca abierta sin saber qué decir. Yo me reí incómoda. —Vamos a hablar un momento fuera, ¿vale..? —Me levanté y tiré a Draco hasta el hall. —¿En qué estabas pensando? ¿Has visto todas sus caras?
—Claro, ha sido maravilloso. —Sonrió y suspiré confundida. —¿Por qué lo hiciste?
Él miró al techo y luego al suelo; suspiró y me miró serio. —Os estaba escuchando desde mi mesa, vi que Potter contestaba muy rapido y casi todas, y... me molestó; como que demostraba que te conocía más ¿sabes?
—¿Y qué problema hay? Le conozco desde hace mucho, claro que me conoce más que el resto.
—Bueno, yo te conozco de hace poco y sé cosas que nadie sabe —sonrió orgulloso—.
—Idiota... —Me reí.
—Tenía que quedar por encima de Potter, nada más. —Sonrió inocente.
—¿Solo por eso? Vaya, yo pensaba que te habías puesto un poco celoso...
—Draco Malfoy jamás se pone celoso.
—¿Ah no? Bueno, pues yo vuelvo ya para dentro, les diré que mi secreto es que me gusta Harry. —Sonreí sabiendo lo que hacía y me encaminé para mi mesa de nuevo, sin embargo la mano del platinado me cogió y me puso contra la pared, impidiéndome marchar. —¿Y qué tal si le dices que tu secreto es que te encanta venir a verme por las noches a disfrutar de todo lo que te hago..? —Dijo bajando sus mano libre por mi cadera.
—Conque sí estabas celoso. —Él rodó los ojos y se apartó. —Sí ____, si. Me puse celoso porque yo también me sabía todo lo que estaba diciendo san Potter y quería demostrarle que yo me había adelantado, para que no se hiciera ilusiones de intentar nada.
—¿Y por qué no? Tú y yo no somos novios, podría hacer lo que quisiera con él. —Draco arqueó una ceja confiado, acercándose de nuevo y cogiendo mi mentón.
—Podrías, y yo podría castigarte, y te gustaría tanto que no volverías a pensar en otro hombre.
Solté una enorme carcajada dejándolo confundido. —¿Qué te pasa?
—Nada perdón... Es que me hace gracia que pienses que quiero dejar lo nuestro para ir con Harry. No soy ninguna cualquiera Draco, no me voy con el primero que me sonríe ni con el que me suelta palabras bonitas. Me voy con quien de verdad quiero.
—¿Entonces de verdad me quieres? —Dijo orgulloso.
—Sí, aunque te celes por cualquier chorrada huroncin.
—Idiota... —Cogió mi cuello y me besó, medio dulce medio salvaje. Se separó y sonriente dijo. —Ponte guapa para el sábado, porque lo vas a recordar por siempre.
Riendo negué con la cabeza y volví a entrar, lista para explicarles por qué mi huroncin conocía ciertas partes de mi cuerpo.

¿Da para 2ª parte?

Draco Malfoy (Pedidos) (Rayitas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora