Lo peor de la recuperación desde mi punto de vista era el "hambre extrema", me hacía perder el control sobre lo que comía y mi sentimiento de culpabilidad era cada vez mayor.
Tomé una decisión muy arriesgada, la cual no contribuyó a la mejora de mi trastorno. Ya había cumplido los 18 años así que me fuí de casa y alquilé una habitación en un piso de estudiantes. Quería salir del ambiente de mi casa ya que el alcoholismo de mi madre hacía que todos los días fueran un caos, habían gritos, golpes, reproches y constantes desmayos que hacían que me desestabilizaron emocionalmente. Durante unos meses la tranquilidad y la paz me invadieron, era una sensación que pensaba que nunca iba a tener. Pero pronto la soledad también se hizo un hueco y mis excusas para darme atracones volvieron. Además al vivir sola absolutamente nadie podía controlar lo que comía o no.
El siguiente año retomé las clases y acabé el curso de segundo de Bachiller, incluso hice selectividad y conseguí entrar en la facultad de farmacia. Realmente en los estudios me había ido bastante bien pero seguía dándome atracones prácticamente día tras día. Mi peso había aumentado considerablemente, me sentía atrapada y con la autoestima por los suelos. Decidí hacer algo para cambiar esto, así que me fuí de viaje con una amiga, pero no era un viaje cualquiera. Hicimos el famoso Camino de Santiago, empezamos desde León ( unos 329 km aproximadamente), elegimos el camino francés ya que era el de menor dificultad. Durante estos 17 días que estuvimos en el camino, no me di atracones, andé mucho, despejé mi mente, conocí gente maravillosa y un estilo de vida increíblemente liberador. Solo cargamos una mochila con lo estrictamente necesario, no había lastres. Todo el mundo era amable y ayudaba en todo lo posible. Ni una mala cara, ni una mala palabra, me sentía libre y arropada a la vez. Probablemente el viaje que más me ha marcado en toda mi vida.
Es verdad que llegué con un cambio de mentalidad muy importante, lo que hizo disminuir los atracones, aunque no desaparecieron, tener uno o dos atracones a la semana para mi era algo impensable hasta el momento. Un día antes de empezar la Universidad me invitaron a un cumpleaños en el centro, dudé mucho si asistir o no. Seguía teniendo problemas de autoestima y mi cabeza no paraba de imaginar a las personas de mi alrededor juzgando mi físico. Por fin decidí dejar atrás mis miedos y asistir al cumpleaños. Una vez sentada vi aparecer un chico por la puerta,llevaba una camiseta de unos de mis grupos favoritos en el momento "La Raíz". Él también venía al cumpleaños pero yo no le conocía, nos presentaron e intercambiamos un par de palabras, elogié su camiseta y todavía no sé cómo me armé de valor para pedirle que me acompañara a un concierto algún día. Aquel fué el inicio de nuestra historia.
Fué una persona muy importante en mi vida. Le conté el problema que tenía con la comida y en todo momento me mostró su apoyo y comprensión. Comencé la universidad pero me faltaba mucha concentración, era incapaz de centrarme, tampoco me sentía motivada y eso hacía que no asistiera a la mayoría de las clases. Yo solo posponía el estudio porque no me sentía con fuerzas, y mi concentración a la hora de estudiar era mínima. Llegaron los exámenes de enero y entré en pánico, no me había mirado nada, me invadió un sentimiento de miedo y culpabilidad. A los pocos días decidí dejarme la carrera. Me asustaba tirar por la borda mi futuro pero me sentía completamente incapaz de sacar la carrera adelante. Mi pareja me comprendió en todo momento y me ayudó a buscar un curso de Formación Profesional que me gustara, para el próximo año. Al poco tiempo decidimos mudarnos juntos, era verano, él trabajaba hasta las seis de la tarde así que yo pasaba prácticamente todo el día sola. Los pensamientos negativos sobre la comida volvieron, y como nadie podía controlar lo que comía empecé a saltarme comidas de nuevo hasta el punto de solo hacer la ingesta de la cena. Mi peso empezó a bajar rápidamente y empezó a ser bastante obvio que había vuelto a dejar de comer.
ESTÁS LEYENDO
HISTORIA DE UN TCA
Historia CortaEstos son los inicios de mi TCA, como descubrí que tenía uno y un largo y duro viaje por mi adolescencia y adultez intentado escapar de mi enfermedad. Espero que si te sientes indentificado/a, te ayude a saber que no estás solo. Hay más personas que...