6. Rosas.

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— Esa cosa es jodidamente vieja — dijo el pelinegro cuando notó una pequeña radio amarilla en la cocina.

— Fue un regalo. Un exnovio con gusto por las cosas viejas. Incluyendo hombres — Frank soltó un silbido que lo hizo reír levemente — no tenía mucho sentido comprar una televisión después. Muy cara e inútil, así que la conservé — en realidad, no le agradaba mucho la televisión, no cuando no tenía a nadie que pudiera describirle lo que estaba sucediendo. Pensó que Frank quizás estaba aburrido y qué tal vez uno de esos aparatos podría hacer su estancia un poco más amena. Igualmente, no creía que pudiera comprar una en ese momento, ni siquiera estaba seguro de poder salir del departamento pronto.

— ¿Realmente la escuchas?

— No tengo tanto tiempo libre — el pelirrojo se estiró un poco, frotando sus ojos debajo de los lentes después de ello, como si estuviera espantando el sueño. Su cabello estaba revuelto y la piel de su estómago se podía ver por donde su camisa se levantaba un poco. Desvió la mirada antes de que el otro pudiera notar lo que estaba ocurriendo.

— ¿Ni siquiera música?

— A veces — por un momento pudo imaginarlo, Matt moviendo su cabeza al ritmo de la música pop que se escuchaba en las estaciones reconocidas mientras trabajaba, quizás mientras cocinaba la cena podría sentirse un poco más libre de mover sus caderas y bailar aunque sea un poco. No pensaba preguntarle qué tipo de música le gustaba, pero igualmente lo descubrió.

Matt creyó que era una buena idea prenderla para que el otro no se aburriera mientras decidía irse, cosa que nunca hizo. Durante la mayor parte de la mañana estuvo haciendo cosas por el departamento, como si no hubieran estado a punto de morir la noche anterior o como si la posibilidad de hacerlo en cualquier momento no sonara tan amenazadora como realmente era. Le dio a Frank algunos libros viejos que Foggy había dejado alguna vez en su departamento y que seguramente eran los únicos que no estaba en braille en su hogar. Frank le agradeció con un murmullo y con eso tuvo suficiente para toda la mañana, aunque realmente no le interesaran mucho el código penal o el libro de recetas, pudo encontrar algo interesante entre todos ellos. Mientras tanto, pudo verlo moviendo papeles, leyendo algunos con la punta de sus dedos y escuchar algunas cosas en su teléfono con las noticias de Hell's Kitchen sonando desde algún lugar desde la radio amarilla que parecía desentonar con todo el entorno de Murdock. Pero cuando el programa de noticias acabó y el de música comenzó, con la incesante voz de un presentador demasiado animado para su gusto, pudo ver la pequeña sonrisa en el rostro del otro. También pudo atraparlo moviendo la cabeza al ritmo de alguna canción, justo como había imaginado, cuando creyó que no estaba poniendo atención e incluso pudo escucharlo tararear alguna canción de ABBA por lo bajo.

— You can smack it, you can grip it, you can go down and kiss it — empezó a cantar el pelirrojo distraídamente, como si se hubiera olvidado de que Frank estaba ahí — and every time he leave me 'lone, he always tell me he miss it.

— ¿En serio? — no pudo resistir la sonrisa divertida en su propio rostro.

— Foggy la escucha todo el tiempo — se encogió de hombros mientras seguía con lo que estaba haciendo.

Era doméstico. No había pensado que eso fuera algo que pudiera tener después de lo ocurrido con su familia, pero ahí estaba, escuchando al diablo tararear mientras leía sus libros viejos de leyes que definitivamente no le interesaban en lo absoluto. Frank estaba bien con ello, como si no fuera un intruso, como si no estuviera fuera de lugar.

Tuvieron un par de días normales donde hablaron de cosas comunes, donde la fiebre no era tan intensa y las flores en realidad no salían de sus labios más que pétalos simples. Parecía que todo estaba yendo bien. Matt le diría un poco sobre lo que estaban haciendo los vecinos de vez en cuando, discutirían hasta de política sin llegar a los golpes, e incluso desarrollaría cierto gusto por Megan Thee Stallion durante su pequeña estancia.

Another Love [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora