18

281 17 16
                                    

22 de abril del 2010

Haru...- solo escucho la dulce voz de Hiwa. - Debes dormir un poco, él bebe y tú necesitan descansar. - solo niego.

No, tengo que estar aquí todavía no empieza el funeral y tengo que ayudar a recibir a la gente. – ella solo se sienta a un lado mío para poder abrazarme. -

Haru, perdón por lo que voy hacer, pero es por tu bien. - volteo extrañado por lo que acaba de decir, pero antes de preguntarle a que se refería con eso, siento como me cargan como un saco de patatas.

Mucho, la habitación está arriba en la derecha, no dejes que salga dentro de una hora por favor. - Hiwa le da una orden directa a Mucho. - Quiero que descanses, no voy a dejar que ni a ti ni a la niña le pase algo.

Mucho, por favor bájeme, tengo que ayudar atendiendo a las personas. - trato de soltarme del agarre de Mucho, pero me sostiene más fuerte.

Sanzu. - la voz fuerte de Mucho hace que me tense un poco, recordando cómo era cuando solo teníamos 15 años. - Por favor necesitas dormir un poco.

Mucho, pero no quiero dormir quiero estar con Nana. - trata de patalear para que me baje. - Por favor Mucho te lo ruego, necesito estar con él.

Haruchiyo. - Mucho me habla de una manera más tranquila. – Por favor hazlo por nosotros, solo es una hora, has estado desvelado y gastando tus energías llorando, ni siquiera te hemos visto comer, que diría Nana si te descuidas tú y a la pequeña tú. - me detengo completamente, después de escuchar lo que me dijo.

Solo va hacer una hora. - le respondo. - Solo una hora tratare de descansar.

Eso me basta. - Mucho vuelve a murmurar, mientras se dirigiré a la antigua habitación de Nana del orfanato. – Olga, aquí traigo a Sanzu.

Muchas gracias, Mucho. - veo cómo sale de la habitación. - Acabo de poner unas colchas y unos bocadillos.

Olga, gracias. - es lo único que puedo decir. - Tratare de dormir un poco. - puedo notar como me da una sonrisa de alivio después de escuchar lo que acabo de decir.

Ambos me dejan solo en la habitación, doy un pequeño recorrido a la antigua habitación de Nana, veo sus antiguos libros de psicología, su escritorio lleno de polvo y su antiguo traje de bomberos.

Noto las fotos que tenía enmarcadas en su cuarto, de el con Olga y Straf, de el con sus amigos en la secundaria incluso puedo notar a Hiwa en la foto y por ultimo una foto de nosotros dos antes irme del país.

Agarro su chaqueta de bomberos y decido ponérmela, todavía huele a él, todavía huele a las feromonas de Nana, ese dulce olor a Naranja. Me acomodo en su cama, para poder dormir fingiendo que él me está dando un abrazo.

Nana. - empiezo a susurrar. - Te extraño mucho y solo ha pasado un día. - empiezo a sentir como Sayuri se mueve dentro de mí. - Dime que voy hacer yo solo con la niña. - mis ojos por fin se cierran

Haruchiyo.- mi madre me grita fuertemente.- Alguien vino a verte.- voy caminado hacia la entrada de la casa y veo como la persona que está parado en la puerta de mi casa era nada más que Nana.

Que haces aquí, apenas han pasado dos semanas. - le digo mientras me arrojo en sus brazos. -

No pude pasar tanto tiempo sin ti. - me empieza a dar besos por toda la cara. - Y adelante todos los tramites.

Eres un desesperado. - lo toma de la cara para poder darle un beso, pero en eso escucho la risa de mi mama.

Perdón. - dice con una sonrisa muy burlona. – Es que se ven tan hermosos juntos, espero tener unos nietos pronto. - ese último comentario hace que mi cara se ponga roja de la vergüenza.

SEVENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora