Draco Malfoy -23.1-

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Tras contarles a mis amigos mi pequeño "secreto" todos se quedaron sin palabra; Harry se veía desanimado, y el resto sorprendidos. —____... ¿Seguro que quieres estar con... él? —Dijo Hermione. —No solo por lo mal que nos ha tratado, sino porque no confío en que sea muy fiel.
—Bueno, yo creo que puedo cambiarlo...
—¿Aún si te cuesta que te rompa el corazón? —Esta vez habló Harry, yo le miré sin responder, y él se levantó para irse de la mesa.
—Solo ten cuidado, ¿vale? Y si te hace algo le partiremos la cara. —Ron me sonrió levemente y le abracé como agradecimiento por apoyarme.
Iba a irme cuando Hermione vino corriendo. —Me acabo de acordar... que tengo un poco de poción multijugos, si quieres... Puedes probarla con Draco y Pansy, a ver si de verdad es como dices tú, o... te podemos ahorrar una decepción. —Rodé los ojos.
—Está bien, mañana lo haré; ¿puedes encargarte de Parkinston? —Ella asintió y por fin me fui.

Una parte de mí estaba confiada en que Draco no se iría con cualquier chica que se encontrara; la otra no paraba de dudar y necesitaba probar lo de Pansy.
—¿Lista, ____? —Estábamos en los baños de chicas, con Pansy desmayada a un lado de nosotras.
—Eso creo... —Metí el pelo de Pansy y me bebí la poción, estuve a punto de vomitar, pero aguanté y lo acabé. —¿Qué tal estoy? —Hermione me miró raro.
—¿Bien...? Bien, clavada a ella. Ahora corre, no pierdas tiempo. —Asentí y fui a buscar a Draco.

Lo cual no fui muy difícil ya que ese pelo rubio se ve desde kilómetros. —¡Draco! —Tosí un poco para agudizar mi voz. Él me miró y vino con su grupo hacia mí.
—Pansy, ya te habíamos perdido.
—Tengo que decirte algo muy importante Draco, ven conmigo. —Cogí a Draco del brazo sin preguntar y le separé del resto.
—¿Qué pasa? —Me dijo cuando ya estábamos solos.
Yo, como actriz profesional le giré contra la pared y me acerqué un poco. —Draco... estoy necesitada... —Él me miró, ¿interesado?
—¿Ah sí..? ¿De qué? —Dijo bajando su mano por mi espalda provocando un pequeño enfado por mi parte.
—Oh, ya sabes de qué... —Me acerqué con intención de besarle
—No, no lo sé ____... —Sorprendida me separé para ver cómo se reía. —¿Te sorprende que reconociera tu sensual voz?
—¿Cómo...? ¿Estabas fingiendo?
—Qué va, estaba actuando como si fueras tú de verdad, mi ____. No Pansy. ¿Por qué hiciste esto? ¿Querías que te engañara o algo? —Negué.
—No, yo... —me confesé— Hermione y los demás me metieron en la cabeza la idea de que no podrías ser un novio fiel, por eso quería asegurarme de que, bueno...
—¿Entonces quieres que sea tu novio? —Me sonrojé y le miré. —Si querías comprobarlo, sería por algo... —Cogió mi cintura y me acercó.
Mi cara comenzó a cambiar, hasta que me volví yo misma. —Así mejor... —Acabó de acercarse para besarme, lento y con cariño, dejándome sin aliento al acabar. —Si fueras mi novia, querida, serías no la princesa, no la reina, sino la diosa de mi mundo, no te faltaría un trato, un cariño, un capricho... y mucho menos te faltaría lealtad y confianza. No hace falta que hagas... estas cosas para revelarlo; sólo arriésgate y déjame demostrarlo. —Sonrió con orgullo dulcemente.
—¡Malfoy!
—Por cierto, te queda muy bien el escudo de Slytherin... —Me sonrió seductoramente y se fue con sus amigos, dejándome... en el sitio. Cada vez aprendía y me sorprendía más con este hombre.

—¿Y bien? —Me preguntó Hermione.
—No sé, Hermione, me dijo cosas tan bonitas... Que sería su diosa, que no me faltaría nada... No creo que me engañara.
—Bueno, si tú lo dices...

¿Por qué se empeñaban tanto en no creerle?
El sábado llegó, y me vestí con un vestido bonito pero modesto. Fui a Hosmeage con Luna, y luego me despedí de ella para ir a las Tres Escobas, donde Draco dijo que me esperaría.
En cuando entré pude reconocer a Draco, que estaba rodeado de algunas chicas de Ravenclaw y Slytherin. Sí, puede que me molestara un poco que estuviese formándoles autógrafos, pero se me pasó un poco cuando me miró y se acercó hasta mí dejando lo que estaba haciendo antes. —____... Estás guapísima.
—Tu también. —Sonreí mirando cómo de bien le quedaba el smoking. —Al parecer tienes muchas admiradoras.
—Bueno, ya sabes que esto —se señaló a si mismo— es irresistible. —Reí— Pero no te preocupes, son puras firmas, no tienes que preocuparte.
—No me preocupo, solo...
—¿Te celas? —Sonrió.
—Un poco. Idiota. —Le di un leve golpe y él se rió. Cogió mi mano y me llevó a una habitación dentro de la taberna, al entrar pude ver una mesa con velas y dos bonitos vasos colocados.
—Quería que tomáramos algo a gusto. —Separó mi silla para que me sentara y se sentó en frente. —Y también quería proponerte algo. —Sacó un frasco de su chaqueta y lo puso sobre la mesa. —Esto es veritasserum. Como aún no nos acabamos de conocer del todo y aún desconfías un poco de mí, propongo que pongamos un par de gotas para que podamos tener una charla sincera, por parte de ambos. Sin aprovechar para conocer cosas muy íntimas del otro, claro.
—Me... Me parece bien. —Cogí el frasco y tras mirarlo un poco eché un par de gotas en cada vaso, luego Draco puso un poco de cerveza de mantequilla en cada copa.
—Bueno, ¿quieres empezar? Pregúntame lo que quieras.
—Está bien, pues... ¿Por qué eres tan malo con Hermione y Harry o con todos los Weasleys?
—Verás... Desde que era pequeño he sido encaminado por mi padre para que odiase a todo aquel que no fuera sangre pura, además de estar rodeado de mortífagos hambrientos de sangre y un odio hacia todo sangre sucia constante. No me siento orgulloso de ello, pero es la manera en la que me he creado. Es la única forma de ser aceptado en mi familia, nada más. Digamos que lo hago por supervivencia, pero... me odio por ello.
—Nunca... Nunca pensé que eso sería verdad. Es decir, siempre pensé que eras cruel por gusto.
—No te mentiré, lo parece. Cuando algún día sea libre, le pediré perdón a todos los que hice llorar y sufrir, pero, ese día no ha llegado. Pero bueno... Me toca a mí; ¿qué piensas de mí?
—Bueno, creo que eres una persona muy inteligente, que no se merece a su familia que le ha malcriado; eres orgulloso, te gusta quedar bien y ser mejor de los demás, también eres muy atractivo, pero eso ya lo sabes, y...
—¿Y...?
—Y me tienes confundida.
—¿Por qué?
—Porque me gustas. —Me sonrojé.— Pero luego te veo con las chicas, y no quiero que si estamos saliendo tenga que preocuparme por otras mujeres, ya sé que me dijiste que no me preocupara... pero tengo miedo de que me defrauden de nuevo. No quiero volver a confiar en alguien que puede hacerme daño.
—Pregúntame si te voy a hacer daño. —Dijo tras beber un sorbo.
—¿Qué?
—Solo pregunta.
—Vale... ¿Me vas a hacer daño?
—Eras la chica más especial que he conocido. No te pareces a ninguna otra que conozca, y eso que conocí a muchas. No voy a hacerte daño, tampoco quiero. Porque hay algo, no sé, el instinto u otra cosa que nunca me ha dado, pero me ha hecho confiar en ti, ese algo me dice que sería muy feliz contigo, así que si tengo la oportunidad de estar contigo, jamás te arrepentirías de estar conmigo, porque cada día te demostraría que estoy enamorado de ti. Y no solo no te dañaría; te protegería de todo lo que pudiera afectarnos. —Enternecida cogí su mano, contenta de haber conocido a tan maravillosa persona.

Estuvimos hablando toda la tarde, algunas bobadas y otras más serias. No quería que ese momento acabara, realmente estaba siendo un amor de persona. —Bueno ya es tarde... La última pregunta ¿vale?
—¿Puedo hacer los honores? —Asentí curiosa.
—Ya que se debe haber acabado la poción y el efecto, te quiero preguntar, ¿quieres ser mi novia?
Eso me pilló por sorpresa. Jamás esperaría que me lo pidiera en ese momento.
—Pero, Draco... ¿No crees que aún es pronto? Es decir, yo... Ha estado bien esta tarde pero... no sé...
—Bueno, si yo no quiero verte con otro chico ni tú quieres verme con otras chicas, no veo el motivo para que no seamos novios. Aunque nos lo tomemos con calma. Así yo seré tuyo... y tú serás mía... —Dijo acercando su cara levemente.
—Seré tu novia entonces... —Seducida por sus encantos acabé besándole, y él comenzó a mover sus manos por mi cuerpo, y todo acabo en una pícara unión que seguramente más de uno escuchara.

Draco

Odiaba la Navidad, me parecía una bobada de fiesta y... me recordaba a mi triste y fría mansión. Sin embargo, sabía que a ____ le gustaba y le di un regalo a Granger para que se lo pusiera en mi lugar. No me levanté pronto, pero cuando vi la sala común todos mis amigos estaban abriendo regalos y demás. Pansy vino corriendo hasta mí. —¡Draqui! Toma, estos son tuyos. —Me dio una pila de regalos; había uno de mi madre, que fue el primero que abrí; otro de una tal Georgina de Ravenclaw, alguno de otra chica de Hufflepuff... Y... uno de ____. Abrí con ganas la pequeña caja para descubrir dos anillos; uno verde con pequeños trozos de esmeralda incrustrados y otro rojo, con el mismo diseño. Sonreí en cuanto los vi y salí de la sala común dejando atrás el resto de regalos. —¡Aún no abriste el mío Draqui!

Me la encontré en su sala común, donde no fui muy bien recibo durante muchos años hasta el día de hoy. —¡Draco! —____ contenta vino a abrazarme! —¡Muchas gracias! Me encanta la escoba. —Su amplia sonrisa me puso muy contento y volvimos a abrazarnos. —¿A ti te gustó el mío?
—¿Lo compraste tú sola?
Ella asintió; debió de gastarse bastante. —Que sepas que jamás me lo quitaré, ____... —Ella sonrió y me besó, y cuando nos separamos le puse su anillo.
—Hey Malfoy. —Se acercó Granger.
—De parte de mí y del resto... Gracias por los regalos, ha sido un detalle. —Se veía nerviosa.— Al parecer ____ sí que te puede hacer cambiar. —La miré.
—Sí, puede que sí, con ella me siento diferente, y me quita el odio que llevo en el interior. —Ella me sonrió dulcemente, para acabar la mañana con un bonito beso eterno que se repetiría infinitas veces.
Porque a veces las serpientes no tienen veneno...

Draco Malfoy (Pedidos) (Rayitas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora