Paz

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Silencio, Silencio era lo único que hubo en el trayecto de ida a casa del mayor.
Ningúno se atrevio a decir nada porque, ¿Que decía uno después de ver como su mejor amigo casi se mata?

Los dos no decían nada y no se miraban no eran capaces de hacerlo ni cuando bajaron del vagon ni cuando llegaron a la casa del pelirojo.
Al llegar a la morada del anteriormente mencionado el abrió la puerta rápidamente y los dos entraron con el incomodo silencio sin ser roto durante mucho tiempo pero el alto al cerrar la puerta perdió todas esas ganas de no hablar y por fin soltó las palabras que desencadenarian la verdad.

- Nagisa. - dijo volteandose y mirándolo con su mirada afilada típica de el - No se ni cómo preguntarte lo, pero sabes que cada que quiero algo lo consigo y esta no es una excepción y se que no tengo el total derecho de pedirte lo pero prefiero parecer un metiche que un imbécil insensible.

- No se ni para que quieres explicaciones no te las debo.

- Por supuesto que no pero no es como si me importara lo único que me importa eres tu.

- Si lo haces por lastima no tiene caso, no quiero tu lastima ni la de nadie.

- Créeme yo no hago esto por lastima, nunca lo haría por lastima.

El Silencio reinó denuevo.
El peliceleste tenía un nudo en la garganta no podía hablar y si lo hacía inevitablemente lloraría y no quería hacerlo frente a karma.

Suspiro resignado sabía que el pelirojo siempre conseguía lo que quería.

- Lo hago por paz

- Nagisa no estoy brome-

- La paz que nunca e tenido en mi vida - mientras decía aquello los ojos azules del más pequeño solo miraban al suelo - Solo eso , solo busco la paz que no e tenido desde que nací, la paz que en mi cabeza nunca a habido.

- Y si me disculpas tengo que irme a casa esta algo lejos y tengo hambre.

- Entonces quedate.- dijo el pelirojo entrando a la cocina - Si no eres capaz de decirme que pasa por aquella cabezita azul tuya almenos quedate y concédeme almenos una cena contigo, pero quédate porfavor.










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