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Había pasado tiempo, donde quien había comenzado a competir en peleas de boxeos, a pesar de que él realmente no creía ser fuerte, pero sus padres tenían su confianza en sus hombros, no quería decepcionarlos siendo un fracaso.

Además, es el ejemplo de todos los hermanos Alvarez, era la primera vez que asistía a una pelea, donde estuvieron en un ring por primera vez, lo malo, es que él tenía una pelea dura, era un conocido boxeador que nadie a peleado contra el por miedo a que los dañe, un alfa dominante que fácilmente con uno de sus golpes era capaz de noquear.

Pero, el era fuerte, mientras llegaron al lugar donde tenian que estar, veía como su hermano menor se notaba feliz, más que todo lo veía emocionado por verle pelear, sus hermanos por el contrario se notaban tranquilos y bastante serenos.

—¿Tomaste tus inhibidores? Sabes que usar feromonas es considerado descalificado total —decia la mujer hacia su hijo quien ya estaba colocandose las vendas en sus puños, escuchando con tranquilidad.

—si, lo sé —hablo con esa misma parsimonia, sus ojos afilados en el hecho de que tendría su primera pelea en un estadio de boxeo, en un ring donde gente profesional peleará.

Seria su primer debut, pero... Tenía miedo, miedo de no ser competente y llegar como toda su familia, la sangre del boxeador, tenía miedo de no poseerlo y que todo su entrenamiento haya sido en vano.

Sus padres lo único que hicieron fueron sonreir, llevando a su hijo al ring, mientras Saúl se quedaba en su lugar mirando todo con un brillo totalmente único, todo lo que sea de peleas le llamaba la atención, el también quería ser un hombre que tenga a un público clamando su nombre

Tenía esa sensación de que ese será su futuro, el levantando el cinturón de ser campeón, mientras todos clamaban su nombre, un lindo sueño.

Rigoberto se colocó los guantes con ayuda de sus padres, que cuando lo habían hecho, este se encontraba calentando, dando pequeños saltos y lanzando golpes en el sentido de que quería moverse antes de hacerlo en el cuadrilátero, sus padres se sentían muy orgullosos de él.

—vamos, levanta el apellido Alvarez mi muchacho —le dijo su padre quien se notaba orgulloso y algo sensible, culpable de ser una casta débil, pero él lo notaba como Alguien fuerte, sonrió con calma pero a boca cerrada ya que tenía la protección dental, se fue alejando de ellos para quedar frente a frente con su oponente.

A todos enorgulleceria, y sobre todo a su hermano menor, quien le dedicaba ese lindo brillo de ilusión en sus ojos, con calma se había preparado, chocando los puños a su oponente, en un símbolo de paz, que todo lo que ocurra no se lo tomarían personal.

Y así, las campanadas fueron dadas con fuerza, donde Rigoberto reaccionó, la velocidad de ese alfa fue enorme y grato, haciendo que se agachara, siendo su turno de contratacar, golpes directos donde vio como se cubría con sus antebrazos, dió unos pasos hacia atrás mientras el hacía el mismo hecho de cubrirse con sus antebrazos, sintiendo los terribles golpes de su oponente, tan dolorosos eran que tuvo que apretar ese protector dental, tuvo que alejarse dando un paso alargado hacia atrás.

Dolía, dolía terrible, nada se comparaba a golpes de betas, sin duda poseia una inmensa fuerza ese hombre.

Respiraba agitado mientras esquivaba ahora los golpes que iban dirigidos a su frente , aunque lo engañaba y dañaba su costado con golpes ascendentes, haciéndole jab en todo su rostro, pero el también cuando dejaba aperturas, lanzaba sus golpes en el que su derecha era la más fuerte, viendo también sus muecas de dolor.

Ya habían pasado los minutos correspondientes que volvió a tocar el timbre, alejandose hasta su esquina, donde su padre se subió al cuadrilátero — hijo, tus golpes son muy abiertos, recuerda, trata de hacer tus jugadas, es un muy buen luchador, golpealo con golpes laterales y directos al momento que note tu trampa, luego de eso te alejas unos pasos, todo para que él al momento de llegar a tu lugar, vuelvas a cubrirte, bloqueas todos sus golpes y haces golpes mixtos —le decía su madre, haciendo que asintiera.

𝐇𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐨 [𝐃𝐈𝐁𝐔 𝐗 𝐂𝐀𝐍𝐄𝐋𝐎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora