La Familia de la Novia

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Shaoran me fue a dejar a la cabaña, para entrar subí con cuidado hacia la ventana antes que saliera el sol, me sentía como Romeo trepando al balcón de Julieta. Estaba muy trasnochada, llena de arena pero feliz y el amor me tenía llena de energía.

Papá se levantaba temprano siempre y lo encontré releyendo el periódico del día anterior, la sección con noticias de Ciencia y Tecnología era su favorita, no se la perdía.

-"Buen día, papá".

-"Hola hija, ¿ya te vas a correr a la playa?".

-"No papá, hay algo que quiero decirte antes. Papá, yo... hace un tiempo conocí a una persona... y... lo amo, papá... ambos nos amamos".

-"Hija, no sabes cuánto me alegro de saberlo, ¿es el joven Tsukishiro?"

-"No papá, eso es cosa superada. Además que Yukito sólo fue un amigo, nunca fuimos nada más".

-"Y este joven del que me hablas, podría venir a almorzar con nosotros para conocerlo ¿o se encuentra en Tokyo?".

-"Está vacacionando muy cerca y lo invité para hoy, porque él tiene también muchas ganas de conocerte. Pero voy a necesitar que me ayudes con mi hermano".

-"Déjamelo a mí".

Me metí bajo la ducha para sacarme la pesada carga de arena que se alojaba en mi cabello, me volví a mirar desnuda en el espejo y me analicé para comprobar que nada hubiese cambiado desde que me había separado de Shaoran. Aunque ahora me sentía más segura con mi cuerpo, sabía lo que sus besos provocaban en mí y me regalé una sesión completa de belleza esa mañana. Hace mucho que no lo hacía porque no tenía ningún incentivo para ello y cuando salí del baño estaba preparada para dejarme arrastrar por el deseo.

Mi hermano llegó dos horas más tarde y mi papá le dio la noticia mientras que yo me encontraba ocupada preparando la comida para los cinco, intentando no desconcentrarme con el alboroto que provocaba mi hermano.

-"¿Que Sakura invitó a quién?" – decía Touya

-"¿Es ese joven de lentes, Sakurita? "– me preguntaba mi cuñada.

-"No Yoko, él es su primo".

-"Y a qué hora viene, más le vale que sea puntual el muy &%$ %"

-"Her MA NO!"

-"Es la primera vez que cocino para él, espero que haya quedado rico" – me avergoncé por haber exteriorizado mis temores delante de papá.

-"Has mejorado mucho hija, lo encontrará delicioso".

A la una y media justa, llamaron a la puerta. Me puse nerviosa porque nunca había presentado un novio en mi casa, aunque me tenía más nerviosa todavía la reacción de Touya, pero me prometí no dejarme amedrentar, además que si todo salía bien esta sería probablemente la única ocasión en que se vieran.

-"Bienvenido Shaoran, adelante. Te voy a presentar, mi papá Fujitaka Kinomoto, mi hermano Touya y su novia Yoko Nakagawa".

-"Soy Li Shaoran, tenía muchos deseos de conocerlos".

Salvamos con bastante ingenio las preguntas incómodas acerca de cómo nos habíamos conocido y creo que fuimos bastante convincentes. Pero mi hermano era un hueso duro de roer.

-"¿Y qué haces, a qué te dedicas aparte de andar persiguiendo a mi hermana?"

-"Me dedico a administrar los negocios de mi familia. Mi padre falleció y me quedé a cargo de todo."

-"¿Entonces qué pretendes saliendo con mi hermana?"

-"Yo amo a Sakura y espero poder casarme con ella, por eso vine a conocer al señor Kinomoto".

-"CÓMO QUE TE QUIERES CASAR! MI HERMANA ES UNA NIÑA!"

-"Touya por favor, esa decisión le corresponde a Sakura" - decía con calma mi padre.

-"PERO CÓMO ESPERA QUE SE CASEN SI ELLA SOLO TIENE 20 AÑOS! ¡TIENE QUE TERMINAR SUS ESTUDIOS!"

-"Touya, recuerda que tu madre tenía sólo dieciséis años cuando nos casamos..."

-"¡PERO NO ES LO MISMO!"

Mi hermano me hacía pasar siempre tanta vergüenza, pero lo iba a echar mucho de menos. A mi padre por otra parte, lo adoraba y me lo habría llevado conmigo, pero eso era imposible ya que él tenía su vida en Tomoeda y la Universidad de Tokio.

-"¡CÓMO QUE TIENES UNA HIJA!" – el grito de mi hermano me hizo salir de mis meditaciones.

-"Sakura, ¿TÚ SABIAS QUE ESTE SUJETO TIENE UNA HIJA?"

-"No grites, hermano! Además, que su hija es una pequeñita adorable".

-"Y supongo que también lo es, LA MADRE DE ESA NIÑA!"

-"Shaoran es viudo".

-"¿COMO QUE VIUDO...! y ahora pretendes atrapar a mi hermana... para que críe a tu hija!"

-"No es así, hermano".

A papá le pareció bien Shaoran, porque lo llevó a caminar para que pudieran conversar lejos de los gritos de mi hermano. Él le contó a modo de resumen lo que había sido su vida antes de conocernos y le prometió que me amaba y que me cuidaría. Papá no le puso obstáculos para concederle mi mano, siempre que yo estuviera de acuerdo. Era todo tan formal, creo que eso fue lo que más gusto le dio a papá.

Salimos de casa después de una interminable sobremesa, todavía podía escuchar los gritos y los juramentos de mi hermano.

Caminamos por la playa tomados de la mano. Sólo teníamos esa noche para tomar una decisión. Otra vez me volvía a sentir inmensamente feliz, después de esos aciagos días pasados.

-"No me has dicho si te gustó el okonomiyaki".

-"Estaba delicioso, es la primera vez que lo pruebo, lo podríamos agregar a las minutas de la señora Chen, claro que no le va a aquedar tan rico como a ti".

-"Lo puedo preparar con ella, para mí no es ningún problema cocinar para las personas que quiero".

-"Sakura, he estado pensando en dejar el castillo".

- "¿Qué dices?, ¿Para dónde te irías?"

-"Iríamos a vivir a la isla Xiang – Gang. Tenemos ahí una residencia que rara vez visito, no es tan grande como el antiguo castillo y... Sakura, deseo que nuestro matrimonio marque un nuevo inicio. Si nos quedamos en el castillo, estaríamos viviendo en el lugar donde fallecieron muchas personas a quienes amaba y bueno... ya sabes que antes estuve casado".

-"Sabes Shaoran, yo lo único que quiero es que estemos juntos. Aunque extrañaré como loca ese patio de armas... era mi refugio y después pasó a ser nuestro lugar de encuentro".

-"Podemos tener un lugar así en la nueva casa".

-"Me encantaría".

-"Esta es la primera vez que hago este tipo de planes. Creo que recién estoy empezando a asumir que dejaré la soltería" - me dijo con cara pensativa.

-"Y... ¿te asusta eso?" – le dije porque su rostro me confundió.

-"Claro que no, nunca pensé que volvería a sentirme tan feliz".

Nos besamos largamente, pensando en nuestra nueva condición y los planes de Shaoran que nos involucraban a los dos. Volvimos a la cabaña de Eriol cuando comenzaba a oscurecer y la luna se empezaba a asomar por el horizonte costero.

-"Vamos a casa"- dijo él. Nos tomamos de la mano y nos abrazamos.

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