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Cuando supe sobre su enfermedad todo el mundo se me vino abajo... como si ya no importara lo demás... solo era él en mi vida.

Hablamos de forma normal los siguientes días, Alejandro me volvió a decir que él era un chico y no una chica; eso me dejo confusa pero no le daba importancia porque lo que realmente me importa es su salud.

Los días transcurrieron de forma normal. Y cuando digo normal me refiero a que pasaba por maltratos y humillaciones de parte de mi madre. Si, así es, yo soy una víctima de todo eso; siempre lo he sido... nunca hable, siempre calle ante esta situación que pasaba con mi madre. ¿Para qué hablar? ¿Para qué decir las cosas que pasan? Si sabes que no tienes escapatoria, tus esperanzas de seguir viviendo y ser feliz solo son sueños, ilusiones y expectativas que nunca se cumplirán.

Iba terminando mis exámenes, me alegre de que por fin las clases terminaran. Solo me faltaba el examen de psicología y ya estoy libre de mis estudios. Me ha ido super bien en los exámenes, parecían difíciles para los demás compañeros pero para mi era pan comido.

Llegó el último día de examen, tocaba psicología. Me ha ido muy bien, mi madre me felicito por mi esfuerzo; aunque ni siquiera me esforcé. Pero lo que ninguna de las dos sabía es que ocurriría algo que nos cambiaría la vida a las dos. Y que me separaría de Alejandro para siempre...

Llegó la tarde-noche, eran como las 18 horas. Mi madre comenzó a insultarme como siempre lo hacía diciéndome que yo llegaría a ser una perra prostituta, que yo no tenia valor, que era una inútil, una plaga igual que mi padre y que... era mejor que yo nunca hubiese existido así, ella no tendría molestias en su casa ni tampoco gastaría mucho dinero y tendría poca responsabilidad.

Eso me molesto, ya no aguante más... horribles recuerdos de mi infancia llenaron mi mente, mi visión comenzó a nublarse y en un abrir y cerrar de ojos yo estaba encima de mi madre cortándole el cuello con un cuchillo. No pude contenerme, no encontré la forma de controlarme; la ira, el enojo, la tristeza y todo sentimiento oscuro me nublo la mente. Mi madre, teniendo más fuerza que yo, rompió el fila del cuchillo y torciéndome el brazo me quito fuera de la casa. Comenzando a gritar desesperada alertando a los vecinos quienes salieron a auxiliarla.

Después de un largo forcejeo, mi madre y un vecino me tenían atajada de mis brazos, no sé de donde vino tanta fuerza pero en ese momento con un solo empuje el vecino que me tenia del brazo cayó al suelo. Al parecer lo único que quería es solo que me soltarán y estar sola... solo quería eso y nada más. 

Los vecinos comenzaron a llamar a la policía quienes llegaron muy rápido, auxiliaron a mi madre mientras que  yo caí rendida en una silla. Mi cuerpo ardía, mi visión estaba nublada, mi corazón latía muy fuerte.

Unos minutos antes de que trajeran a mi madre, volví a la normalidad dándome cuenta de lo que paso; me asusté pero no hice nada para escapar. Sentí que este momento, pensé que este incidente tal vez ocurrió a causa que pase los limites porque ya no lo soporte y, ya era hora de resolver todo esto porque yo ya no resistiré más.

Te Perdí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora