Canto XLIII "Un par de hechizos"

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Me prometiste nunca embrujarme,

pero quede plasmado al ver tus pechos,

encerraste mis fantasías,

en un par de perfectos senos,

quítame estas ansias,

déjame mordedlos,

pues tengo la certeza,

por esa mirada y tus gritos vacíos,

adoras que lo haga,

y no puedo sacar de la cabeza,

la maravilla de tu cuerpo,

gozo sus rebotes y sus roces,

cuando las pozas sobre mi rostro,

sería injusto no lamerlos,

devorarlos,

a ti te fascina y a mí me excita,

nunca me dejes sin esos monumentos,

aquellos infaltables en mis sueños,

pongamos un beso en cada ellos.

Cuando la distancia no sea un problema,

permíteme el deleite,

de meter mi mano,

y agarrarlos con delicadeza

luego con firmeza,

permíteme que sean míos,

déjame amarlos cada noche,

entiendo que no quieras un beso...

Entonces...

¿Puedo besarlo a ellos?

amo que estés sin prendas

sin intención alguna de ocultarlas,

así mi imaginación puede volar un poco,

¿puedes ponerlas en mi boca?

te juro que su lugar está entre mis labios.

Ya me embrujaste, ¡hazte cargo!,

y déjame tenerlos toda la vida,

no puedo imaginar,

un mundo sin ellos,

pues ellos son mis mundos.


Utopía de LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora