Utopía de Lunares

Canto XXXIV "Fantasías en un reencuentro"

Mencionaste "Mañana en la noche, nos vemos", una sonrisa se reflejó en mi rostro, mi compañero al verme solo me dijo "Ella está aquí, verdad", era evidente mi alegría por verte, toda esa noche, fantasee todo tipo de escenarios, en que terminábamos juntos. A pesar de todo, solo podía sentirme completo a tu lado, no sé en qué instante Morfeo me venció, pero como todas las noches mi último pensamiento, eras tú.

Divague en mi sueño que entrabas por la puerta de mi habitación, te lanzabas sobre mí, me comenzabas a besar tan apasionadamente agarrándome del mentón, algo que a mí siempre me enloquecía, retirabas las cobijas, y como si fueras una fiera sin escrúpulos, me retirabas la camiseta, empezabas a besar mi pecho, poco a poco bajabas besando todo mi abdomen, susurre que deseaba ver ese par de perfectos pezones, me regresaste a ver con una delicada, pero picara sonrisa, ese gesto siempre fortalece mi libido, empezaste a bajar tus manos por tu pecho, hasta llegar al final de tu blusa, luego te la retiraste en un solo movimiento, me enloquecí en verlas de nuevo, no existe en este mundo unos pechos mejores que los tuyos, agarraste mis manos, y las colocaste sobre esos suaves monumentos de sensualidad, empecé a apretarlos (tú soltaste un gemido), y eso me excitaba más que acariciarlos suavemente, colocaste mis manos detrás de mi cabeza, regresaste tus labios a mi rostro e intercambiamos hasta nuestras existencias por medio de nuestras bocas, sentí como lentamente bajabas tu mano hacia mi cintura, y de una forma tan delicada rodeaste con tus dedos mi endurecido amigo, me mordías el cuello, sentía esa sensación nuevamente, al fin volvías a ser mía, y yo pues... aún era tuyo.

De un momento a otro la alarma me despertó, y todo ese éxtasis era evidente, mi libido continuaba a tu llegada, esta noche te volvería a ver, una parte de mí esperaba que libres mi lujuria, otra parte de mí estaba centrado, en el pensamiento en que no podía ceder a tu belleza,

a mi deseo por ti, al amor pasional que te tengo y hasta ahora no he podido satisfacerlo con alguien más (incluso teniendo las oportunidades).

Lo siento nena, pero esta noche si existe la oportunidad, no podre amarte, no quiero fallar a lo correcto. (No lo cumplí, mi amor, deseo y pasión por ti fue más fuerte, pero no pude complacerte, mi conciencia no me lo permitió).