2012 (pt. 1)

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Madrid, España
Temporada 2012-13
15/08/2012

La música retumbaba en sus oídos, y, por consecuencia, en su mente. Aún le costaba aprender a hablar español, pero que lo entendía lo entendía. No comprendía que clase de música era esa, nunca la había oído, porque aunque no le gustaba escuchar, conocía los "grandes hits" de la época. Mientras pensaba en aquellas melodías extrañas, veía como un compañero suyo se le acercaba.

- Che pibe, no baila' vo'? - Al escuchar su voz, supo de quién se trataba, y es que por culpa de las encandilantes luces no lo había reconocido. Le sorprendió que aquel "pibe", cómo decía él, le estuviera hablando, y más tan pasado de copas. No le respondió, no sabría cómo; cuando se le acercaba, todas las palabras que conocía se le borraban de la mente. Estaba más que claro, aquel chico moreno le llamó la atención. Tal vez por ser, casi, lo contrario a él en aspecto, o tal vez por lo amable que había sido con él. De todas formas, había algo que si sabía: Ángel Di María, le interesaba.

Se sonrojó cómo cuando lo presentaron frente a todos los jugadores, cómo cuando tuvo que hacer pareja de entrenamiento con el argentino y se tomaron de las manos, cómo cuando éste le elogió su cabello y demás cosas que si seguía pensando en ellas, probablemente le daría una taquicardia.

- Eu - Recordó de su presencia, a veces le parecía raro que el más bajo se le quede mirando a ratos, y no era porque le gustara y sintiera un escalofrío recorrer su cuerpo a la vez que la mirada de él lo hacía... ¿O sí? -, con esa boquita tan linda que tenés y no me decís nada... - Rápidamente tapó sus labios al darse cuenta de las palabras que había pronunciado. Sin esperar una respuesta, o directamente un silencio rotundo, lo tomó del brazo, arrastrándolo a la "pista de baile".

Se preguntaba que hacían en un boliche a las 3:29 am, siendo que al día siguiente tenían entrenamiento muy temprano, pero como a nadie parecía importarle, a él tampoco. O quizás solo le importaba ese hombrecito entre sus brazos. Ya ni siquiera le importaba tener una esposa esperando en casa. No le importaría serle infiel esa misma noche. Si, podría sonar muy mal, pero uno no elige que sentir, ¿No?

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Toda la noche tomando y bailando le garantizaba un dolor de cuerpo y cabeza al amanecer.

- Daaaleeeee Gonzaaa - Decía incontables veces, pidiéndole al mencionado que lo acompañe hasta la habitación que compartían.

- ¡Uh loco! - Gritó - Mirá, esa mina de allá me está tirando onda, y si te soy sincero, está re buena. Así que pedile a alguien más que te acompañe si sos tan cagón.

- Faaa, bueno me voy con él - Señaló al de cabello rubio y algo largo.

Higuaín le mostró su pulgar que le indicaba un "ok", y así, fue a cargar el peso en Modrić de que sea su niñera por la noche, ya que, ¿Quién sabe? Quizás terminaría por ahí durmiendo en la calle cantando el himno nacional, pero prefería no pensar eso. Fue de su extrañes que el más bajo aceptara tan rápido, ni él mismo querría aguantarse estando así tan solo una noche.

Agradecía a todos los Dioses habidos y por haber que la discoteca privada en la que se encontraban no quedaba tan lejos de la concentración en la que se estaban quedando solo por la noche. No había un motivo especial para celebrar, realmente no había nada, pero, ¿Siempre se necesita una fecha importante para divertirse? Eran jóvenes, tenían una vida por delante, pero como la juventud dura tan poco, si uno no sabe exprimirla, va a sentirla aburrida. Esos eran ellos: jóvenes que sabían exprimir su juventud. O algunos no tan jóvenes pero que igual se sentían de tal forma.

Encontrarse otra vez -MODRÍA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora