Encontrarse otra vez -MODRÍA-

Un mundial más, una oportunidad de verse

Nos remontamos al 14/11 del año 2022, en esta fecha, se anunciarían los jugadores que serían convocados a jugar el mundial de Qatar.
En la casa de Ángel, su ex-esposa, que era su mejor amiga, sus hijas y él veían a Scaloni nombrar a sus posibles compañeros, claro, si decidía llevarlo a él también.
Empezó a nombrar: primero los arqueros, luego defensas, volantes y finalmente, los delanteros. Lionel Messi... Paulo dybala.. Ángel Di María... etc.

Ángel estaba feliz, claramente iba a ser su último mundial, por lo que daría mucho más de lo que dió mundiales anteriores para llevar la tercera a casa. Empezó a hacer sus valijas, para estar listo el día del viaje al país asiático. Ya tenía todo listo, en unos días, para ser más precisos, el 17 ya estarían volando, previamente a argentina y de allí partirían rumbo a Qatar.

Di María se fue al aeropuerto y se dispuso a subir al avión. Durante el trayecto al aeropuerto no paso nada relevante, al igual que en la espera para abordar, por lo que nos adelantamos a cuando ya subió a la gran nave voladora. Ángel escucho que su vuelo ya estaba listo para ser abordado, por lo que se levantó de dónde estaba sentado y fue directamente a la puerta del avión, le dio su pasaje a la chica que estaba ahí, luego su dni y cuando la señorita se los devolvió, subió al avión, dentro de todo fue un viaje tranquilo, algunas personas que lo reconocían y le pedían fotos o abrazos a los
cuales accedía con total amabilidad.

Luego de unas horas de vuelo, llegó a su país de origen, para encontrarse con sus compañeros y de ahí salir directamente a Qatar. Y así fue, ya estaban los 26 jugadores en el avión, junto al cuerpo técnico, y algunas personas más, cómo los utileros, los y las cocineros/as, etc.

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En Croacia, el dt del seleccionado, ya había dado la lista de jugadores hace varios días, así que ya estaban en Qatar. Algunos nerviosos por el mundial, otros ansiosos y otros los cuales no sabías si estaban cagados hasta las patas o si estaban tan emocionados que iban a estallar, y este era el caso del rubio Luka Modriç. Por un lado estaba ansioso, ya que también era su último mundial y tenía la esperanza de llevar una copa a su país, por otro lado estaba emocionado, jugaría un mundial, quien no lo estaría, pero también lo estaba porque vería nuevamente a su viejo amigo,
si es que así podía llamarlo, Ángel Di María.

Lo que había pasado entre ellos mientras Ángel estaba en el Real Madrid, para el croata, al instante en el que el argentino se fue del club, quedó "sepultado", mientras que el más alto luchaba por terminar con ese sentimiento hacia el rubio, cosa que se le hizo muy difícil pero que al cabo de unos largos meses, logró. O eso pensaba.