Prólogo

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Carol 3 años de edad tenía al momento en que su padre la dejo en ese orfanato, aun podía recordar su voz diciéndole que la amaba y que esperara a que alguien saliera de esa casa, esa horrible mazmorra que a su parecer era igual a el castillo de la bestia en su cuento con Bella. Ella se había quedado parada en esa puerta con su mochila a cuestas hasta que abrieron la dichosa puerta, esta hizo un chirrido insoportable al abrirse que hizo que la pequeña diera varios pasos hacia atrás. La mujer que salió de ese feo lugar le hablo, pregunto su nombre y edad para luego tomar su mano y hacerla entrar a la que, en ese entonces, no sabía que sería su nuevo hogar durante 13 años más.

La mochila que llevaba consigo la reviso la mujer antes de que la pequeña dijera nada, dentro había una carta y un muñeco, una etiqueta que colgaba de este informaba que su nombre era Kirito, un nombre extraño para un muñeco extraño, sucio y feo.

La carta la leyó dicha mujer mucho antes que Carol, 3 años antes de dejarla hacerlo para ser exactos.

"Cariño mío, quizá no puedas leer esto en el momento que te lo de, pero si lo estás leyendo significa que has aprendido a leer mi princesa ¡felicitaciones por aprender a leer!

Amor mío quiero que entiendas que te dejo aquí por una razón, tu madre, ella no está bien y yo ya no te puedo proteger, con esto no quiero que la odies después de todo es tu madre, por favor después de leer esto no me busques ni mucho menos a tu madre, puede que ninguno este en este mundo. Tu madre era alcohólica y siempre te lastimaba, cuando me entere de esto hice lo posible para que me dieran tu custodia, lo cual conseguí sin mucho esfuerzo, tu madre contrato a dos hombres los cuales nos están persiguiendo, o al menos a mí, por eso te dejo aquí para que estos hombres nunca te encuentren y nunca puedas volver con ella , recuerda te amo y siempre lo haré, este muñeco de trapo lo hice para ti para que nunca me olvides, no importa cuántos años tengas ni si ya te han adoptado guarda este muñeco para que yo siempre este a tu lado.

Te ama Papá"

La leyó a los 6 cuando aún no comprendía bien el significado de todo lo que allí se le comunicaba, apenas y comprendía que su padre no regresaría, eso fue todo lo que entendió ese día.

Actualmente Carol cuenta con 16 años de edad, 13 años viviendo en ese lugar con pocas oportunidades de adopción, su reputación iba de mal en peor cada vez que se la devolvía tal cual juguete roto al lugar donde se le compro.

Contaba únicamente con 3 compañeras de su misma edad en ese lugar, Amber, Autumn y Scarlett, tres chicas que tampoco habían tenido suerte desde que llegaron hace varios años atrás. Todos los demás eran niños que iban desde los 2 meses de vida a los 12 años de edad. Con el tiempo Carol había hecho varios amigos en el lugar, ayudaba a los niños con lo que podía y a las monjas igual.

Sin embargo, cuando en las noches le tocaba regresar a su habitación, aquella que era tan pequeña como un armario, la angustia le abordaba, sacaba de debajo del colchón aquella carta arrugada y volvía a leerla, sus ojos brillaban con esperanza cada vez que veía al muñeco que siempre la acompañaba. Le recordaba a su padre. No recordaba ya la voz de este, no recordaba su rostro, no recordaba si alguna vez había visto a su madre, para ella su única familia real era ese muñeco de trapo que la esperaba todos los días sobre la cama del orfanato.

Scarlett podría asegurarles a todos que cada noche desde que llego a podido escuchar los sollozos de su amiga si se acercaba a la pared un poco, no era siquiera necesario apoyar la oreja en esta para escuchar, con tan solo hacer silencio unos segundos podrías sentir el sonido angustiante del llanto de una joven inocente. Ella incluso creía que Carol podría haber llorado durante todas las noches los 13 años seguidos.

Carol a veces creía que debía dejar de tener esperanza, dejar de creer que su padre podría volver por ella algún día y comportarse bien cada vez que gente llegaba con la intención de adoptar, sin embargo con tantos años en ese lugar ya sentía que nadie podría elegirla, ella solo se sentaba en una mesa todos los meses cuando el día de adopción llegaba, esperando que alguien se le acercara a preguntarle si quería ser parte de su familia y no solo para preguntar dónde estaban los bebes.

Entonces un día, luego de demasiados sucesos extraños para ella, una niña y un hombre de ojos celestes se le acercaron sonriendo. Una pregunta y un asentimiento de cabeza fueron todo lo necesario.

El futuro y el pasado de Carol en esta historia deberán de descubrirlo...


—Mátala. –Su mirada en sangre viva, su labio temblando en furia. Sus palabras salieron con fuerza a pesar de ello, haciendo temblar a la persona delante.

—Entendido. —Fue todo lo que él dijo.




Es mi primera vez escribiendo, espero que sea de su agrado. 

Si encuentran errores ortográficos favor de comentarlo para poder arreglaros a futuro. 

Mis hermanastros sobreprotectoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora