Utopía de Lunares

Canto XXXVIII "La carta"

En aquella carta escribí todo lo que sentía por ti, mi corazón se emocionó en hacerla, pero estaba llena de lágrimas, porque no era una carta de amor... Era de despedida.
Me iba a alejar totalmente, decidí olvidarte, dejar de sentir esta enorme miscelánea de emociones y sentimientos dirigidos hacia ti, fui tan inocente en pensar que podría lograrlo.
Ese día el camino se me hizo largo, por alguna razón tenía miedo en llegar, pero era una decisión firme dejarte ir.
Cuando llegue volví a ver tus ojos, por un momento temía que vieras ese enorme sentimiento que guardaba en ellos, y volví a la rutina de no ver tus ojos. Vestías una blusa roja, aquel color que tanto me fascina, adoraba verte en el símbolo de la pasión, no puedo negar cuando me veías, me acariciabas o mordías, e incluso cuando me hablabas, mi corazón se encendía en llamas por el fuego azul de tu corazón, te distraje con la búsqueda de unos zapatos, fue mi idea para evitar ceder en mis impulsos guiados por mi esencia de amarte.
Observaba de reojo cada parte de ti, recordaba aquellas noches dónde solo éramos tú y yo, seres sin resentimientos, sin complicaciones, con el inefable sentimiento de ser uno.
Esa tarde me lleno tanto que un mes con otra persona, y mientras te distraías con un piercing en la nariz, metí la mano en el bolsillo, sentí a aquella carta, todo lo que sentía por ti estaba allí, pero leerla sería perderte, te Vi fijamente y tú, lo hiciste igual, no nuestras miradas se conectaron, esa mirada quería verla el resto de mi vida, a lado mío, encima de mí, abajo mío en todos los momentos...
Salimos del lugar, te abracé y me quedaste viendo raro, solo sonreí y te dije que estabas hermosa, pero ese instante te volví a elegir, salimos del lugar y observé el basurero, te pedí que me esperabas y mientras observabas tu reflejo en el vidrio, arroje la carta, decidí olvidar lo que decía ahí, principalmente de alejarme de ti.