Mi Último Suspiro - 2

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Jay había reaccionado al escuchar el suspiro que le hablaba, estaba demasiado aturdido y ese frío en su mano le causaba escalofríos ¿Acaso estaba sosteniendo un hielo en su mano derecha? El frío era demasiado.

Con el ceño fruncido miro su mano, se encontró con la pequeña manita de su Wonie, estaba llena de sangre ¿Porque tenía sangre? ¿Porqué estaba tan fría?

Su mirada viajo desde su mano hacia su brazo y luego hacia su rostro, al verlo soltó un desgarrador grito que fue escuchado por los paramédicos que recién llegaban al lugar.

- ¡YANG JUNGWON!

Sus lágrimas salieron disparadas, pareciendo una cascada en su rostro, el humo del impacto todavía estaba presente y torturaba sus pulmones, pero eso no le importa, su cielo estaba lastimado, la luz de sus ojos estaba apagado.

Puso sus manos suavemente sobre su rostro lleno de cortadas y lloro al no sentir la calidez de sus mejillas.

- Wonie... ¿Qué te hice?... No....

Estaba tan shockeado que no sabía que decir.

- Yo... Merezco morir... Mate al amor de mi vida ¡YO LO MATE! AHHHH

Se dió de golpes en la cabeza sin importar lo mucho que sangrara, había sido un idiota y ahora su novio pagaba las consecuencias.

- Yang Jungwon, respóndeme...

Hubo un terrible silencio.

- ¡RESPÓNDEME CARAJO, NO PUEDES ESTAR MUERTO! DIME QUÉ TODO ES UNA MALDITA BROMA.

Se acercó a sus labios y los beso, estos ya se encontraban secos y fríos pero poco le importo y dejo un poco de su calor en el cuerpo muerto de su amado.

Pudo quedarse allí por más tiempo pero las sirenas de la ambulancia se detuvieron y a él se dirigieron los uniformados de blanco junto con los rescatistas y bomberos para sacarlos de los metales atascados.

- Wonie... Primero Wonie... Salvenlo a él...

Habló débilmente mientras apretaba la mano de su amado, no quería que los separaran, no así... Él debía estar bien.

Lamentablemente fueron llevados a lados distintos, mientras Jay era curado de su cabeza con vendas y era subido a la camilla para ser llevado al hospital, llegaba una camioneta blanca con hombres vestidos de blanco y con bolsas plásticas en sus pies, se dirigían a Jungwon sobre el auto ya sin puerta, el cuerpo de Jungwon ya no estaba atascado, pero aquel hombre luego de checar algo, colocó una sábana blanca sobre el cuerpo del joven y el corazón de Park se partió.

- No... No puede ser... Jungwon no... ÉL DEBÍA SALVARSE... SOY YO EL QUE DEBERÍA ESTAR MUERTO, NO ÉL.

Empezó a sudar frío, perdia la conciencia cada vez más debido al terrible impacto, era urgente llevarlo al hospital ya.

- DEBO IR CON ÉL ¡SUELTENME!

Volvió a llorar de manera horrible pero los paramédicos no podían hacer nada, no podían dejar morir una vida por otra vida que ya no tenía salvación, entonces tomaron la decisión y metieron la camilla a la ambulancia, Park se encontraba muy exaltado, necesitaba salir de la ambulancia en movimiento y regresar con su pequeño, no se quedaba quieto y había causado que su cabeza sangrara nuevamente, era mucha su desesperación que tuvo que ser sedado.

Park ya no sé movía, solo miraba el techo con ojos llenos de dolor, sus ojos eran de un color negro intenso y muy hinchados, las lágrimas ya no salían, se había quedado seco por dentro y eso era tan difícil de ver para las personas que le atendían en el vehículo.

Mi último suspiro • JAYWON •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora