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—Nuevamente.. gracias por quedarte a hacerme compañía, modelazo —agradecí por milésima vez a Sun-oh, quien se encontraba sentado a mi lado en el sofá.

Él soltó un suspiro de cansancio.

—Te he dicho que no agradezcas, Hana —me sonrió. Maldito seas Hwang Sun-oh, ¿Cómo con la más mínima sonrisa que hagas descolocas todo mi mundo? Me quede en silencio unos segundos, admirando su sonrisa, la cual cada vez se ensanchaba más.

 Maldito seas Hwang Sun-oh, ¿Cómo con la más mínima sonrisa que hagas descolocas todo mi mundo? Me quede en silencio unos segundos, admirando su sonrisa, la cual cada vez se ensanchaba más

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—Perdón —hable finalmente, carraspeando en el proceso.

—Estoy aburrido —resopló, haciendo que los cabellos que caían sobre su rostro tomaran lugar a los costados de su cabeza. Yo mire con atención su acción pero en cuanto giró su cabeza hacia mi, mire a la televisión.

—Eres libre de irte si quieres.

—¿Y qué harías mientras no estoy? —se rió.

—Tareas, supongo.

Se rió aún más.

—Eso es más aburrido.

—Podemos poner Netflix y buscar alguna película y..

—¿Y..?

—Podemos ponernos unas mascarillas que tengo.

—¿Enserio? —me sonrió. Yo asentí— Me parece bien.

—¿Te gustan las mascarillas? —pregunté, divertida por la sonrisa que se dibujó en sus labios en cuanto dije mascarillas.

—Sí, lo disfruto.

—Entonces ya vuelvo —me puse de pie y le lancé el control remoto— Encárgate de la película.

Me dirigí a el baño y abriendo el mueble del lavamanos encontré una caja donde se encuentran mis cosas personales de baño. Busqué entre varias mascarillas hasta encontrar mis favoritas. Tomé dos paquetes y volví con Sun-oh, quien me pareció aún seguía buscando la película.

—Las tengo —regrese a mi lugar a su lado— ¿Aún no encuentras una película?

—Creo que.. esta —señaló.

—Bien, en lo que empieza hay que ir a lavarnos la cara —dije, como pequeño detalle que había olvidado. Ambos fuimos al baño y en lo que
Sun-oh se lavaba la cara yo estaba recargada en la pared.

Al terminar levantó la cabeza y al estar secándose la cara con una toalla me miró a través del espejo y me sonrió. Me sonrió tan dulcemente que sentía que por dentro me estaba derritiendo.

Nada de lo cual debía de preocuparme. Es
Sun-oh, es el efecto que suele causar en las chicas. Nada que sea importante.

Nada importante el hecho de que haga un remolino de emociones en mi estómago.

—Vas.

Sacudiendo mi cabeza, me acerqué al lavamanos para agacharme y dejar que el agua corriera por toda mi cara. Al terminar tomé algo que utilizaba para ponerme en la cabeza para que mi cabello no estorbara.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2023 ⏰

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HANA; la primera | Hwang Sun-ohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora