¡Soy el Lord Tramposo más fuerte de todo el mundo!

Capítulo 48 ─ Familia Bartolt

Feliz año nuevo a todos.

Espero contar con su apoyo en este 2023.

Ya entramos a la mitad del volumen y a partir del siguiente capítulo comienza la cuenta regresiva para el final.

Sin duda el desarrollo de este volumen demuestra que eliminar el R18 fue buena idea.

¡Falta poco para la sorpresa del autor!

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Una vez alguien encontró a un niño ahogado en el estanque de su casa.

El niño estaba jugando sin supervisión.

Había estado una hora sumergido ahí hasta que lo encontraron.

En otra ocasión, un joven fue disparado en la cabeza por error por su hermano.

El joven era el heredero, no era raro que este "incidente" fuera ocasionado con malicia.

Pero no fue el único caso.

Mientras paseaba a caballo, un oso los atacó a él y a sus caballeros.

Otro fue envenenado en su cumpleaños, mientras dormía lo asfixiaron y el último de ellos fue apuñado por su propia esposa.

Todas estas tragedias le sucedieron a la misma persona.

Es imposible que alguien saliera vivo de esto, pero lo logró.

Esa persona sobrevivió a todas esas experiencias y en estos momentos está tomando su desayuno con tranquilidad.

Ese hombre era Klyde.

Para Klyde, la vida siempre trató de matarlo, él lograba escapar por un milagro, seis milagros consiguió.

Incluso reclutó a seis asesinos enviados tras su vida por sus familiares, los llamó los Seis Dedos.

Klyde tenía un propósito en la vida, demostrar su superioridad.

Cómo el mundo trató de matarlo, eso le hizo comprender que él era peligroso, él era una amenaza, él era especial.

Esos escenarios mortales fueron experiencias que le hicieron comprender que era una señal de que él debía gobernar el mundo.

Primero empezaría con el país donde nació.

Luego el continente y finalmente el mundo.

Klyde no era particularmente leal a la familia real, su familia desde antes que él tomara el mando eran unas sanguijuelas.

Haciendo tratos ilegales y hasta criminales.

Todas las desgracias ocurridas en el reino durante el juego fueron planeadas por él.

Un sirviente llamó a la puerta.

─ ¿Qué ocurre? Estoy desayunando.

El desayuno, almuerzo y cena para Klyde eran momentos donde podía relajarse consigo mismo.

El sirviente entró y dijo.

─Emm, mi señor, hay problemas.

─Déjalos para después, estoy desayunando.

─No podemos dejarlos para después.

─... ¿Qué es para que fastidies tanto?

La puerta se abrió y un grupo de caballeros entró.