Mi último suspiro • JAYWON •

Mi Último Suspiro - 4

Había pasado una semana desde aquel encuentro y los jóvenes se vieron por segunda vez en el mercado, ambos iban en busca de la misma cosa, semillas de flores para plantar, al encontrarse ambos rieron por la gran coincidencia.

- ¿Tienes un jardín en tu casa?

Pregunto Sunoo que nunca había pasado por el hogar del alto.

- Si, mi psicóloga me recomendó algo para distraerme y la jardinería no sonaba tan mal.

- Al parecer también tenemos en común esto.

- ¿A qué te refieres?

Jay le miro confundido, sin reaccionar aún que había contado indirectamente que acudía con una psicóloga.

- Yo también tengo una psicóloga e igual me recomendó la jardinería, de hecho por eso estoy aquí, estoy en un proceso de sanación.

Asintió. Una cosa más en común, esto ya se le estaba haciendo extraño.

- Valla, así que no soy el único.

Pegó un suspiro y miro su muñeca que aún portaba la pulsera que su Wonie una vez le regaló, una con un hermoso dije de girasol, pues Jungwon en vida no paraba de decirle lo similar que era a uno, él solo lo decía por lo lindo que eran, pero Jay lo veía de otro modo y es que, un girasol siempre va a necesitar a su sol para seguir, así era él y ahora que no tenía a su sol no era más que una flor marchita.

- No te desanimes, no te había visto por acá así que supuse que eras nuevo y por ende apenas empiezas con el tratamiento, ¿No es así?

Park se limitó a asentir y el de ojitos de zorro le mostró una sonrisa.

- Bueno, entonces no te preocupes por el avance, yo llevo cerca de un año acá y apenas se están viendo mis avances.

Sunoo soltó una leve risa y al igual que Park él reviso su muñeca dónde igual había una pulsera, una con un pingüino de colgante, su mirada cambio a una diferente, una de tristeza y entonces supo que debía de cambiar de tema.

- ¿Qué semillas vienes a buscar tú?

Habló mientras tomaba algunas, está vez se decidió por algunas flores, entre ellas iban las margaritas.

- Mmm ¿Y si elijo lo mismo que tú?

Se encogió de hombros y al final decidió llevar lo mismo que su mayor, dejaron la plática nuevamente allí y regresaron a casa.

Jungwon al ver a su protegido llegar solo pudo suspirar del alivio, el angelito se había distraído viendo las nubes desde la azotea que no se dió cuenta de cuando salió y cuando lo busco se dió un gran susto al no verlo en casa, lo busco por los alrededores pero no habían señales de él, en verdad se había asustado.

- Mamá, sabes que día es en exactamente un mes ¿Verdad?

- ¿Cómo no saberlo? Será 9 de febrero.... Ou...

Reaccionó a lo que su hijo le quería decir y lo miro, un año más del fallecimiento de su hermoso niño, incluso Jungwon bajo la mirada que seguía allí, sin saberlo ya habían pasado dos años desde que el incidente paso, dos años sin poder subir al cielo por su decisión de cuidarlo.

- Por favor, déjame ir a visitar su lugar de descanso, sé que el año pasado no termino bien ¡Pero ahora tengo tratamiento! Voy a estar bien.

Su madre no estaba convencida, ese día tendría trabajo como los otros, no podía llevar a su hijo y no quería que se fuera solo hasta allá ¿Y si le pasaba algo? ¿Y si se volvía a poner mal frente a la tumba?